Periódicos obsesionados con Puigdemont y el látex

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Se creen medios no nacionalistas, pero son incapaces de narrar la realidad política sin excitar el orgullo herido de su lector a partir de unos enemigos a los que dibuja siempre con trazos grotescos. Titular deEl Mundo en portada: “Puigdemont humilla a Sánchez y deja su mandato en vía muerta”. Ya volvemos con el látex. Juntos se ha desmarcado de una votación y esto tiene consecuencias políticas (en los presupuestos, en el reparto de los extranjeros). Pero en el fondo es pura normalidad política en Parlamentos fragmentados y mayorías con apoyos externos, así que tal vez no es necesario explicarlo siguiendo la dinámica de la vejación y el sadismo.

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont en Bruselas.

Me he entretenido en mirar a titulares en los que Puigdemont aparecía como humillador oficial del Reino. Lo era, por ejemplo, en un artículo de La Voz de Galicia en enero. (No puedo dejar de decirme que, por error, he picado en el teclado "La Vox de Galicia" y lo he estado a punto de dejar.) Puigdemont también humillaba a Sánchez según El Debate cuando Josep Rull fue nombrado presidente del Parlament. Y cuando tumbó la ley de amnistía, meses atrás. Y cuando el socialista Santos Cerdán se reunió con Puigdemont en Bruselas y de fondo había una foto del 1-O... también, humillación. En fin. Hay 1.090 resultados de “Puigdemont humilde” en Google, por si alguien quiere entretenerse con esta parafilia periodística. Lo que es relevante aquí es tener claro que esto es periodismo sensacionalista. Porque no apela a los hechos, sino a las emociones, y cuanto más primarias mejor. Tendemos a pensar que el amarillo es la explotación de situaciones morbosas y casos truculentos, pero existe un sensacionalismo político que resulta más tóxico: sus efectos son la polarización y el odio, mientras que el otro sólo causa un cierto aturdimiento mental .

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