"El reto es único y compartido por todo el país: descarbonizar la sociedad catalana en el 2050", afirma Marta Morera, directora del Institut Català d'Energia. En este reto juegan un papel esencial las energías sostenibles, que deben contribuir a que esto sea posible.
"La magnitud del reto es tal que podemos decir que estamos dando el primer paso de un camino muy largo. Uno de los aspectos en los que más se ha avanzado, sin embargo, es en la concienciación social: la ciudadanía es cada vez más consciente de que debemos hacer frente al cambio climático y que es necesario eliminar el uso de los combustibles fósiles como condición imprescindible para conseguirlo", apunta Morera. También señala que la sociedad debe ver estos cambios –la rehabilitación energética, los cambios en la movilidad, la participación en una comunidad energética– como algo natural. "Por eso, a administraciones y empresas nos corresponde crear las condiciones para que esto suceda y, además, sea sencillo".
"Debemos conseguir reducciones de emisiones de CO₂, aumento de uso de las renovables, aumento de uso de energías limpias, mejora de la eficiencia energética, etc. No olvidemos que con generar de forma renovable no basta, debemos consumir mucho menos, y el Clúster de la Energía Eficiente de Catalunya (CEEC) debe ser un referente para visibilizar todos estos retos", indica Ignasi Clariana, director de Energía de Sorigué y secretario del CEEC. El ente trabaja en muchas direcciones: la divulgación, la promoción y dinamización de proyectos, la pedagogía y formación y, sobre todo, la creación de un gran tejido empresarial. "En el CEEC tiene cabida todo tipo de empresa, administración o asociación para constituir un grupo de influencia que empuje la implantación de energías renovables, la electrificación de la economía y la mejora de la eficiencia energética", afirma Clariana . En este sentido, explica que desde Sorigué contribuyen con la promoción de pequeños parques solares fotovoltaicos, principalmente de hasta 5 MW, y proyectos de autoconsumo, tanto industrial como residencial. "Lo que hacemos cada vez más, y creemos que es una apuesta de futuro esencial, son proyectos de eficiencia energética y holísticos para que los inmuebles consuman menos energía".
Frenos burocráticos
"Aunque el ritmo de adopción ha aumentado, Cataluña todavía está lejos de los objetivos fijados para conseguir una transición energética completa, lastrada por cuestiones burocráticas y estructurales. Es necesario un mayor compromiso político, inversiones públicas y privadas, y la implicación ciudadana por acelerar esta transición", reconoce Francesc Ribera Grau, Clúster Manager del CEEC. En todo caso, Ribera explica que la energía solar y el autoconsumo han sido las áreas con mayor crecimiento reciente, la energía eólica todavía tiene mucho potencial por explotar a pesar de la resistencia social que se observa en algunas zonas del país y que, a su vez, la energía geotérmica sufre un gran desconocimiento y requiere políticas de impulso más decididas, y la biomasa y el biogás necesitan avanzar en su implantación, dada su capacidad de promover una mayor circularidad de la economía. "Catalunya se encuentra en el camino hacia un sistema energético más verde, pero todavía es necesario un esfuerzo coordinado para alcanzar los objetivos fijados, tanto a nivel nacional como europeo", añade Ribera.
Pese al buen camino que ha iniciado Catalunya en la implantación de las renovables, tanto Clariana como Ribera señalan los trámites burocráticos como un freno a este proceso. "También la colocación de grandes instalaciones de generación de energía renovable, como los campos solares o parques eólicos, puede competir con otros usos del suelo. Encontrar el equilibrio adecuado entre las necesidades energéticas y la preservación del paisaje y 'espacio para otros usos es un reto', afirma Ribera.
"La Generalitat de Catalunya, con la Ley de Cambio Climático 16/2017 de 2017, se comprometió a cubrir el 50% de su demanda de electricidad con renovables en 2030. Por ahora, no cubrimos ni el 15 % de la demanda actual. Estamos igual que hace diez años. Vamos muy atrasados y hay un mensaje claro: debemos correr”, pide Pere Borràs, director de la filial de generación de Estabanell.
Los pasos hacia el autoconsumo
Mientras, el autoconsumo también ha ido dando sus pasos. "Si bien es cierto que vivió un boom cuando se disparó el precio de la luz en el mercado energético, actualmente la cosa ha vuelto a equilibrarse. Pero el autoconsumo solo no es suficiente", asegura Borràs. Tal y como recuerdan desde Estabanell, según la Hoja de ruta del autoconsumo publicada por el ministerio de Transición Ecológico y Reto Demográfico, el potencial de autoconsumo fotovoltaico para Cataluña en 2030 es de 1.300 MW y, según la PROENCAT, más de 2.220 MW. "Ni duplicando esta última previsión llegaríamos al 22% de la demanda eléctrica. Por tanto, la pregunta que debemos hacernos es: ¿de dónde queremos sacar el resto? Actualmente, la mayoría la sacamos de las nucleares y de los ciclos combinados, que queman gas natural", responde Borràs.
