Cómo aprender una lengua nueva en família
La movilidad internacional ha hecho que las familias tengan que gestionar el multilingüismo dentro del propio hogar sin saber cómo
BarcelonaEl multilingüismo es una realidad que crece año tras año por fenómenos como la inmigración, el turismo y la movilidad internacional. Los estudios sobre multilingüismo defienden que las familias deben mantener la lengua familiar propia, porque transmite todo un bagaje familiar que tiene valor social y emocional, pero también deben incorporar la lengua propia del lugar donde viven en su repertorio como primer paso para integrarse y vivir en igualdad de condiciones. ¿Pero cómo se puede hacer esto? ¿Cómo se puede introducir una lengua (sea cual sea) en la familia? ¿Y cómo se hace en el caso de una lengua minorizada —com el catalán— que carece del poder regulador de un estado? Anna Solé Mena, que publicó Multilingües desde la cuna (UOC, 2010), nos ayuda a trazar cinco pasos esenciales para añadir un idioma en casa.
- Contacto: Las personas aprenden la lengua que necesitan. Se deben crear ocasiones en las que jóvenes y adultos sientan el catalán y tengan que hablarlo (en la escuela, en el trabajo, etcétera). La exposición abre un espacio de conocimiento y a la vez de necesidad de lanzarse en la nueva lengua. Si la escuela hace esta función entre los jóvenes, los adultos tendrían que encontrar espacios alternativos, como por ejemplo un grupo de lengua para adultos o una pareja lingüística, porque compartir el aprendizaje con otros adultos genera confianza.
- Disfrute: Más allá de la necesidad, es fructífero que las actividades que se realicen en el idioma que se quiere introducir sean divertidas, atractivas, un disfrute, sea por la actividad en sí o por la compañía con la que se realiza, es decir, por los vínculos que estableces. Por eso, es importante que la lengua se use en espacios donde se dan usos informales, para jóvenes –ocio, ocio, redes– y para adultos –actividades culturales, agrupaciones sociales y cívicas.
- Motivación: La actitud hace milagros. Si la familia es consciente y transmite que es importante adquirir la lengua –porque esto te dará un futuro mejor, porque te integrará en una comunidad, porque tendrás más amigos, porque tendrás más intereses, más dinero– el hijo comprenderá que esto le conviene y será más receptivo. Si el adulto aprende la lengua, el hijo la adoptará más fácilmente.
- Inclusión: La comunidad debe ofrecer espacios lingüísticamente acogedores a los recién llegados, formales e informales. En nuestro caso, la primera puerta abierta es dirigirse en catalán, como acto de acogida y no de exclusión (la convergencia lingüística al castellano es un hábito contraproducente). Los expertos afirman que el conocimiento de la lengua de algunos recién llegados (especialmente si también tienen lenguas familiares minorizadas, como el amazig o el panjabi) tiene efectos en el reconocimiento del catalán como un efecto espejo. Cuanto más se integren en las familias socialmente, más se agarrarán a la lengua del lugar.
- No tener miedo: "El catalán se aprende viviéndolo. No hace falta hablarlo perfecto para empezar a utilizarlo", dice Anna Solé Mena. Lo fácil es empezar en la vida diaria, en las tiendas, en la escuela, a partir de frases sencillas y reiterativas ("Buenos días", "¿Cómo estás?", "Gracias"). No hace falta tener miedo a mezclar idiomas al principio, ni a pedir ayuda, porque los catalanohablantes responden muy bien al esfuerzo de hablar su lengua y lo entenderán perfectamente.