El análisis de Antoni Bassas: 'Puigdemont hacia Europa, Casado hacia Vox'

Esto que está pasando estos días en Italia seguirá pasando porque Puigdemont viajará por más países de Europa ahora que el control de la pandemia lo permite

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A la hora en la que los hablo (lunes por la mañana) el equipo de abogados del president Puigdemont no tiene ninguna duda de que después de declarar ante la juez del Tribunal de Apelación de Sassari, en Cerdeña, el president seguirá con su actividad y podrá volver a Bruselas mañana mismo, después de ofrecer una rueda de prensa a media tarde para los numerosos medios que están siguiendo sus vicisitudes en tierras italianas. 

¿En qué basan su optimismo el abogado Gonzalo Boye y compañía? En la libertad que Puigdemont consiguió después de pasar una noche en la prisión de Cerdeña y en el hecho de que ni el president ni los eurodiputados Comín y Ponsatí tuvieron ningún problema en el control de pasaportes cuando entraron en Italia este fin de semana.

¿Cuáles son las dos líneas de defensa de Boye? El hecho de que el president se ha movido libremente por Europa hasta ahora, que el juez Llarena no es imparcial sino que tiene un interés personal en la causa y, por lo tanto, está sesgado, y un argumento de hace menos de 24 horas. Oigan lo que dijo ayer Pablo Casado en Valencia: "Llevaremos a Puigdemont al Supremo aunque tengamos que viajar al último país de Europa". La frase es patética, es antipolítica, es antieuropea: “Basta de impunidad con los golpistas”, dice simulando que no sabe que todos los tribunales europeos han dicho hasta ahora que en octubre del 17 no hubo ningún golpe de estado, ni ninguna rebelión, ni ninguna sedición. Y habla de “exigir respeto” por la justicia española ante Europa. El respeto te lo ganas.

Pues bien, esta intervención será presentada por Boye hoy delante de la jueza italiana para demostrar que a su cliente, Carles Puigdemont, lo quieren juzgar por motivos políticos, y esto es importante porque Italia, como todos los países de la Unión Europea, tiene legislaciones que protegen a extranjeros acusados de delitos que tienen algún matiz político.

Y muy importante: esto que está pasando estos días en Italia seguirá pasando. No que lo detengan (o quizás sí) pero sí que Puigdemont viajará por más países de Europa. Puigdemont saldrá mucho más de Bruselas, ahora que el control de la pandemia lo permite. Con estas salidas quiere conseguir dos objetivos. El primero, seguir internacionalizando el conflicto político que España tiene en Catalunya y dejar al estado español en evidencia. El otro es un objetivo jurídico: todos estos procedimientos judiciales ahora en Italia, antes en Alemania y Bélgica, permiten al equipo jurídico de Puigdemont hacer una carpeta sobre cuál es su situación y obtener más información de todos los movimientos que ha hecho el juez Llarena para detenerlo y las contradicciones que ha habido con la Abogacía del Estado, que decía que las euroórdenes estaban suspendidas. Y si en mayo o junio del año que viene la justicia europea le reconoce la inmunidad, entonces Puigdemont puede decidir si lleva al estado español hasta el límite de la contradicción, como sería volver a Barcelona con inmunidad y que el estado español lo detuviera.

De todo manera, estén pendientes de esta pantalla del ARA durante el día para saber cómo acabará la vista al tribunal, porque quizás la jueza pide más documentación. Lo que está claro es que el president Puigdemont se presenta como un factor de disrupción, en un momento en el que Pere Aragonès insiste en la estrategia de la mesa de diálogo y Pedro Sánchez necesita los votos de Esquerra. En todo caso, si no se soluciona la situación de los exiliados, en octubre de 2017 no abandonará nunca el centro de la vida política catalana y española.

Y un último apunte: el PP de Casado, que es irrelevante en Catalunya, ha decidido usar Catalunya para llegar a la Moncloa. O sea, tanta convención para volver a Aznar. O a Vox: "Catalunya es libre porque es española y lo seguirá siendo a pesar de los indultos y la mesa de la vergüenza".

Que esto es lo más parecido a la ultraderecha lo dice incluso La Razón: “Casado desafía a Vox”. No hay más comentarios, señoría.

Un recuerdo para los exiliados y para los represaliados. Y que tengamos un buen día.

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