La victoria amarga de Hugh Grant sobre Murdoch

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"Una enorme suma de dinero". Esto es lo que ha permitido a Rupert Murdoch no tener que enfrentarse en juicio al actor Hugh Grant, que acusa a sus medios de haberle hackeado telefónicamente. Es una victoria moral, porque el pago implica el reconocimiento implícito del espionaje. Pero el regusto es amargo, ya que el editor delSunno tendrá que ver cómo un juicio probablemente sanciona y oficializa estas prácticas delictivas. Según ha revelado el actor, él quería confrontar el magnate ante el juez, pero su equipo legal se lo desaconsejaba: un escenario paradójico bien plausible era que ganara pero obteniendo una compensación mucho menor que los diez millones de dólares que el intérprete quizá debería pagar en concepto de costas legales porque, según la ley británica, van a cuenta del demandante. Y Murdoch no tiene abogados baratos, claro.

Hugh Grant en una imagen de archivo.

Por mucho lego en leyes que uno sea, ya se ve que esto es un despropósito. Alguna vez he hablado aquí de las Slapp, que son estas acciones judiciales pensadas para amedrentar a lo contrario y presionarlo para no publicar, con el miedo a que tendrá que hacer frente a un litigio costoso. Pero es que esto es aún más perverso: aun teniendo razón, y habiendo visto destripada tu intimidad, te toca agachar la cabeza –aunque sea con el bolsillo lleno– para que una pretensión razonable como es que un juez sancione tu relato delante de una mentira puede que te deje los bolsillos bien acortados. Y aquí el perjudicado no es Hugh Grant, cuando se mira el asunto con perspectiva, sino la ciudadanía, a la que se le roba una verdad (aunque sea una verdad judicial, pero eso es otro tema). Mientras, la empresa editora delSunha alcanzado 1.500 acuerdos similares y ha pagado unos 180 millones de libras en los últimos dos años. Pero sigue negando cualquier actitud delictiva. Será que le sobran los cuartos.

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