'EPIC FAILS'

El buñuelo de los Kin

Marc Amat Vilà
3 min
El buñuelo de los Kin, Los móviles “sociales” de Microsoft “Microsoft debería haber puesto en práctica una estrategia similar a la de Google: centrarse en las cosas en las que eran buenos, como el desarrollo del software -afirma Xavier Ferràs, profesor de Esade experto en innovación-. La compañía compró Nokia, pero hoy la presencia en el mercado de los smartphones es residual”.

El 12 de abril de 2010 los periodistas especializados en nuevas tecnologías tenían la mirada clavada en San Francisco. Microsoft tenía que hacer un anuncio importante. Ese martes el gigante tecnológico estadounidense hizo público que entraría a competir con Apple, Google y Nokia por el dominio del mercado de los teléfonos móviles. Presentaron los dos primeros terminales de su historia: el Kin One y el Kin Two. En pleno auge de las redes sociales, Microsoft había decidido idear unos dispositivos a medida para los amantes de compartirlo todo. “Los hemos diseñado para ampliar la forma en que vivimos”, había explicado la compañía. Entonces nadie lo sabía, pero al cabo de algunas semanas se vería que acabarían siendo un auténtico buñuelo. Tanto, que solo duraron 48 días en el mercado.

Pero, antes de explicar el fail, centrémonos en los dispositivos. Los Kin eran unos teléfonos peculiares. Para empezar, tenían un botón verde en el teclado que permitía compartir directamente el contenido que se estuviera visualizando con quien se creyera oportuno. Cuando se pulsaba, el dispositivo daba la opción de difundirlo a los amigos más íntimos o redirigirlo a las redes sociales. Además, la pantalla de inicio, llamada Kin Loop, estaba permanentemente actualizada con las últimas novedades de las redes sociales: toda la información de Facebook, Twitter y MySpace podía verse de un vistazo. También incluía el Kin Spot, una función que mostraba al usuario las personas con las que interactuaba más a menudo para poder compartir contenidos con mayor rapidez. Pero el terminal no solo interactuaba con personas, sino que también podía hacerlo con otros dispositivos de Microsoft, como el reproductor multimedia Zune, que también pasó al cabo de unos años a formar parte de la vitrina de fracasos de la compañía.

Sea como fuere, el teléfono “social” no logró hacer amigos. De hecho, sólo se vendieron medio millar de unidades, según apuntó la BBC. Otros medios elevaban la cifra a 10.000. De todos modos, la compañía, que nunca dio datos oficiales del desastre, retiró el teléfono el 2 de julio del 2010 y recolocó a los trabajadores que lo habían diseñado en el equipo que desarrollaba Windows Phone 7, uno sistema operativo para dispositivos con los que Microsoft trabajaba desde hacía meses y que vería la luz ese mes de octubre. El teléfono nunca llegó a Europa. Al cierre del trimestre, la prensa especializada hizo cálculos y cifró en 240 millones de dólares el coste que había tenido para la compañía decir adiós a los Kin. La prestigiosa revista Forbes fue especialmente crítica: “Fue una idea horrorosa desde el principio”.

Xavier Ferràs, profesor de Esade experto en innovación, coincide bastante. "En 2007 Steve Ballmer, entonces CEO de Microsoft, hizo mofa en público de la idea de crear un teléfono inteligente", recuerda. Pero el futuro conducía a ello y la compañía parece que no se dio cuenta hasta el 2008. “Cuando reaccionaron, lo hicieron tarde y mal -dice taxativo-. El diseño era nefasto, y más después de la aparición del iPhone”, concluye el experto.

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La lección

Los móviles “sociales” de Microsoft “Microsoft debería haber puesto en práctica una estrategia parecida a la de Google: centrarse en las cosas en las que eran buenos, como el desarrollo del software –afirma Xavier Ferràs, profesor de Esade experto en innovación-. La compañía compró Nokia, pero hoy la presencia en el mercado de los smartphones es residual”.

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