Tecnología

Alternativas a Instagram para celosos de sus datos

Meta quiere hacer caja con los usuarios europeos, pero puestos a pagar, hay opciones mejores

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Un joven utilizando un teléfono móvil

BarcelonaMeta Platforms dejó caer en febrero del año pasado la posibilidad de cerrar para los usuarios europeos sus servicios de Facebook e Instagram si las autoridades de Bruselas insistían en hacerle guardar y procesar en servidores situados en Europa los datos de los usuarios. En ese momento, algunos pensamos que buen viento y barca nueva, pero el revuelo entre el público que veía peligrar su dosis de contenido digital intrascendente fue de tal magnitud, que la empresa acabó desmintiendo que tuviera intención de irse de 'Europa, aunque la noticia no había surgido de ningún comentario informal, sino que estaba incluida en un documento oficial para inversores dirigido al regulador de bolsa de EE.UU.

En realidad, esa amenaza de retirarse de Europa era un globo sonda. Pese a disfrazarse de red social (Facebook), álbum de fotos (Instagram) y servicio de chat (WhatsApp) para captar usuarios, el verdadero negocio de la empresa es la gestión mayorista de publicidad digital, en forma de anuncios en varios formatos que aparecen tanto en sus plataformas propias citadas como en millones de webs y aplicaciones móviles que le ceden los espacios publicitarios a cambio de una comisión. Es exactamente el mismo negocio que está detrás de Alphabet, la matriz de Google y YouTube, con la que Meta se reparte la gran mayoría del mercado. Entre ambas empresas hacen posible, por ejemplo, la existencia de muchos juegos para teléfono móvil que no obligan al usuario a desembolsar ni un céntimo porque viven de los ingresos publicitarios y de proporcionar a alguna de las dos plataformas datos muy detallados sobre cada usuario y su dispositivo, datos que utilizan para personalizar sus anuncios. Por eso, Meta no puede permitirse renunciar a los 400 millones de usuarios europeos que utilizan mensualmente Facebook o Instagram, 300 millones de los cuales se conectan a diario. La clave son los 7.300 millones de dólares de ingresos que le generan cada trimestre, equivalentes a unos seis dólares mensuales por cada usuario europeo.

Compensar la pérdida de ingresos

Por eso Meta ha decidido girar el calcetín de los requisitos que Bruselas impone en las grandes plataformas, expresados en la reciente Directiva de Servicios Digitales (DSA). La empresa reconoce la evidencia de su actividad chupadora de datos de los usuarios y les ofrece dos opciones: aceptarla explícitamente y continuar como hasta ahora, o rechazarla y pagar por el privilegio de no ser rastreados ni tener que soportar anuncios entre el contenido (otra cosa son las publicaciones patrocinadas, lo que los influencers llaman colaboración con las marcas y que podrán seguir existiendo para que se escapen del control de la plataforma). Dicho pago sería de 10 euros mensuales, que suben a 13 euros en caso de abonarse vía las aplicaciones móviles, para compensar la comisión que se quedan la App Store de Apple y la Play Store de Google. Así pues, Meta compensaría con creces la pérdida de ingresos publicitarios en el caso de los europeos que decidan abonarse.

Ahora bien, puestos a pagar, los usuarios empezarán a plantearse si Instagram –o Facebook, porque la cuota mensual sólo dará derecho a una de las redes; habrá que añadir 6 euros más por la segunda– son el mejor sitio donde verter entre 120 euros (abono directo) y 156 euros (móvil) cada año. Centrándonos en Instagram, es muy pobre como red social (las publicaciones no admiten enlaces, las conversaciones y comentarios cuestan de seguir) y pésima como álbum de fotografías (pérdida de resolución, limitación de formatos, ausencia de metadatos de las imágenes ). Así pues, parece una buena ocasión para plantearse alternativas para publicar y difundir fotografías, alguna de las cuales es probable que ya esté pagando sin aprovecharla.

Apliques de álbumes fotográficos

Existen numerosos servicios de álbum fotográfico digital que sobresalen en los aspectos donde Instagram pincha estrepitosamente: mantienen la calidad original de las imágenes, son más flexibles en los formatos, ofrecen herramientas de edición avanzadas, facilitan la búsqueda, etiquetado o clasificación del contenido, proporcionan control sobre la difusión –lo que ahora llaman compartición– de cada imagen, disponen de aplicaciones móviles para guardar automáticamente en la nube privada las fotos del teléfono y decidir después qué hacemos, y la mayoría ofrecen impresión bajo demanda por tener álbumes en papel.

Uno de los servicios más veteranos es Flickr. También es el más clásico en términos de organización del contenido, mediante etiquetas y álbumes, que pueden ser privados, de limitada difusión o del todo públicos. Abonarse a la modalidad Pro, sin límite de capacidad ni pérdida de resolución, cuesta 72 euros al año. En cambio, en Google Photos se nota el legado del producto primigenio de la casa, el buscador web. Las fotografías se pueden agrupar en álbumes, pero lo habitual es tenerlas todas juntas y buscarlas por fecha, por lugar o incluso por las personas que salen, gracias a la función de reconocimiento facial. Se pueden generar enlaces para enviar a quien queramos, pero es especialmente práctica la función de compartir un álbum con otros usuarios que tengan una cuenta de Google (prácticamente todo el mundo que tenga un teléfono con sistema Android), que pueden añadir sus fotografías para que las vea todo el mundo que sea invitado. Photos forma parte del programa Google One de almacenamiento en la nube (compartido con otros servicios como Gmail y accesible para los miembros de la familia), que ofrece dos terabytes por 100 euros al año o cinco terabytes por 250 euros anuales.

A caballo entre Flickr y Google Photos encontramos OneDrive, la nube de Microsoft, menos flexible pero con el valor añadido de incluir el uso de las aplicaciones de ofimática de la casa, como Word, Excel, PowerPoint y otros. Por 20 euros anuales hay una versión básica con 100 gigabytes de capacidad, pero sale mucho más a cuenta el 365 Personal, con un terabyte de espacio por 69 euros al año, y más el 365 Familia, con seis terabytes ( uno por persona) por 99 euros anuales. Probablemente, el servicio menos conocido es uno que ya paga: Amazon Photos ofrece capacidad ilimitada de almacenamiento de fotos y vídeos sin pérdida de resolución y está incluido en la cuota de 50 euros al año del servicio Prime de entrega de paquetes sin coste adicional, que también incluye el acceso a la plataforma Prime Video de TV a la carta.

Sin embargo, si está cómodo con las limitaciones del modelo de Instagram, pero prefiere no ver anuncios ni ser rastreados y tampoco desea pagar nada, es en el fediverso donde encontrará la mejor alternativa. Pixelfed es en Instagram lo mismo que Mastodon en Twitter: una plataforma descentralizada con múltiples servidores interconectados en régimen de federación, donde cada administrador es soberano sobre el tipo de imágenes que admite, pero el usuario es libre de cambiar en cualquier momento a otro servidor que más le guste, conservando tanto el contenido como los seguidores.

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