Vicepresidenta de la asociación Dones Visuals

Carme Puche: "Cada año hay nueva oleada de cineastas despreciadas por la industria audiovisual"

Valentina Neira
4 min
Carme Puche es vicepresidenta de Dones Visuals

BarcelonaCarme Puche (Barcelona, 1977) es periodista, guionista, directora de cine y vicepresidenta de la asociación Dones Visuals. Esta entidad surgió de la disconformidad de cuatro mujeres del sector audiovisual cansadas de ver sus méritos no reconocidos y sufrir falta de oportunidades. Cuatro años después de fundarse, ya hay 500 profesionales que forman parte de la asociación, desde directoras a estilistas o docentes. Dones Visuals vela por la efectiva representación de las mujeres en el sector, visibilizar su talento y presionar a las empresas y las administraciones para que apliquen medidas correctoras de la desigualdad.

¿Cómo se acaba uniendo a Dones Visuals?

— Soy madre de dos hijos y la maternidad se tiene muy poco en cuenta en la mayoría de entornos profesionales. Con el primer hijo, lo pude compaginar bien, pero con el segundo era mucho más difícil seguir estando en el mercado. A la vez, sin embargo, me abrió una manera diferente de crear, de mirar el cine, de ver las historias. A mí mi segundo hijo me abre a Dones Visuals y al mundo de los feminismos.

¿Cuál es la misión de la entidad?

— Trabajamos por lo que nos gusta denominar “transformación del audiovisual” hacia un sector más justo, enriquecido y equitativo. Hacia esta transformación no hay un solo camino, sino que necesita varios procesos simultáneos. Tenemos que disponer de medidas correctoras, claro, pero antes necesitamos saber qué está pasando y cuáles son los datos reales del sector, para poder decidir entonces cuáles tienen que ser estas medidas. Paralelamente, las cineastas necesitan ser acompañadas, poder acceder a formaciones de calidad y ser visibilizadas.

¿Cuál es la situación de las mujeres al audiovisual?

— Cuando hablamos de la situación de las mujeres, me gustaría que se entienda que es muy diferente para las mujeres blancas heteronormativas que para el resto. Es diferente si tienes una interseccionalidad: si eres racializada o tienes una diversidad intelectual… Los datos disponibles del sector son de mujeres y hombres juntos. Por lo tanto, toda esta diversidad y esta diferencia no la conocemos. Esto refleja que no se reconoce la importancia de su existencia. Y esto es muy fuerte.

¿Tenéis algún dato?

— A estas alturas, a pesar de que un 64% de la educación superior en el audiovisual lo forman mujeres, solo un 16% lideran proyectos en la industria. Los últimos años hemos pasado de una media de 16% de presencia femenina a un 26%. Con este ritmo, tendremos que esperar al 2044 para que el 26% se convierta en un 50%, y una cineasta afrodescendente lo conseguirá en 2094, para poner un ejemplo de un colectivo minorizado. Además, las mujeres trabajamos en películas con presupuestos que son un 40% más bajos que los de los hombres y esto tiene implicaciones negativas en cuanto a crear, producir y promocionar el proyecto. En Catalunya no estamos mejor que otros lugares, a pesar de que, si comparamos con temas de ayudas públicas, sí que es verdad que en Catalunya se ha dado un salto. Y aquí Dones Visuals tenemos mucho que decir, porque hemos trabajado en ello desde el primer día.

La imagen que se tiene de las mujeres como colectivo viene condicionada por las imágenes que consumimos. ¿A qué os referís?

— La manera en la que se nos representa en películas y series condiciona el mundo que nos encontramos cuando vamos a trabajar. Es necesario que empecemos a poner a mujeres racializadas que no sean pobres o que no estén siendo violadas o ejerciendo de prostitutas. Lo que nos pasa a las creadoras audiovisuales, al final del día, no es idiosincrásico del audiovisual, sino que nos está pasando a todas las mujeres constantemente.

¿Qué se puede hacer para mejorar la situación?

— Hay una creencia general según la cual, como las mujeres cada vez tenemos más presencia en más ámbitos, esto cambiará de una manera natural. Pero nosotros, igual que otras muchas asociaciones europeas, creemos que no. Sí ha habido mejoras, pero no hay nada garantizado, nada ganado.

¿Qué pedís a la administración?

— Por un lado, cuotas de paridad. Y por el otro, que haya una persona, como mínimo, especializada en perspectiva de género e interseccionalidad en la Corporación. Esto es una demanda que llevamos haciendo desde hace mucho tiempo y que es el modelo puesto en marcha por el British Film Institute.

¿Creéis que son medidas que se aplicarán a corto plazo?

— Nosotras siempre lo decimos: no queremos trabajar para el futuro; nosotras trabajamos para el presente. Nos negamos rotundamente a perder este año a las oleadas de cineastas que podrían estar explicando historias, formando equipos y creando un imaginario totalmente diferentes. Hay una urgencia. Estamos organizadas y somos imparables. En la comparecencia ante el Parlamento, la directora, Yolanda Olmos, dijo: “Bueno, no lo digo como una amenaza”. Pero quizás sí tenemos que empezar a formular amenazas, en el sentido positivo y motivador de la palabra: nosotras no pararemos.

Uno de los trabajos que hacéis, además del acompañamiento a cineastas y la propuesta de medidas, es el directorio. ¿En qué consiste exactamente? 

— Cuando empezó Dones Visuals una de las excusas que nos daban era: “Es que yo busco mujeres y no las encuentro”. Pues bien: en estos momentos el directorio tiene más de 700 perfiles. No es obligatorio ser socia de Dones Visuals, sino que todas las profesionales pueden formar parte de él. Además, es un estímulo y un referente para otras mujeres poder ver la trayectoria de compañeras. Queremos que provoque la reacción de pensar: “Si ella puede, yo también”.

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