Putin advierte que las sanciones "no han funcionado" y que sus objetivos en Ucrania "se conseguirán"

Rusia exhibe que ya controla una parte de Mariupol, mientras se investiga el posible uso de armas químicas en la ciudad

Un soldado ruso dentro del Teatro Drama de Mariúpol, el mismo que el 16 de marzo fue bombardeado por Rusia y dejó 300 muertos civiles.
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BarcelonaSoldados rusos custodian el teatro Drama de Mariupol, donde hace casi un mes un bombardeo ruso mató al menos a 300 personas. A pesar de que las fuerzas ucranianas siguen resistiendo el embate y la ciudad no se da por perdida, la presencia militar rusa era este martes más evidente que nunca en algunas zonas de Mariupol. En un viaje con periodistas organizado por el ejército ruso, se pudieron tomar imágenes incluso de soldados rusos y voluntarios que repartían pan y alimentos entre la población de la localidad. Moscú asegura que ha tomado ya todo el puerto de esta ciudad clave, que si llega a caer serviría a Rusia para unir bajo su control los frentes del Donbás, en el este, con el del sur. Pero las autoridades ucranianas no confirman que hayan perdido todavía esta salida al mar. De hecho, según el Institute for the Study of War (ISW), los rusos han dividido la ciudad en dos partes y las tropas ucranianas están ubicadas en parte en la fábrica acero Azovstal y en parte en el puerto en el suroeste. Ya desde lunes, las fuerzas de Ucrania advierten que se enfrentan a la "batalla final" por Mariupol. El alcalde de la ciudad, Vadim Boshenko, ha asegurado este martes que desde el inicio de la invasión han muerto 21.000 personas en esta ciudad, la más martirizada por el asedio ruso.

Soldats rusos reparten pan entre la población de Mariúpol durante un viaje con periodistas organizado por el ejército ruso.

Mientras tanto, el presidente ruso, Vladímir Putin, advertía a los poderes occidentales al asegurar que "la guerra relámpago" de sus sanciones "no ha funcionado". El escenario era propicio. En el Cosmódromo Vostochni, construido por órdenes del mismo Putin para relanzar el programa espacial ruso desde su propio territorio (puesto que la base de lanzamiento de la URSS ha quedado en Kazajistán), el presidente ruso ha hablado públicamente de la guerra de Ucrania por primera vez desde la retirada de las tropas rusas del norte de Kiev y el fracaso en el intento de conquistar la capital. Respondiendo a las preguntas –probablemente coreografiadas– de los trabajadores de la base, Putin ha asegurado que los objetivos de su "operación militar especial" en Ucrania "son totalmente claros y nobles", y ha añadido que "no hay duda de que los objetivos se conseguirán".

El discurso de la grandeza soviética perdida, que muchos analistas ven precisamente como trasfondo ideológico de la invasión rusa de Ucrania, ha servido de nuevo a Putin para comparar las proezas espaciales de la URSS en los 60 con el momento actual. "Las sanciones eran totales, el aislamiento era completo, pero la URSS consiguió igualmente ser la primera en llegar al espacio", con el paseo espacial de Yuri Gagarin en 1961, ha dicho. "No tenemos intención de estar aislados hoy, es imposible que alguien lo esté en el mundo moderno, y menos un país tan grande como Rusia", ha añadido.

Putin ha viajado a Vostochni, en el Extremo Oriente ruso, acompañado por el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, su estrecho y casi único aliado en la guerra en Ucrania. Allí, los dos han anunciado también proyectos de cooperación en proyectos espaciales. Según la agencia rusa Tass, Putin ha insistido en defender que sus soldados están actuando de manera valiente y eficiente en Ucrania y utilizando las armas más modernas.

