El ataque ruso a Ucrania

Rusia, ante una posible quiebra por las sanciones y la fuga de empresas

La agencia de calificación Fitch califica de "inminente" el impago de la deuda pública rusa

Símbolo del capitalismo: imagen de la apertura del primero McDonald's en Moscú, en 1990.

BarcelonaLa economía rusa podría empezar a tambalearse debido a las sanciones internacionales por su invasión de Ucrania y la fuga de empresas que está sufriendo desde que empezó el ataque. La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha vuelto a rebajar la nota de solvencia como emisor a largo plazo de la deuda soberana de Rusia, que pasa de B a C, ante un riesgo de impago "inminente".

En su análisis, la calificadora de riesgos ha justificado la rebaja de rating como consecuencia, en parte, del decreto aprobado en Rusia el 5 de marzo pasado que potencialmente podría obligar a redenominar los pagos de deuda soberana en moneda extranjera a moneda local para acreedores en países específicos. Además, Fitch apunta que, desde finales de la semana pasada, la aplicación de la regulación del Banco Central de Rusia ha restringido la transferencia de cupones de deuda rusa en moneda local a inversores que no residan en el país.

Las agencias de rating trabajan para "inversores internacionales" y, con las sanciones cada vez mayores, "el riesgo ha cambiado radicalmente" a la hora de invertir en bonos rusos, explica Xavier Freixas, catedrático de economía financiera de la UPF. Hay que tener en cuenta que ocho bancos rusos han sido expulsados del sistema internacional de validación de transferencias Swift –hay sistemas alternativos, pero Swift es lo más utilizado en todo el mundo con diferencia– y el Banco Central ruso tiene bloqueado el acceso a las reservas en divisas extranjeras que mantiene en el extranjero, lo cual ha desplomado el valor del rublo, la moneda rusa.

Con el bloqueo de las reservas, el Banco Central de Rusia subió los tipos de interés básicos del 9% al 20%, con la intención de captar más inversores extranjeros hacia el país, pero con el efecto negativo de encarecer los pagos de deuda. Para frenar la salida de divisas, este miércoles la presidenta del Banco Central ruso ha prohibido la retirada de más de 10.000 dólares de los depósitos en divisas extranjeras de las entidades financieras del país, en lo que sería un primer corralito, a pesar de que muy limitado y diseñado solo para evitar la salida de moneda extranjera.

En el hipotético caso de quiebra de Rusia, la banca italiana y francesa serían las más afectadas, según datos del Banco de Pagos Internacionales. Las compañías financieras de estos dos países tienen invertidos más de 25.000 millones de dólares en activos rusos –esto incluye tanta deuda pública y privada como participaciones en empresas y otras inversiones–, seguidas por los bancos austríacos y los norteamericanos, con una exposición de más de 17.000 y 14.000 millones de dólares, respectivamente (como se puede ver en el gráfico adjunto). La vulnerabilidad de los bancos españoles ante una posible quiebra rusa es mucho más baja, puesto que las inversiones que acumulan en el país son inferiores a los 900 millones de euros.

Este martes el gobierno de los Estados Unidos también prohibió la compra de petróleo, carbón y gas natural en Rusia, una medida replicada parcialmente (solo con productos petroleros) por el Reino Unido, pero no por la Unión Europea, mucho más dependiente de la energía rusa.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que lo que está impactando la economía rusa no son solo las sanciones, sino también "el efecto de las sanciones", indica Freixas. Es decir, con la salida de compañías internacionales, la negativa a comprar materias primas por parte de la primera potencia económica del planeta y la imposibilidad de acceder a divisas extranjeras por parte del estado ruso, la economía del país se puede retardar de manera muy notable y entrar en una espiral negativa: el consumo de las familias cae, la inversión empresarial también, sube el paro y la recaudación de impuestos se desploma, en el que sería un ciclo clásico de cualquier recesión. Todo esto añade todavía más riesgo a las inversiones en Rusia y dificulta al gobierno hacer frente a sus obligaciones con los acreedores. Las sanciones tienen, pues, "un efecto directo y un efecto indirecto multiplicador" del impacto, explica Freixas.

Fuga de multinacionales

Aparte de los problemas en las finanzas públicas y en el sistema bancario, el país presidido por Vladímir Putin está sufriendo una fuga de multinacionales como protesta por el conflicto bélico. Las últimas que han anunciado que suspendían sus operaciones en Rusia el martes al atardecer fueron cuatro norteamericanas: el gigante de las bebidas Coca-Cola, su competidor Pepsi, la cadena de comida rápida McDonald's y la empresa de cafeterías Starbucks. "Nuestros corazones están con las personas que están soportando los efectos inconcebibles de estos trágicos acontecimientos en Ucrania", ha argumentado Coca-Cola en un comunicado.

Entrada de la planta de Coca-Cola en Rostov, a 200 kilómetros de Moscú.

En cuanto a McDonald's, cierra temporalmente un total de 850 restaurantes, pero ha asegurado que continuará pagando los 62.000 empleados que tiene en Rusia. La cadena de comida rápida, que abrió su primer local en 1990 cuando la Unión Soviética abría su economía al resto del mundo, ha avanzado que no sabe cuando volverá a reabrir, y también ha admitido que estaba sufriendo problemas de suministro. McDonald's también tiene cerrados debido a la guerra los 108 locales que tiene en Ucrania.

También Unilever y L'Oréal

Por su parte, Starbucks cierra el centenar de tiendas que tiene en Rusia, pero también ha decidido seguir pagando a sus trabajadores, que suman 2.000 personas. También el fabricante de productos de belleza Unilever ha anunciado que suspende el comercio con Rusia, igual que L'Oréal, que cierra sus tiendas y la venta por internet en territorio ruso, y la catalana Roca de porcelana sanitaria, que baja la persiana de las seis plantas que tiene y donde trabajan más de 3.000 personas.

A estos cierres se tienen que sumar los anunciados la semana pasada por el grupo Inditex con más de medio millar de tiendas, Puma, Mango o Prada. Además, el fin de semana pasado también suspendieron temporalmente todas sus actividades en el país de Putin Visa, Mastercard y American Express.

stats