El análisis de Antoni Bassas: '4 de cada 10 eurodiputados'
En la cultura política de 293 diputados europeos sobre 705, a Puigdemont, Comín y Ponsatí no se los tiene que perseguir judicialmente
El Parlamento Europeo ha anunciado esta mañana el resultado de la votación sobre la retirada de la inmunidad parlamentaria a los eurodiputados Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí. Y aquí tienen las cifras: el conjunto de los miembros del Parlamento Europeo por 400 votos a favor, 248 en contra y 45 abstenciones en el caso de Puigdemont, y por 404 votos a favor, 247 en contra y 42 abstenciones en el caso de Comín y Ponsatí, han decidido conceder el suplicatorio al Tribunal Supremo español y retirar la inmunidad a los tres europarlamentarios de Junts para que pueda continuar el proceso judicial en Bélgica y Escocia para sus extradiciones.
Entre los que han votado a favor, el PSOE, el PP, Ciudadanos y Vox. En contra, Podemos, el PNB, ERC, Juntos, Catalunya en Común y los Verdes europeos. Y con toda seguridad más de un diputado de los grupos conservador, socialista y liberal, puesto que en total son 429 y en cambio a favor han votado 400.
Es decir, el 35% de los eurodiputados han votado en contra de levantar la inmunidad, y si sumamos los votos en contra y las abstenciones, el 41% no han votado a favor de levantar la inmunidad.
Por lo tanto, a pesar de la presión de populares y socialistas españoles, 4 de 10 diputados no han votado a favor de retirar la inmunidad a los tres eurodiputados catalanes.
Se trata, por lo tanto, de una victoria del estado español, pero parcial. Parcial por las cifras y porque es una victoria política, no judicial. Han calado las palabras de Carles Puigdemont ayer: “El voto de hoy no es solo sobre nosotros tres como individuos, es sobre los valores que defendemos, la idea de democracia que tenemos y qué futuro queremos construir en Europa”.
¿Qué puede pasar ahora? En el caso de Puigdemont y Comín todo vuelve a la justicia belga, y en el caso de Ponsatí a la escocesa. Sin inmunidad, Puigdemont, Comín y Ponsatí tienen que extremar las precauciones en sus movimientos por Europa. No pierden el acta de diputado, pero se reactiva la euroorden del juez Pablo Llarena de octubre del 2019. Eso sí, harto de ser derrotado en Bélgica, Alemania y Escocia, Llarena ha pedido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que fije más claramente los criterios por los que se puede pedir una extradición, lo cual alargaría más el tiempo de espera de la resolución definitiva de la justicia belga.
Recordemos que hay un precedente muy importante a favor de Puigdemont y en contra de Llarena: en enero la justicia belga denegó la extradición del conseller Lluís Puig al considerar que el Tribunal Supremo no era competente para juzgar su caso y que Puig corría un “riesgo grave de vulneración de los derechos fundamentales” si era extraditado al estado español.
Esta mañana la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, ha salido a presumir del resultado de la votación.
Decir que “los problemas de Catalunya se resuelven en España, no se resuelven en Europa” es una frase que separa a España de Europa, y que quiere decir una vez más que para el gobierno español (del PSOE) la UE es un club de estados, donde cuando te conviene eres el más europeísta y cuando te conviene Europa es una injerencia y España es la medida de todas las cosas.
Pues no. A pesar de la victoria, una parte de Europa ha vuelto a afirmar que con jueces no se resolverá un problema político y que en la cultura política de 293 diputados europeos sobre 705, a Puigdemont, Comín y Ponsatí no se los tiene que perseguir judicialmente por su participación en el referéndum y en la votación de la declaración de independencia.
Esto al PP, al PSOE, a Ciudadanos y a Vox les da igual. Y a la justicia española también. No pararán hasta llevar a Puigdemont ante un tribunal español. La libertad en Europa del presidente de la Generalitat es una herida insoportable para el orgullo, más todavía, para el honor. El PSOE y el PSC hablan de pasar página y de reencuentro, pero no lo practican: siguen apoyando el "¡A por ellos!” judicial desatado desde el 9N del 2014 contra la voluntad del independentismo catalán de celebrar un referéndum.
Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.