Finanzas públicas

Rusia paga su primer vencimiento de deuda pero mantiene las dudas sobre una suspensión de pagos

Algunos inversores ya han recibido en dólares el pago de intereses de dos bonos internacionales, según Reuters

Sede del banco norteamericano  JP Morgan Chase, que actúa como intermediario en los pagos de bonos rusos.
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BarcelonaAlgunos inversores internacionales ya han recibido el pago, en dólares norteamericanos, de los intereses de la deuda que Rusia tenía que pagar este miércoles, según ha informado la agencia Reuters. Así pues, Rusia evita de momento la suspensión de pagos, a pesar de que tendrá que hacer frente a más vencimientos en las próximas semanas. Concretamente, el pasado miércoles expiró el plazo oficial para pagar dos vencimientos de cupones –intereses de dos bonos– por un valor total de 117,2 millones de dólares, el primer pago desde la invasión de Ucrania. A pesar de tratarse de una cantidad pequeña para un gobierno como el ruso, había dudas de que el Kremlin fuera capaz de pagarlos debido a las sanciones impuestas por la mayoría de países occidentales.

Este lunes el ministerio de Finanzas ruso había asegurado que ya había dado la orden de pago, pero el miércoles ningún inversor había recibido aún el dinero. Los pagos de bonos incluyen un periodo de gracia de 30 días, por lo cual las agencias de calificación internacional no declararon el impago de esa deuda.

Ahora bien, el jueves por la tarde alguno –pero no todos– de los inversores ya había recibido el dinero, según Reuters, que también informó que el banco de inversión norteamericano JP Morgan Chase, que actúa como intermediario de la operación para Rusia, había recibido y procesado el dinero y lo había transferido a otro banco de Wall Street, Citi. Este último actúa como agente pagador y, por lo tanto, es el encargado de transferir los fondos finalmente a las cuentas de los bonistas.

Los países de la OTAN, la UE y sus aliados –como por ejemplo Australia, Suiza, Singapur, Japón y Corea del Sur, entre otros– han impuesto duras sanciones económicas a Rusia como represalia por la guerra en Ucrania. Entre las medidas está la expulsión de varios bancos rusos del Swift –el sistema internacional de transferencias bancarias– y la congelación de todos los activos en monedas extranjeras y oro que el estado ruso acumula fuera de sus fronteras. Esto significa que más de la mitad de los 640.000 millones de dólares de reservas que el Kremlin había ido acumulando con los años han quedado bloqueados y las autoridades rusas no pueden acceder a ellos.

Además, muchos de estos países también han prohibido a sus propios ciudadanos y empresas mantener transacciones comerciales con Rusia. No obstante, en el caso de Estados Unidos, esta prohibición contiene excepciones, entre las cuales están recibir el pago de deuda rusa. La excepción permite a EE.UU. asegurarse que sus inversores no tienen pérdidas y a la vez que el gobierno ruso se tenga que deshacer de parte de las reservas extranjeras. Por el contrario, mantiene a Rusia como estado solvente.

Algunos bonos rusos en dólares tienen una cláusula que les permite abonar con su propia moneda, el rublo, pero este no era el caso del pago de esta semana, que correspondía a dos bonos que no contenían esta provisión. Además, el gobierno del presidente Vladímir Putin autorizó a pagar en rublos las deudas contraídas por empresas y ciudadanos rusos con otras monedas, pero no ha aplicado esta medida a este abono de deuda, que se ha hecho en dólares.

Rebaja de la calificación

Si finalmente abona la totalidad de los 117,2 millones de dólares, Rusia habrá esquivado la suspensión de pagos, a pesar de que en lo que queda de mes de marzo tiene nuevos pagos de 615 millones y el día 4 de abril es el vencimiento de un bono valorado en 2.000 millones. Ante esta perspectiva, la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó la nota de Rusia de "CC" a "CCC-", que indica dificultades técnicas para pagar.

El abono de los intereses que vencían este miércoles evita también que se activen los credit default swaps (CDS) sobre la deuda rusa. Estos productos financieros actúan como seguros contra la quiebra de deuda, por lo cual los bancos que los emiten tendrían que cubrir a los bonistas las pérdidas ocasionadas por un hipotético impago por parte de Moscú. JP Morgan Chase cifra en casi 40.000 millones de dólares el valor de los CDS sobre deuda rusa que hay en el mercado.

Además de los problemas de la deuda pública, Rusia también puede tener problemas por impagos de deuda de sus compañías. En total, las empresas rusas deben 100.000 millones de dólares en títulos de deuda, una quinta parte de los cuales están en manos de inversores extranjeros.

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