Lo que no dice Netflix de la compra de HBO

Un fragmento de 'Stranger things'
09/12/2025
Jefe de Media
2 min

Esta columna suele fijarse en cómo se expresan los medios y cómo a menudo es necesario leer entre líneas para ver qué quieren decir realmente. Pero la comunicación corporativa también está llena de estos eufemismos y trampas verbales y es un buen ejemplo de ello el correo que hemos recibido los más de 300 millones de usuarios de Netflix. El texto se formula la pregunta retórica de qué va a cambiar y la respuesta es "de momento, no habrá ningún cambio". La clave es este de momento, que significa que claro que se dará la vuelta a todo, pero ahora no toca todavía explicarlo (en parte porque el proceso está pendiente de autorizaciones de los organismos reguladores y puede alargarse un año y medio). Pero sería absurdo pensar que Netflix emprende una compra como ésta –la primera de ese calibre de su historia– sin tener en mente cómo optimizar la gestión de dos servicios que juntos suman unos 450 millones de suscripciones.

La comunicación oficial sobre la compra también revelaba mucho sin decir nada. Cuando el co-CEO Greg Peters hablaba de cómo la compra de los estudios Warner "acelerarán el negocio de Netflix para las décadas futuras" lo que se deriva es que la ventana exclusiva de explotación de las películas en las salas se acortará notablemente. Porque Netflix considera una distorsión que el grueso de la promoción de un estreno lo acapare su llegada a los cines en vez de hacerlo como la mayoría de gente acabará mirando ese título, que está en la pantalla del móvil o en el sofá de su casa, que es su negocio. Y, sobre todo, lo que no dice la comunicación es que el acuerdo ha empezado a tambalear. Si han enviado el correo es, precisamente, para que parezca que el trigo está en el saco y bien atado: de nuevo es una gesticulación para sugerir lo contrario de lo ocurrido en las últimas horas. Esta pelea entre gigantes merecería una serie que, por razones obvias, Netflix no filmará.

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