Estados Unidos

EEUU refuerza su presencia militar en el Indo-Pacífico para contener a China

Blinken visita Pekín para hablar sobre la situación de la región, mientras Washington sigue armando Taiwán y otros aliados de la zona

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Aviones de combate de Japón y Estados Unidos en unos ejercicios el pasado febrero.

WashingtonCuando este miércoles el presidente Joe Biden firmaba el paquete de ayuda para Israel, Ucrania y los aliados del Indo-Pacífico, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viajaba a China para reunirse con Xi Jinping y los altos cargos de Pekín para hablar sobre las relaciones entre ambas potencias. Aunque buena parte del protagonismo se la ha llevado la ayuda para Kiiv, los 8.000 millones para los aliados del Indo-Pacífico, entre los que se incluye Taiwán, forman parte de la estrategia de refuerzo militar que realiza tiempo que EEUU está desplegando en la región. Washington con la mano izquierda espolea las políticas de contención al crecimiento de China, mientras con la derecha intenta tener una buena relación con el gigante asiático, que se siente acorralado con este despliegue.

La manzana de la discordia en el Indo-Pacífico es la isla de Taiwán: el presidente chino Xi Jinping ya dijo en diciembre del 2023 que "la reunificación" con Taipei es inevitable. El gigante asiático considera Taiwán como su "territorio sagrado" y está dispuesto a reclamar su control haciendo uso de la fuerza si es necesario. Las reiteradas maniobras militares que ha realizado durante los últimos años el ejército chino cerca de la isla no han hecho más que aumentar la presión sobre la isla. El interés de Estados Unidos por este territorio no sólo está en que la isla es el primer productor mundial de microchips, sino que es un enclave clave para contrarrestar el expansionismo comercial y el rearme militar chino. Biden ya dijo que el ejército estadounidense no dudaría en defender a Taiwán si se producía una invasión china.

El paquete de ayuda, que ya se ha hecho efectivo con la firma de Biden, prevé mantener y actualizar al equipo militar de Taiwán. Por otra parte, la isla también ha firmado contratos con EE.UU. para obtener aviones de combate F-16V, tanques de batalla M1 Abrams y sistemas de cohetes Himars, los cuales los estadounidenses también han enviado a Ucrania.

Aunque la política de desplegar un cinturón de contención contra la expansión de la influencia china en el Indo-Pacífico la inició el presidente Barack Obama, ha sido durante el mandato Biden cuando se ha ampliado y reforzado el acceso militar estadounidense a las bases de las naciones aliadas de la zona.

No todo es Taiwán

Más allá de la estrecha relación con Taiwán, que forma parte de la primera línea de defensa frente a China, Washington también ha reforzado la alianza con otros países como Japón y Filipinas. A principios de abril, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, y el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., se reunieron con Biden en la Casa Blanca para reforzar las relaciones ante China. En una rueda de prensa conjunta entre Biden y Kishida, se anunció que por primera vez EEUU, Japón y Australia crearán una red para la defensa aérea de misiles.

Japón lleva ya tiempo intentando ganar peso dentro de la política internacional y se ha acercado a EEUU. El año pasado, junto a Corea del Sur, también selló un acuerdo de defensa tripartito con Washington. En enero de este año, Tokio firmó con Estados Unidos la adquisición de hasta 400 misiles de crucero Tomahawk, que pueden atacar barcos y objetivos en tierra a más de 1.850 kilómetros de distancia. Desde que comenzó la guerra de Ucrania, tanto Washington como Tokio comparten el miedo a que China se sienta envalentonada por atacar a Taiwán, lo que provocaría una crisis en toda la región.

El sercretarte de Estado, Antony Blinken, y el presidente Xi Jinping

Con las alianzas en estos puntos estratégicos (Taiwán, Japón, Filipinas y Australia), Estados Unidos ha logrado construir una red de presión sobre el mar de China Meridional. Según el New York Times, el subsecretario de Defensa para los Asuntos de Seguridad del Indo-Pacífico explicó que las fuerzas estadounidenses han sido distribuidas en unidades más pequeñas y móviles a lo largo de la región. El objetivo sería contrarrestar las capacidades de las fuerzas chinas para atacar portaaviones o bases militares estadounidenses en Okinawa (Japón) o Guam.

La escalada de tensión en abril del año pasado en el mar de China Meridional, con simulacros de un ataque contra Taiwán cerca de la isla, fue una señal de alerta para los estadounidenses de que su apoyo a Taipei quizás no era suficiente para frenar a Pekín. Un año después, Washington está apuntalando las bases para estrechar el círculo en torno a China. Sin embargo, el gesto tiene una intención más disuasoria que de enfrentamiento. Ahora mismo no es deseable un conflicto con China, y buena muestra de ello es la visita de Blinken esta semana para reunirse con Xi Jinping y otros funcionarios para hablar sobre la actividad de China en esta área. El tono fue más que conciliador.

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