Putin justifica el ataque a Ucrania para mantener Rusia "independiente" y "fuerte"

El presidente ruso no ha hecho ningún gran anuncio en el discurso del Día de la Victoria contra los nazis

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MoscúNo ha habido anuncios destacados que hagan presagiar una escalada en la ofensiva rusa a Ucrania, pero tampoco nada que haga intuir una desescalada. En el tradicional desfile en la plaza Roja de Moscú del 9 de mayo, en que se conmemora la victoria sobre el ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha intentado justificar lo que el Kremlin denomina "operación militar especial en Ucrania". Según el presidente ruso, ha sido una decisión "forzada, adecuada y oportuna". En contra de lo que muchos se esperaban, el líder del Kremlin no ha hecho ningún gran anuncio: ni ha decretado la movilización general, ni ha declarado formalmente la guerra. Y es que la situación sobre el terreno continúa estando lejos de un triunfo para el Kremlin. Putin se ha limitado a repetir los argumentos habituales de su propaganda y ha reiterado que la amenaza de la OTAN era "inacceptable" para Rusia. Quizás lo más significativo del discurso ha sido que haya reconocido que ayudará a las familias de los soldados rusos muertos en Ucrania.

En su discurso no han faltado reproches hacia Occidente y hacia la Alianza Atlántica, a los que acusa de planear una invasión a Rusia. El hombre fuerte del Kremlin ha dicho que Europa “no quiere escuchar a Rusia” sino que quiere invadirla, “incluida Crimea”. Putin insiste que Ucrania era una amenaza para Rusia: “Kiev decía que podía conseguir armamento atómico y la OTAN empezó a explorar territorios cercanos a nosotros, y esto representaba una amenaza evidente para nuestro país y nuestras fronteras", ha dicho.

El Día de la Victoria rememora la dura herida que supuso para la URSS perder 26 millones de vidas (casi 8 millones de las ellas ucranianas) durante la Gran Guerra Patriótica, que es como se suele denominar en Rusia la Segunda Guerra Mundial. El 9 de mayo es la celebración nacional rusa más importante, incluso por encima de lo que es oficialmente el Día de Rusia, el 12 de junio. Uno de los ciudadanos que participaba era Aleksei, que explica que “para los rusos esta fiesta ha sido prácticamente la única que es familiar y nacional”. "Antes era el día que recuerda a los muertos en la guerra contra el fascismo, ahora es una celebración que por desgracia no es la victoria final contra los nazis”, afirma, en alusión a los argumentos del Kremlin que aseguran que su "operación militar especial" busca "desnazificar" Ucrania. Para Aleksei, el de hoy “es un día de espera hasta la victoria final, puesto que casi todo Europa está una vez más junto a los nazis y la propaganda del nazismo y la glorificación de sus partidarios (como el batallón militar ucraniano Azov) ocultos ha superado a Goebbels en su falsedad y sofisticación”.

Menos armas y menos público

Por motivos técnicos, el desfile ha sido menos lucido que otros años. Menos vehículos han pasado por las calles de Moscú, puesto que buena parte de ellos están en Ucrania. Mientras que otros años cerca de 200 blindados y tanques circulaban por el corazón de la capital, este año solo unos 130 hacían acto de presencia. Esperando ver los vehículos militares y las tropas, había menos gente que en otras ocasiones, incluida la del 2020 en plena pandemia global de coronavirus. Además, los aviones, que se preveía que sobrevolarían la plaza Roja formando una Z, no han volado. Las razones aducidas, las malas condiciones atmosféricas. En otras poblaciones rusas tampoco ha habido presencia de aeronaves, las grandes ausentes de esta jornada.

En el discurso, Putin ha pedido un minuto de silencio por los rusos muertos en la Segunda Guerra Mundial y también por los soldados rusos muertos en el Donbás, la región del este de Ucrania donde una parte del territorio se autoproclamó independiente y después pidió la anexión a Rusia. El presidente ruso ha dicho que esto provocó tensiones con la OTAN y los estados europeos y que su gobierno "instó a Europa a llegar a un acuerdo", pero que Europa no quiso escucharlos. Según Putin, de hecho, Occidente "estava preparando una acción de castigo al Donbás". Y es por eso que ha remarcado: "Todo nos indicaba que teníamos que luchar". "Estamos luchando para defender nuestra tierra y su futuro", ha añadido, y, en un giro del discurso oficialista, ha reconocido que "la muerte de cada uno de los soldados y oficiales es dolorosa" y que el estado hará todo lo posible para ocuparse de sus familias.

Veteranos e invitados asisten al desfile militar del Día de la Victoria en la plaza Roja, en el centro de Moscú.

Como era previsible, Putin ha vuelto a glorificar el pasado soviético de Rusia y ha vuelto a presentar su país como una fortaleza amenazada por Occidente, responsable de todos sus problemas desde la descomposición de la URSS, en 1991. Poniendo a Rusia en un lugar de víctima que se defiende y repitiendo la retórica sobre una Ucrania que no reconoce como país y que es solo una amenaza neonazi, el Kremlin intenta justificar la agresión.

Andrei, que no ha asistido al acontecimiento, no comulga con el discurso oficial: “Para nosotros, es un símbolo de libertad, de liberación. Una fiesta de la amistad entre pueblos, que se han unido por un mismo objetivo”. Aún así, opina que “ahora celebrar el Día de la Victoria no tiene sentido en Rusia”. "¡En nombre de nuestro país están destrozando ciudades, la población civil de nuestro pueblo hermano!”, dice. Desea que “este infierno pare y las guerras en la Tierra no empiecen de nuevo”, y está seguro que “se podrían resolver los problemas con los países vecinos de una manera diferente, sin tener que hacer estos sacrificios”.

Los lanzadores de misiles balísticos intercontinentales de Rusia Yars desfilando por la plaza Roja durante el desfile militar del Día de la Victoria en el centro de Moscú.
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