Estabanell es la compañía con sede en Cataluña que tiene en tramitación más proyectos solares fotovoltaicos –de no más de 5 MW de potencia cada uno–. "En total, tenemos una quincena en este punto. Unos en un estado de la tramitación más avanzado y otros en una fase muy inicial. Pero ninguno en construcción". Borràs también recuerda que para avanzar en la implantación de las energías sostenibles Estabanell promueve el autoconsumo, tanto doméstico como industrial y compartido, porque defiende un modelo de generación que llaman 360 con el que generan y ayudan a generar energía verde. "Contribuir a la descarbonización de la economía y del conjunto de la sociedad pasa por combinar esta tecnología, muy consolidada, en todas sus formas. Lo que defendemos siempre es que los agentes del sector debemos tener un papel clave en esto de la transición energética, y desde Estabanell queremos liderarlo".
Las posibilidades de la geotermia
El aprovechamiento de la geotermia posee un amplio espectro de aplicaciones que van desde la climatización de edificios hasta la generación de electricidad. Tal y como explica Albert Pujadas Pigem, geólogo, CEO de QUALI Geotermia SL y coordinador del Grupo de Trabajo de Geotermia del CEEC, el tipo de geotermia más extendido y emergente en Cataluña es la llamada de muy baja temperatura o burra, que aprovecha la estabilidad térmica de la parte más externa de la tierra para realizar climatización (frío y calor) en los edificios con la ayuda de una bomba de calor geotérmica (BCG). "En Cataluña, su implementación crece de forma exponencial, aunque todavía le queda mucho por situarnos a la altura de otros países europeos. Según fondos del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (ICGC), su implementación tiene un crecimiento anual de un 20%”, señala Pujadas.
Pujadas reconoce que el sector es optimista, sobre todo después de que en mayo pasado se anunciara la colaboración entre el ICGC y el Instituto Catalán de Energía (ICAEN) en la redacción del Plan GEOENERGIA-CAT 2030. " Esperamos que este Plan de la Geotermia dé el impulso necesario a una tecnología ampliamente contrastada y aplicada en Europa y en todo el mundo”. Sin embargo, hay que vencer también las reticencias de la sociedad hacia esta energía. "El primer escollo y más importante es que la geotermia no es una tecnología conocida por los potenciales usuarios, y también es necesario tener un conocimiento mucho más cuidadoso de la geología para encontrar el lugar más idóneo para implementar las plantas de extracción de energía geotermia en Cataluña". Pujadas también explica que es necesario trabajar en la formación y pedagogía de los agentes implicados, y actualizar las regulaciones administrativas de su aplicación, no sólo en cuanto a la aplicación de tasas elevadas sino también en la agilidad en la resolución de licitudes.
Las posibilidades del hidrógeno
El hidrógeno es el elemento químico más ligero, presente en el 75% de la materia del Universo, y uno de los dos elementos que componen el agua. Sin embargo, ahora mismo los usos del hidrógeno como vector energético en Cataluña son anecdóticos. "Hay algunas plantas piloto, como la de Indox, que descarboniza parcialmente un proceso térmico, o las estaciones de carga de autobuses de hidrógeno en Barcelona y Tarragona, pero todavía no tenemos incorporado el hidrógeno en nuestro sistema energético. motivo es la falta de madurez de algunos elementos de la tecnología necesaria. Estamos en las primeras fases de la construcción de la cadena de valor, pero lo que ocurre es que cuando se compara el coste de utilizar hidrógeno con el procedimiento tradicional, no se otorga valor económico a la descarbonización", señala Teresa Navarro, responsable de desarrollo de negocio de hidrógeno en Indox Energy Systems.
Sin embargo, Navarro explica que el hidrógeno tiene distintas ventajas respecto a otros vectores energéticos, como la versatilidad en los modos de producción y la posibilidad de almacenarlo, transportarlo y mezclarlo con otros combustibles. "El hidrógeno no es la solución a todo, pero soluciona cosas que otros vectores energéticos no pueden solucionar. Sólo en Europa y sólo para los procesos industriales térmicos de más de 200 ºC, el hidrógeno podría reducir las emisiones en 350 Mt de CO₂ anuales en casos en los que ningún otro vector energético puede solucionar".
Navarro también recuerda que los biofueles pueden sustituir a los fósiles en muchas aplicaciones, pero en otras como la aviación hay que ir al hidrógeno oa combustibles sintéticos para conseguir mayor disponibilidad energética. "Tecnológicamente existen retos para el cambio de escala que supone, y para reducir el coste, que ahora es el principal problema. Pero el coste va reduciéndose muy rápidamente a medida que evoluciona la tecnología, y el hidrógeno cada vez tendrá mayores posibilidades de competir gracias al valor económico que otorgamos a la descarbonización”.