El análisis de Antoni Bassas: 'Un ruego al ministro Iceta'

Con todo le agradeceré que como ministro de Política Territorial, precisamente, diga tantas veces como pueda que España es una realidad plurinacional y plurilingüe

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Bassas

La noticia de que podremos salir del municipio para asistir a mítines y actos de campaña ha sido muy mal recibida. La decisión de la Junta Electoral ha vuelto a ignorar el sentido común y ha demostrado una nula capacidad para entender el contexto social en el que se celebrarán estas elecciones. Las ha hecho todavía más antipáticas. En un momento en el que, debido a las restricciones, no podemos abrir un comercio ni abrazar a la abuela, que te dejen a ir un mitin solo profundiza en el malestar social, y este malestar los que lo pagarán son los partidos primero y toda la sociedad después. Es que no funciona ni el argumento de que tenemos que ir a votar muy informados o de que hay que garantizar el derecho de reunión y manifestación: si alguien quiere informarse antes de votar, tiene a su alcance mil medios para hacerlo sin salir de casa.

Encima, tenemos que leer lo que explica hoy el director de Procesos Electorales de la Generalitat, Ismael Peña-López, cuando le preguntan: "¿Entendió los argumentos del TSJC para no aceptar el aplazamiento?" Y responde: "Cerrar medio en falso como se hizo, arriesgando 25 millones de euros y dejando a cinco millones y medio de personas sin saber si votarán, se hace muy duro de pasar. Creo que no costaba tanto ser más ejecutivo y dar un plazo claro: o el 14 de febrero o el 30 de mayo". Y a la pregunta "¿Entendería que el TSJC dijera que finalmente se vota en el mes de mayo?", Peña-López responde: "La cabeza me dirá que bien hecho. El corazón me dirá: «Ostras, ¿ahora?» Nos habremos pulido muchos sueldos de muchas personas, nos habremos gastado 25 millones de euros que no volverán".

Mientras, hoy, a las nueve de la mañana, Miquel Iceta ha jurado su cargo como ministro de Política Territorial. 60 años, desde los 18 en la política, empezó como concejal en Cornellà de Llobregat, saltó a la Moncloa en tiempos de Felipe González y ha convertido en fortaleza su habilidad dialéctica y su capacidad negociadora. En 2012 dijo que los países avanzados hacen referéndums de independencia, en 2017 apoyó el 155 y se manifestó junto a los líderes del PP y de Ciudadanos, fue el primero que habló de indultos, intentó ser presidente del Senado pero el Parlamento le negó el voto para convertirse en senador y hoy es ministro. De Iceta y su salero, él mismo ha hecho virtud de ello, bailando el Don’t stop me now en los mítines. En fin, en Catalunya lo conocemos bien y no hace falta que se lo presente. Y, precisamente para no quedarnos en el cliché, agarrémonos a sus propias palabras, en este libro Icetadari, de 2015. Es un libro de definiciones. Cuando llega a la palabra "España", dice:

No, el problema, ministro Iceta, no es que no valga la pena discutirla, sino que en España una persona que tenga una identidad nacional catalana tiene prohibido llevar este sentimiento a las urnas en un referéndum, para convertirlo en un pasaporte. Y, por lo tanto, tiene que vivir legalmente de acuerdo con los sentimientos de otro.

Con todo le agradeceré que como ministro de Política Territorial, precisamente, diga tantas veces como pueda que España es una realidad plurinacional y plurilingüe, y a ver si así, a base de decirlo un ministro, alguien lo escucha más de lo que lo han hecho hasta ahora.

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

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