Nueva intervención de Felipe VI en el Congreso, nueva interpretación a conveniencia en las diferentes portadas. El monarca, en realidad, es como aquellos one hit wonders de los años 80, condenados a repetir su único tema exitoso una y otra vez en los conciertos. De la misma forma que no se puede concebir un bolo de A-ha sin el inevitable Take on me, el jefe de estado siempre deja deslizar la palabra unidad en sus discursos, en un muy válido ejemplo de dicho castellano Dime de qué presumas y te diré de qué careces, genialmente resumida en catalán con la lacónica Quien presume, hace humo.
Felip soltaba el suyo single sobre la unidad y unidad es la palabra destacada en las portadas deEl Mundo, elAbc y La Razón. Trabajada como aquella arena mágica infantil tan graciosa en los primeros cinco minutos –y menos cuando tienes que barrerla–, sus modestas seis letras en realidad quieren decir algo como “ahora que Sánchez y los separatistas quieren destruir a España porque son muy mala gente”. La misma palabra, en cambio, también aparece en La Vanguardia, pero el diario de Godó está a favor de la amnistía, si esto aplaca la tormenta. Por tanto, el titular “El rey llama a la unidad ante un Congreso crispado” ya no habla de crisis territorial, sino de entendimiento, buen rollo, ustedes que pueden dialogar y aquí paz y después gloria. También hace gracia que sea justamente El País quien obvia el sempiterno hit felipista (de Borbón) y titula sin mencionar la palabra de marras: "El rey apela al espíritu de la Transición". Claro, la Transición se basó en el olvido presuntamente necesario para superar traumas, que es el mismo esquema que se intenta operar aquí, al menos por la parte del PSOE. Si no fuera porque comparar la naturaleza de las presuntas faltas del franquismo y el independentismo resulta entre ridículo y directamente ofensivo.