Putin lanza el peor ataque aéreo contra Kiiv mientras ignora las propuestas de alto el fuego
Zelenski habla con Trump por teléfono y acuerdan mejorar las defensas contra los misiles rusos
MoscúLos mensajes confusos que envía Donald Trump sobre el conflicto de Ucrania están desbrozando el camino a Vladimir Putin para seguir luchando en el frente y bombardeando ciudades. El presidente de Estados Unidos se muestra frustrado ante la negativa del presidente ruso a detenerse hasta que Volodímir Zelenski se rinda, mientras miembros de su gobierno hacen la harina plana en el Kremlin con decisiones que perjudican a Kiiv, como la suspensión de algunos envíos de armas o la presión para levantar sanciones a Moscú.
Según el canal NBC, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, optó por pausar el suministro de ayuda militar a Ucrania sin que la supuesta alarma por los niveles bajos de los arsenales estadounidenses lo justificara. De hecho, el movimiento cogió por sorpresa al departamento de Estado ya los miembros del Congreso, muchos de los cuales lo criticaron. Una situación similar ocurrió en febrero, cuando Hegseth cerró el grifo en Kiiv unilateralmente y no informó de ello en la Casa Blanca.
Tras la conversación telefónica entre Trump y Zelenski de este viernes, el presidente ucraniano no se ha pronunciado sobre la polémica. Ahora bien, en un comunicado, agradeció "el apoyo prestado" por Estados Unidos y explicó que habían acordado "trabajar juntos para fortalecer la protección" del cielo de Ucrania. Esto, tras el ataque aéreo récord contra Kiiv en la madrugada del viernes, que dejó un fallecido y al menos 26 heridos, y obligó a la población de la capital a esconderse durante más de siete horas en refugios.
Rusia ha golpeado la capital de Ucrania con un ataque especialmente masivo: 11 misiles y 539 drones que han destruido infraestructura ferroviaria y han incendiado edificios y coches en varios lugares de Kiiv.
Zelenski ha añadido que ambos han hablado de posibilidades de "producción conjunta" de armas y de oportunidades de "inversión mutuas". La escasez de sistemas antidrones y antimisiles Patriot es uno de los quebraderos de cabeza de Kiiv, que ve cómo cada día Moscú es capaz de lanzar bombardeos más masivos. Por este motivo, Trump también ha discutido con el canciller alemán, Friedrich Merz, la compra de Patriots por parte de Alemania para Ucrania.
Los titubeos de Trump con Putin
La aparente predisposición del líder estadounidense a seguir ayudando a Zelenski contrasta con los titubeos a la hora de apretar a Putin. "Estoy muy decepcionado con la conversación, no creo que quiera detenerse y es una lástima", ha dicho este viernes Trump sobre la llamada con el presidente ruso del día anterior. Sin embargo, los lamentos del presidente estadounidense ante la falta de voluntad del Kremlin de aceptar un alto el fuego empiezan a sonar como la canción del enfadoso porque la realidad es que hasta ahora no se han traducido en ningún ultimátum en Rusia.
El 27 de abril, Trump aseguró estar "muy decepcionado con los misiles rusos", tras la ola de ataques aéreos posterior a la tregua de Pascua. El 30 de mayo, a raíz del bombardeo más letal contra Kiiv en nueve meses, volvió a mostrarse "sorprendido y decepcionado" con el líder ruso. Es más, en los días previos había llegado a amenazarle con nuevas sanciones, aunque se había acabado desdiciendo. "Creo que estoy a punto de cerrar un acuerdo, no quiero estropearlo", había afirmado.
Zelenski ha querido desmentir la idea de que Putin está engatusando a Trump y ha dejado claro que el presidente estadounidense "está bien informado de la situación y entiende perfectamente lo que ocurre" en el frente. Pero no es ahora que el líder estadounidense se da cuenta de que Putin está decidido a seguir luchando hasta conseguir sus objetivos. Ya el 19 de mayo, después de otra conversación entre Washington y Moscú, que públicamente Trump vendió como un éxito, admitió en privado a los dirigentes europeos que el presidente ruso no tenía intención de debatir el fin de las hostilidades porque estaba convencido de que podía ganar la guerra.
Sin embargo, Steve Witkoff, otro de los miembros de la administración estadounidense más sensible a la posición rusa, sigue insistiendo en la necesidad de hacer gestos hacia Putin. Este viernes,Politicopublica que el enviado especial de Trump es partidario de levantar las sanciones energéticas a Rusia, después de que ambos presidentes discutieran por teléfono las posibilidades de cooperación en este ámbito.
La guerra no pasa factura a Putin
Sin presión económica, con voces de la administración estadounidense que piden aliviar sanciones, con la Casa Blanca enviando mensajes desconcertantes sobre la ayuda militar a Kiiv, Putin no tiene ningún incentivo para apresurarse a sentarse para negociar. Tampoco en el frente interno. Los síntomas alarmantes que muestra la economía y que llenan las páginas de los diarios oficialistas rusos, o los toques de alerta de las autoridades sobre una posible recesión o sobre el agotamiento del modelo productivo basado en el gasto militar, no parecen pasar factura al líder del Kremlin.
Una encuesta publicada esta semana por el Centro Levada de análisis sociológico independiente revela que el 74% de los rusos siguen apoyando la guerra contra Ucrania. El porcentaje cayó ligeramente respecto a mayo, cuando un 80% se mostraba a favor. Ahora bien, paradójicamente, un 68% de los ciudadanos son también partidarios de encontrar una solución diplomática al final del conflicto. Sin embargo, de momento todavía no hay fecha para una nueva ronda de conversaciones entre Kiiv y Moscú, y tampoco nada hace pensar que de la próxima cita se puedan esperar grandes avances.