Suráfrica se siente castigada por haber descubierto la nueva variante ómicron

Cyril Ramaphosa califica las medidas de Occidente de "injustificadas" y en Malawi lo tildan de "afrofobia"

Guillem Sartorio
4 min
Los mostradores de facturación del aeropuerto internacional de Johannesburgo cerrados por la cancelación de vuelos

JohannesburgoLos sudafricanos se vuelven a sentir castigados y aislados del mundo. Tres días después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificara la nueva variante del coronavirus, la ómicron, de "preocupante", el mundo occidental ha cerrado y blindado las puertas a los países del África austral. El bloqueo se ha visto traducido en el hecho de que la mayoría de compañías aéreas comerciales han cancelado sus vuelos con origen a las principales ciudades del sur de África, y han dejado en tierra a miles de pasajeros –entre ellos, 150 turistas del estado español, según han informado servicios consulares–. En varios países europeos, entre los cuales España, a los pasajeros provenientes de Suráfrica se les exigirá una cuarentena de diez días, además de una prueba PCR, mientras que hasta ahora solo era necesaria una PCR negativa o el certificado de vacunación.

La decisión ha causado frustración y descontento entre las autoridades sudafricanas. "Las restricciones son injustificadas y discriminan a nuestro país y a nuestros países hermanos de África del sur. La prohibición de viajar no está basada científicamente ni será efectiva para evitar la propagación de esta variante", decía el domingo el presidente de Suráfrica, Cyril Ramaphosa, en un discurso televisado en el que mostró un ademán visiblemente más serio que en comparecencias previas. "Queremos hacer un llamamiento a los países que han impuesto prohibiciones en nuestro país a hacerse atrás urgentemente en sus decisiones y levantar las restricciones antes de que hagan más daño a nuestra economía", reclamó Ramaphosa. El presidente de Malawi, Lazarus Chakwera, ha hablado directamente de "afrofobia".

Felicitando a los científicos sudafricanos por la detección de la ómicron y la rapidez en informar a las Naciones Unidas, el director regional de África de la OMS, Matshidiso Moeti, ha criticado el aislamiento al que se está exponiendo el sur del continente africano por parte de Occidente: "Las restricciones para viajar pueden tener un papel menor a la hora de reducir la propagación del virus, pero tienen un impacto enorme en las vidas de la gente. Si se aplican restricciones, no tendrían que ser innecesariamente invasivas o intrusivas, y tendrían que estar basadas en principios científicos", ha argumentado.

"Pánico innecesario"

El descubrimiento de esta nueva variante del coronavirus, identificada como B.1.1.529, fue anunciada el jueves por científicos y autoridades sanitarias sudafricanas, a partir de muestras que se tomaron a mediados de noviembre. "Los pacientes presentan síntomas más leves, ha habido un pánico innecesario de la comunidad internacional", explicaba a la BBC la primera doctora que alertó a las autoridades sanitarias, Angelique Coetzee.

La realidad es que, con Navidad y las vacaciones de verano cerca, Suráfrica está a las puertas de una cuarta ola, experimentando un rápido aumento de casos, de 500 hace dos semanas a 1.600 en los últimos siete días, la mayoría en la provincia de Gauteng, la más pequeña pero la más poblada del país, donde están las ciudades de Pretoria y Johannesburgo. Actualmente, un 75% de los nuevos casos detectados en el país ya son de la nueva variante.

"Es de esperar que la transmisibilidad sea más alta, así que veremos un rápido incremento en el número de casos, ya podemos ver indicios. Creo que llegaremos a los 10.000 casos a finales de semana, así que los hospitales volverán a estar bajo presión en las próximas dos o tres semanas", ha explicado este lunes en rueda de prensa el epidemiólogo sudafricano Salim Abdool Kari.

Vacunados un 24% de los sudafricanos

A propósito de esto, y en su comparecencia del domingo, Ramaphosa urgió a los sudafricanos a mantener los protocolos anticovid, subrayó la importancia de vacunarse y puso encima de la mesa la posibilidad de hacer obligatoria la vacuna para la población. "El gobierno ha creado un equipo que estudiará la posibilidad de que la vacuna sea obligatoria en ciertos lugares o en ciertos ámbitos laborales", dijo. Actualmente, solo un 24% de los sudafricanos han recibido la pauta de vacunación completa, muy por debajo de los objetivos marcados por el gobierno. Muchos sudafricanos, sobre todo hombres, se muestran todavía reticentes a recibir la dosis.

Suráfrica es de largo la nación más castigada por el covid-19 en el continente. Después de dos años batallando contra el virus, y justo después de superar la última ola dominada por la variante delta, muchos esperaban un diciembre y unas vacaciones de verano positivas para el turismo y la economía. El país estuvo incluido en la lista roja de Reino Unido, uno de los principales puntos de origen de los viajeros en Suráfrica, hasta el octubre pasado, a pesar de tener cifras mucho más bajas que muchos países europeos. "Creo que Reino Unido reaccionó de manera apresurada", afirmó Otto de Vries, director general de la Asociación de Agencias de Viajes de África del Sur, a The Guardian, en referencia a la suspensión de vuelos después del descubrimiento del ómicron. Londres fue el primero de muchos, y el impacto económico de las nuevas medidas fue instantáneo: la bolsa de Johannesburgo cayó casi un 2% el viernes, y el rand cotizaba a su nivel más débil en más de un año.

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