Decálogo para que los bebés coman bien en verano
Consejos para mantener una alimentación saludable en una de las etapas más difíciles: de los 6 a los 12 meses
El verano dificulta mantener las rutinas familiares que se tienen durante el curso y esto afecta todos los ámbitos, incluidos los horarios para comer y cenar de manera ordenada. En esta época del año nos relajamos en cuanto a la alimentación de nuestros hijos y la nuestra. Por eso, desde Roots Mindfoodness, expertos en alimentación infantil enfocados hacia los 1.000 primeros días de vida, han elaborado un decálogo de consejos para garantizar una comida saludable de los más pequeños en una de las etapas más importantes para su desarrollo, entre los 6 y los 12 meses.
1. Aprovechad la fruta de temporada: El verano es el momento perfecto para consumir frutas y verduras de temporada. El plátano, el aguacate, el albaricoque y el melocotón son frutas de temporada de verano que los bebés pueden consumir en el inicio de la alimentación complementaria. Y también verduras como la calabaza, el calabacín, la judía verde, el tomate, la zanahoria o el pimiento rojo. Todas pueden ser consumidas en forma de batido, picadas o en trozos hechas al vapor para poner en práctica el BLW.
2. Legumbres, clave por la aportación de fibra y vitaminas: Las legumbres y los cereales integrales también tienen que estar presentes en verano. Les proporcionarán fibra, vitaminas y minerales muy beneficiosos para evitar trastornos digestivos como la diarrea.
3. ¡No olvidéis las proteínas! Pescados blancos como la merluza y carnes como el pavo o el pollo son interesantes para garantizar la aportación proteica que tiene que incluir la dieta de los más pequeños. Se administra con la verdura preferentemente carne blanca (pollo, pavo, conejo) y también carne roja (ternera) o pescado blanco (merluza, lenguado, rape). La cantidad sería 30 g de carne o pescado o un huevo pequeño. Se puede hacer cocido y triturado con las verduras y a medida que el niño lo tolere ir aumentando la consistencia. Se pueden empezar a dar trocitos pequeños que el niño coja con la mano si quiere.
4. Alimentos a evitar: Es importante recordar que los bebés de 6 a 12 meses no pueden tomar determinados productos, que habrá que ir incorporando a su dieta de manera progresiva cuando se hagan más mayores. Evitad claramente la bollería, los dulces, las golosinas y los alimentos procesados. El verano no tiene que ser un momento de descontrol de nuestros hábitos ni de los del bebé.
5. ¿Qué hacemos con los alérgenos? Desde Roots no recomiendan atrasar la ingesta de los alimentos considerados como alérgenos. Sin embargo, en época de vacaciones, viajes o excursiones no es recomendable la introducción de nuevos alimentos si se desconoce la posibilidad de reacción alérgica y puede ser peligroso. Por lo tanto, en estas situaciones es mejor no arriesgar y proporcionar alimentos que el bebé ya conoce, recomienda Elena Toledano, nutricionista de Roots Mindfoodness.
6. Miedo al rechazo de alimentos: La neofobia (miedo o rechazo a probar alimentos nuevos o desconocidos) es normal y habitual, y especialmente en situaciones de viajes, cuando el bebé no está en casa, este proceso puede aumentar. Además, puede ser que rechace alimentos que ya comía en casa, pero no hay que preocuparse, puesto que es algo habitual y pasajero. En estas situaciones, es importante respetar la velocidad, las sensaciones de hambre y la forma de comer del niño, sin obligar o forzar. Se pueden preparar los alimentos de una manera atractiva para la criatura, mezclando texturas, colores y presentándolos de manera divertida.
7. La importancia de la hidratación: Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, la alimentación de los más pequeños se puede ver afectada. Además, el hambre puede disminuir por el cambio de hábitos y rutinas. Si todavía se amamanta al bebé, la madre también tiene que beber suficiente agua, puesto que la leche materna puede volverse un poco densa. Si el bebé es lactante, con la leche materna se hidratará.
8. Horarios y tomas: El verano es un buen momento para aprovechar la flexibilidad horaria para comer en familia con los más pequeños y así crear un sentimiento de conexión, estabilidad y rutina, además de establecer unos hábitos alimentarios saludables. Normalizad los cambios de horarios en sus tomas, seguid sus sensaciones de saciedad y aprovechadlo para generar un buen vínculo en esta etapa.
9. Higiene alimentaria: Ejercer unas buenas prácticas de higiene es fundamental para prevenir y reducir el riesgo de diarrea, un trastorno digestivo muy común entre niños de 6 a 12 meses. Es muy recomendable lavarse las manos con agua caliente y jabón antes y después de la manipulación de alimentos, después de estar en contacto con cualquier material sucio (pañales, animales, basura) y después de usar el baño. El buen manejo de alimentos también puede reducir el riesgo de diarrea. Aquí tenéis 3 claves para mantener la inocuidad de los alimentos:
- Separad los alimentos crudos de los cocinados dentro de la nevera o congelador.
- Mantened los alimentos a temperaturas seguras: refrigerad los restos de comida cuanto antes mejor y no consumáis nunca alimentos cocidos que hayan estado fuera de la nevera más de dos horas. Además, aseguraos que la temperatura de la nevera sea inferior a 4 °C y la de congelador de menos de 18 °C para reducir el desarrollo de bacterias.
- Utilizad aguas y primeras materias seguras: lavad siempre con agua segura la fruta y la verdura antes de consumirla eliminando la suciedad superficial con un cepillo o utilizad un desinfectante alimentario.
10. Helados, ¿sí o no? Definitivamente sí, pero caseros. Una buena manera de calmar el dolor que les produce el crecimiento de los dientes y de darles fruta de manera fresca es con helados caseros. Podemos triturar un plátano, meterlo en moldes de silicona en el congelador y después de unas horas el bebé tendrá un helado de fruta saludable y natural para disfrutar de una buena merienda.