El análisis de Antoni Bassas: 'Tribunal Supremo: «Puigdemont, en prisión»'

Si en agosto Puigdemont vuelve, será detenido, y Llarena puede decretar prisión para él. Y si va a prisión, el sistema judicial español no le soltará tan fácilmente. Puigdemont a prisión es el nuevo Una, grande y libre

Para que conste en acta en nuestro análisis, la decisión del Tribunal Supremo de no amnistiar a Puigdemont, Junqueras y otros presos políticos y exiliados porque encuentra que el delito de malversación no es amnistiable es una barbaridad.

Es inventarse una interpretación de la ley. Es evidente que se trata de no aplicar la ley. La ley dice que si te has enriquecido personalmente, no entras en la amnistía. Pero que si no te has enriquecido, los tribunales deben amnistiarte. Y esto es lo que ocurrió. Nadie puede decir que Puigdemont o Junqueras se pusieron un euro en el bolsillo. Pues bien, lo que dice el Supremo es que si hubieran podido o querido habrían pagado ellos de su bolsillo el referéndum, pero prefirieron hacerlo con el patrimonio ajeno que les era confiado, y que lo destinaron a los suyos propios objetivos personales, “que no por ser políticos dejan de tener una vertiente también particular o sectaria”. O sea: usted quizás no se enriqueció pero hizo mal uso del dinero público, y por eso no le amnistio. Pero la ley que aprobó el Congreso deja claro que si no hay enriquecimiento es necesario aplicar la amnistía. O sea que esta sentencia del Supremo supera todo lo que hemos visto hasta ahora, y mira que hemos visto cosas. No hace falta ser jurista para entender que un juez debe respetar el espíritu y la letra de la ley, pero es que aquí no respetan ni el espíritu (amnistío) ni la letra (si no hay enriquecimiento personal, es una malversación amnistiable ). El exceso de interpretación sesgada es tan manifiesto que en eleditorial deEl País hablan hoy de “justicia creativa” y recuerdan que cuando el Supremo sentenció a los presos políticos no dijo nada de enriquecimiento personal.

¿Qué significa esto en términos prácticos? Que Puigdemont, Junqueras y compañía serán amnistiados algún día, quizás dentro de meses o quizás un año, pero no ahora. Que si en agosto Puigdemont regresará será detenido, y que Llarena puede decretar prisión para él. Y si va a prisión, el sistema judicial español no le soltará tan fácilmente. “Puigdemont en prisión” es el nuevo “Una, grande y libre”. Está por ver si Junts y Puigdemont mismo ven en esta amenaza cierta un incentivo para ir a la repetición electoral, porque Puigdemont dio su palabra de que vendría a un debate de investidura, de él o de Isla. Pero el propio presidente en el exilio no se hace ninguna ilusión de que pueda volver en libertad. El Tribunal Supremo ha hecho política y ha decidido hacer política de confrontación. Mientras esto sea así, el reencuentro de Sánchez es papel mojado.

Todo esto el mismo día que el juez Aguirre sale en unos audios jacándose de que gracias a él al gobierno español le quedan dos telediarios alemanes, y lo remata con una expresión chapucera. ¿A qué hora cesan de sus funciones el juez Aguirre? Grillos.

Ayer se supo que precisamente Puigdemont y Junqueras se encontraron este fin de semana. Hemos podido saber que fue un encuentro largo, de horas, con un contenido y un tono muy personal, en el que los dos hablaron y se escucharon sin problemas, teniendo en cuenta que vienen de un desacuerdo del 2017 que les ha marcado a ellos, y también a la política catalana, para siempre.

Buenos días.

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