El presidente ruso durante la visita, este martes, al cosmódromo de Vostochni

Pero desde el terreno, en cambio, llegaban denuncias del posible uso de armas químicas por parte del ejército ruso en Mariupol. Después de que el lunes la inteligencia británica ya alertara de la posibilidad que Rusia usara munición de fósforo sobre esta ciudad portuaria, la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, ha explicado este martes que se está investigando un ataque que se sospecha que se habría perpetrado con este tipo de armamento. El fósforo blanco genera unos cohetes muy luminosos y que dejan un humo muy denso detrás, pero son muy peligrosos para la población civil porque producen unas quemaduras muy profundas. El fósforo puede quemar a través del metal, de forma que en el cuerpo humano la quemadura puede llegar hasta el hueso y se puede volver a encender después de ser tratada, según alertan organizaciones internacionales. La agencia rusa Interfax, sin embargo, ha difundido un comunicado de las autoridades de la autoproclamada república de Donetsk en que niegan el uso de este armamento prohibido.

La ofensiva rusa ha logrado "un nuevo nivel de terror", dice Zelenski

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha hecho eco de las denuncias, pero no las ha confirmado. Eso sí, ha alertado de que la ofensiva rusa ha logrado "un nuevo nivel de terror". Zelenski dice que su gobierno se toma muy seriamente las amenazas rusas en este respecto. "Hoy los ocupantes han hecho una nueva declaración en la que atestiguan que se están preparando para un nuevo estadio de terror contra Ucrania y nuestros defensores. Uno de sus portavoces ha dicho que podrían utilizar armas químicas contra los defensores de Mariupol. Quiero recordar a los líderes mundiales que ya se ha discutido el uso de armamento químico por parte del ejército ruso, y esto quiere decir que hay que reaccionar ante la agresión rusa de manera mucho más contundente y rápida", ha dicho en su discurso televisado.

Precisamente el lunes por la noche la diputada ucraniana Ivanna Klimpush denunció que las tropas rusas habían lanzado desde un dron una sustancia desconocida, que "muy probablemente" podría ser armamento químico y que provocaría fallo respiratorio y vértigo. La primera denuncia provino del regimiento de Azov, la unidad neonazi de la Guardia Nacional de Ucrania que participa en la defensa de Mariupol, que habló de tres afectados sin consecuencias graves. Horas antes el portavoz de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Eduard Basurin, había defendido el uso de "tropas químicas" sobre Mariupol para "gasear a los ratones fuera de sus madrigueras", informa Quim Aranda.

Pero, además de las armas químicas, también se acusa al ejército ruso de usar otro tipo de armamento prohibido, como las minas antipersona. De hecho, según el mismo presidente Zelenski, Ucrania es ahora "uno de los lugares más contaminados de minas del mundo", un hecho que, ha dicho, se tendría que investigar como crimen de guerra. Según Zelenski, el repliegue de las tropas rusas al norte de Kiev ha dejado "centenares de miles de artefactos peligrosos", incluidas minas y artillería sin detonar. "Son obuses que no han explotado, minas, minas-trampa. Cada día desactivamos unos cuantos miles. Los ocupantes han dejado minas en todas partes: en las casas, en las calles, en los campos, en los coches, en las puertas. Lo han hecho conscientemente para hacer que la desocupación de estas zonas fuera tan peligrosa como sea posible", ha denunciado.

La guerra hace que 263 millones más pasen hambre en el mundo

La guerra en Ucrania ha exacerbado la subida de los precios de los alimentos y ha hecho que 65 millones de personas más pasen hambre en el mundo, según los cálculos que ha hecho Oxfam Intermón. Esto, sumado a los 198 millones que el Banco Mundial ya calculaba que en 2022 dejarían el covid-19 y las desigualdades agravadas por la pandemia significa que este año se sumarán un total de 263 millones más a la lista de personas que pasan hambre en el mundo. En total, a finales de este año, un total de 860 millones de personas podrían vivir en situación de pobreza extrema (con menos de 1,9 dólares al día). Esto también se reflejaría en los niveles de hambre a escala mundial: el número de personas que sufren desnutrición podría llegar a los 827 millones este año. Son datos del informe Después de la crisis, la catástrofe, publicado ayer por Oxfam Intermón. “Si no se toman medidas radicales e inmediatas, podríamos estar ante el aumento más grande de los niveles de pobreza extrema y sufrimiento de la humanidad de la que se tiene constancia”, advertía el director de Oxfam, Franc Cortada.

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