El momento Hulk de Pere Aragonès

Vivimos en precampaña eterna, así que deberíamos buscar una palabra para definir ese tiempo entre el anuncio de elecciones y los quince días reglamentados hasta los comicios. Son semanas de grandes gesticulaciones, ampliadas o matizadas por la prensa. Pere Aragonès fue al Senado habiendo avisado de que trolearía al PP y horas después, en la cámara alta, dijo que el referéndum es “inevitable”. El presidente catalán inflaba el pecho y rasgaba la camisa, a la manera del bueno de Hulk, para intentar sacudirse la imagen que le ha acompañado durante la legislatura de ser excesivamente manso ante Pedro Sánchez. En El País, claro, eso no le ha gustado: "Aragonés hace campaña en el Senado y da pie al PP para atacar a la amnistía", titulan en portada, y admiten que "los auténticos adversarios electorales" de Esquerra no son otros que los socialistas. Tiene razón el diario cuando consigna que, al final, ambos tratan de buscar el centro, pero hace gracia la amenaza sutil de mezclar con ella la amnistía. "Aragonés pide una consulta legal en un agrio debate en el Senado", escribe La Vanguardia, también frunciendo un poco el hocico. Otros titulares que perfilan el candidato de Esquerra alejándose de su imagen de bonhomía son: “Aragonès se envalentona frente a Sánchez para desgastar Isla” de La Razón o “Aragonés desafía a Sánchez” deEl Mundo.

Es evidente que el miedo a los diarios espanyolistas ante el anuncio de Aragonès es escaso. Lo recogen, algunos sacan fotos de portada, pero todos saben que Hulk pasa más tiempo encarnado en la tímida figura del científico Bruce Banner que como monstruosa criatura verde. Sólo se hacen eco de ello en cuanto alimentan su relato fantasioso basado en la tensión, la humillación perenne en España y la creación de un enemigo interior.