Los dos mossos investigados por falsas acusaciones a periodistas consideran que no mintieron
Ambos agentes fueron denunciados por el Grupo Barnils y el despacho de abogados Irídia
Los dos agentes de los Mossos d'Esquadra investigados por denuncia falsa y falso testigo en los casos del periodista Jesús Rodríguez y el fotoperiodista Isidre Garcia declararon este lunes en un juzgado de Barcelona. Durante sus intervenciones, ambos agentes negaron que mientaran y aseguraron que dijeron lo que creían que había pasado durante los disturbios que siguieron al desalojo del Banc Expropiat, un centro social ocupado en Gràcia, en mayo del 2016. la defensa de ambos agentes, hay dos sentencias judiciales que desmienten sus versiones de los hechos.
En septiembre de 2023 el Grupo Barnils y el despacho de abogados Irídia presentaron una demanda contra los dos efectivos policiales, una acción con la que se busca frenar la impunidad de las fuerzas de autoridad cuando sus relatos son desmentidos por imágenes o pruebas. A la salida de la declaración de los mossos, Sònia Olivella, abogada de Irídia, ha explicado que el caso es "muy importante" porque es la primera vez que se investigan acusaciones falsas de mossos a periodistas, y espera que sirva para que no quede impune. Por su parte, desde el Grupo Barnils, la coordinadora de Mèdia.cat, Carme Verdoy, ha remarcado que es un caso "especialmente relevante, no sólo para estos casos en concreto sino para el conjunto de toda la profesión. Que un policía mente o ponga trabas al derecho a la información, cuando en principio debería protegerlo, es un ataque no solo al periodismo sino al conjunto de la democracia".
En la querella presentada por Grup Barnils e Irídia se señala que la cuarta noche de manifestaciones contra el desalojo, durante una carga policial, un mozo abandonó el cordón policial y agredió con la porra al periodista Jesús Rodríguez, que cubría los hechos para La Directa. El reportero tuvo que ir al hospital por una lesión en la pierna y una fractura en el dedo de la mano. Una sentencia de la Audiencia de Barcelona confirmó que la agresión fue gratuita y que el mozo hizo un uso de la fuerza no justificado. El antidisturbio fue condenado a dos años de cárcel y dos de inhabilitación, la suspensión para el ejercicio de la actividad policial y, además, a tener que pagar una indemnización de más de 7.000 euros.
A raíz de la misma actuación policial, otro agente de los Mossos d'Esquadra aseguró que un fotoperiodista, Isidre Garcia Puntí, le causó una lesión en el talón de Aquiles arrojándole una valla. La sentencia firme del juzgado de lo penal número 5 de Barcelona consideró probado que “se puede asegurar que (la valla) no fue cogida directamente por nadie ni lanzada contra nadie”. También concluyó que era más probable que la lesión se hubiera producido por la patología previa que ya sufría el lesionado.