Las familias ruso-ucranianas, rotas
El conflicto ha tensado las relaciones familiares a ambos lados de la frontera
Rusos y ucranianos se consideran pueblos hermanos. Con lenguas y culturas parecidas, comparten también un pasado común tanto bajo la bandera del Imperio Ruso como la de la URSS. Y actualmente el vínculo continúa siendo muy estrecho: muchos rusos tienen raíces, compañeros de trabajo, pareja, amigos o incluso familia ucraniana. En Rusia mismo hay 3 millones de ucranianos, lo cual los convierte en la comunidad extranjera más grande del país. Pero estos puentes se están hundiendo a marchas forzadas desde el inicio del conflicto y sobre todo con la intensificación de la propaganda contra Ucrania y contra cualquier supuesto aliado de Kiev.
La familia de Iulia, por ejemplo, es medio ucraniana medio rusa. "Tan pronto como empezó, escribí a mi prima y ella me pasaba capturas de medios de allá. Siempre usando la expresión operación militar”, dice esta ucraniana que tiene familia en Rusia. Esta manera de referirse al conflicto armado admite que la “cabrea”. Posteriormente, pudieron hablar con más detalle, explica, y Iulia pasó a su prima "noticias de muchos medios". "Le decía que no se creyera nada de su gobierno y de sus medios [estatales]”, relata, y dice que su prima le explicó que en Rusia “se detenía a todo el mundo, niños y abuelos, que salían a protestar”, pero no explicó “nada sobre política” y solo decía que “estaba muy preocupada por los familiares en Ucrania”. La prima, actualmente trabajadora pública, ha recibido avisos de sus jefes de no implicarse en ningún “acto de esos”.
Pero después de haber estado hablando activamente a finales de febrero, Iulia ha dejado de hablar tan a menudo con ella porque “se ha cansado de pasarle vídeos y que ella no se posicione". "Este es el gran problema”, dice, a pesar de que está segura que le sabe mal lo que pasa, “como a la mayoría de los rusos”. Su primo sí que se había posicionado abiertamente contra el conflicto y “estaba preocupado por que lo llamaran a filas”, pero Iulia lamenta que ahora no se puede comunicar con él porque solo tenían contacto a través de las redes sociales que actualmente están bloqueadas en Rusia.
Iulia cree que no se ha “distanciado” de sus primos, pero sí que le ha “quedado claro que somos muy diferentes”. Lo que más le ha impactado es que cuando dijo a su prima que saliera a manifestarse “no solo por los ucranianos, sino también por vuestro país”, la respuesta que recibió fue: “Bueno, por algo más de pobreza no pasa nada, ya nos hemos acostumbrado, no hay que hacer un drama”. Familias como la de Iulia tendrán dificultades para verse pronto, porque tendrían que encontrarse en un “país neutral”, dice.
Ucranianos en Rusia
Mijail –nombre ficticio para preservar su integridad– es uno de los muchos rusos que tiene familia en Ucrania y está en contra del conflicto. Lamenta que una parte importante de su familia defiende la llamada “operación militar especial” contra Kiev, repitiendo consignas del Kremlin como la lucha por “desnazificar Ucrania” o minimizando el impacto de los ataques a Ucrania. A pesar de tener familia en Járkov, una ciudad ucraniana que ha sufrido duras ofensivas estas últimas semanas, dan un apoyo firme al ejército ruso.
"Mi primo [ucraniano] llegó a Rusia en 2014 huyendo del reclutamiento y ahora está cabreado, su madre está en Járkov. Ahora quiere marchar de Rusia y no sé su opinión de manera exacta porque no la quiere transmitir por teléfono, pero se nota qué piensa. Sabe que se puede encontrar un policía que le mire el teléfono”, explica Mijail. El conflicto ha producido un distanciamiento entre la parte de la familia que se posiciona junto a Putin y el resto de familiares, sobre todo la rama ucraniana. Mijail teme que esta situación perdure, porque “puede afectar de forma permanente” la relación entre los diferentes miembros de la familia. Cuando habló con este diario sabía que como mínimo la rama ucraniana estaba bien.
Discurso único
Para convencer a sus compatriotas de la necesidad del conflicto para “desnazificar” Ucrania, las autoridades rusas han limitado qué se puede decir. Los medios de comunicación tienen prohibido usar ciertas palabras para hablar de lo que pasa en Ucrania, todos están obligados a usar expresiones como operación militar especial, que es cómo Vladímir Putin se refirió al conflicto en su inicio, el 24 de febrero. El Roskomnadzor –el servicio federal de supervisión de telecomunicaciones, TIC y medios de comunicación– avisó a una decena de medios que sí que usaron estas expresiones. Posteriormente, dos se vieron obligados a cerrar, Dozhd y la emisora Eco de Moscou. Este mismo organismo bloqueó redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y TikTok, así como medios extranjeros como la BBC y webs ucranianas.
Cerrando más el discurso, se aprobó una ley que permite sancionar con hasta quince años de prisión a quien publique fake news contra el ejército ruso. Después de esta nueva ley, el presidente ruso declaró públicamente que Rusia “no ha bombardeado Ucrania” y que creía que estas acusaciones eran “mentiras clamorosas ”.