La conexión rusa pone nerviosa a la caverna, 'tovarisch'

Mientras los 10.000 soldados rusos acaban de llegar a Catalunya –deben de estar por Cracovia, a estas alturas– la prensa de Madrid amenizaba la espera con nuevas pruebas inequívocas de la conexión de los desleales en España con Moscú. Lo hacían por anticipado de la entrevista de Pablo Iglesias al ARA, donde admitía las imperfecciones de la democracia que vicepreside. La caverna, claro, se ha echado en tromba contra él. "Iglesias se alinea con Rusia y denigra la democracia española", escribe El Mundo, y yo les recomiendo que relean el titular en voz alta, pero con acento y doblando las erres: "Denigrra la democrracia..." También en el Abc abre portada y dice que "Iglesias da la razón a Rusia sobre los presos secesionistas". Este diario, por cierto, le dedica hoy una página de (presunta) información titulada "Iglesias y Espinosa de los Monteros, parecidos más que razonables", donde compara al de Vox y al de Podemos. Es una pieza anónima, en la mejor tradición del periodismo de trincheras, ilustrada con una foto donde han cazado Iglesias con la actitud postural de Gollum y sonrisa de conejo. En otro artículo, lo tildan de "niñera y 'bot' de Putin". El tono bascula entre el insulto personal y el victimismo de orgullo herido tan habitual.

El País guarda más las formas, pero también tiene jarabe de estopa para el morado. En la editorial lo tildan de "desleal". Pero, si su relato es que Puigdemont y Junqueras son sencillamente unos delincuentes, ¿no tendrían que invalidar el gobierno entero de Sánchez, que aceptó los votos de ERC? España está atrapada entre la necesidad de retratar al independentismo como un movimiento más criminal que político y la admisión de que la estabilidad del Estado depende de algunos de los partidos que blasfeman. "No son presos políticos, son políticos presos", repiten algunos de los diarios este martes. Como si la orden de los factores alterara mucho el producto.