Aprendizaje de lenguas

Por qué caray tienes acento cuando hablas otras lenguas

Seis claves para entender por qué la lengua materna siempre contagia el nuevo idioma cuando lo aprendes a partir de primaria

La dificultad de pronunciar bien los énfasis en una segunda lengua.
31/05/2024
5 min

BarcelonaUna de las manías de los ciudadanos del mundo actuales –y sobre todo de sus padres– es hablar muy bien varias lenguas, sobre todo el inglés, así como otros idiomas globales. En el último Eurobarómetro, el 86% de los europeos decían que todo el mundo debería hablar una segunda lengua, y prácticamente la mitad optaba por inglés. Hablar bien un idioma extranjero por lo general se identifica no sólo con tener una alta fluidez sino también un acento nativo. Pero este objetivo, a pesar de todos los esfuerzos, la mayoría de las veces se resiste a los nuevos hablantes, incluso aunque se vayan a vivir al país extranjero. ¿Por qué?

No percibimos todos los sonidos

"Cuando acabas de nacer eres capaz de percibir todas las diferencias acústicas entre sonidos. A medida que estás expuesto a una lengua a tu alrededor, especializas tu sistema perceptivo para maximizar las diferencias relevantes en tu lengua y minimizar las demás", explica Miquel Llompart, investigador del departamento de traducción y ciencias del lenguaje de la UPF. Si a tu alrededor está el castellano, el cerebro se concentra en identificar cinco vocales, mientras que si tienes el danés están entre diecisiete y veinte. "Si sólo tienes cinco vocales, todo lo que después aprendes lo filtras a través de este sistema de vocales y los trece o catorce sonidos del inglés te sonarán muy similares a tus cinco vocales", resume. Así, muchas veces no pronunciamos bien una palabra en inglés porque no la oímos bien, no percibimos todos los genuinos sonidos de esta lengua.

La edad de adquisición es crucial

Por no tener acento, "el factor principal es la edad de adquisición", afirma Llompart. En Cataluña lo vemos bien con el catalán y el castellano. Los bilingües simultáneos (hijos de familias en los que realmente se habla catalán y castellano por igual) suelen tener un nivel fonológico muy similar en ambas lenguas y suenan prácticamente como nativos. Ahora bien, si ya es más tarde de los seis años, aunque te traslades a otro país y tengas una situación de inmersión, "nunca será el mismo contacto que ha tenido un hablante nativo", dice Llompart, y los rasgos fonológicos de la lengua materna se notarán.

Esto es fruto, por un lado, del desarrollo cerebral: el cerebro de los niños es más flexible y se va estabilizando y haciendo más rígido cuando llega a la pubertad. Dado que la fonología es de las primeras cosas que se aprenden, el límite para adquirir el sistema de sonidos también es más precoz, hasta los seis años; después va a costar más cambiar patrones. Por otra parte, y muy vinculado con esto, está el hecho de que, cuanto más tarde aprendes una lengua nueva, más tiempo hace que utilizas tu lengua nativa "y, por tanto, son muchos años de automatización de una lengua con un sistema", dice Llompart. Por eso, en términos de fonología, a partir de los siete u ocho años ya se considera late second language acquisition (una adquisición tardía de la segunda lengua, que es el campo de investigación de Llompart) y más aún si el aprendizaje es de adultos, el acento seguro que se notará.

Muchas horas de exposición a la nueva lengua

Para entender y hablar una lengua necesitas una "entrada significativa" del nuevo idioma, "que sea una parte importante de lo que escuchas al día", especifica Llompart. Esto está muy relacionado con factores sociales y demográficos, claro. "Imagínate la diferencia entre elinput catalán que recibe un niño de cinco años que llega a Catalunya (irá a la escuela, hará amigos en catalán, estudiará en catalán...) y su padre de 30 años", ejemplifica el profesor. No existe un porcentaje concreto que garantice el aprendizaje de una segunda lengua, pero es evidente que, cuanto más inmersión y mayor necesidad haya, más se acelera la adquisición.input en inglés. Hace 30 años sólo teníamos las cintas de Speak up", reflexiona Llompart.

Es imprescindible la interacción

"De cualquier lengua que aprendes tú tienes conocimiento explícito (en el que eres consciente de lo que sabes y de lo que puedes entrenar en una clase de idiomas) y conocimiento implícito (lo que te sale automáticamente)", explica Llompart. Los expertos no se ponen de acuerdo en hasta qué punto se tocan uno y otro, y si se puede alcanzar conocimiento implícito a través de las clases convencionales de lengua. "¿Por qué estudiamos inglés tantos años en la escuela y en realidad no lo aprendemos bien? Porque es muy difícil llegar al conocimiento implícito, y más en una clase de inglés", dice Llompart.

De ahí el éxito del método communicative approach, la enseñanza de idiomas fomentando la comunicación en situaciones de la vida que te importan, porque ves el objetivo y porque te obliga a utilizar la lengua oral. "Para llegar a tener el inglés como segunda lengua (o tercera) habría que hacer muchos esfuerzos en el ámbito educativo, como estar rodeado de hablantes nativos a los que escuchas y con quienes hablas durante mucho tiempo", expone Llompart. Esto explica también los bajos resultados de inglés en nuestro país. Cómo decía al ARA Montserrat Capdevila, miembro del Grupo de Investigación en Lingüística Inglesa, debería "dedicarse más horas, con grupos más reducidos y combinar clases tradicionales con ratos de interacción".

Automatizar sonidos, el más complicado

"Llegar a hablar como un nativo es posible, pero es buscar una aguja en un pajar. Por eso es complicado saber cuál es la combinación secreta. Sabemos que se necesitan habilidades auditivas muy desarrolladas, una exposición muy alta y de calidad en la lengua extranjera ( es decir, una pronunciación nativa y que sea una interacción interesante), y también hace falta mucha motivación (por ejemplo, tener la pareja extranjera o necesidades laborales)", detalla Llompart, pero "los hablantes sin acento son una excepción".

Sí que se pueden aprender sonidos nuevos, como quien ejercita el sonido de la erra o la ela doble con la ayuda de un logopeda, pero es muy difícil automatizar los sonidos, sobre todo si no existían o eran diferentes en la tuya lengua nativa. Por eso a muchos castellanohablantes se les resiste la doble elección cuando aprenden catalán. Esto es lo que está estudiando justamente Llompart: cómo mejorar el aprendizaje para percibir y producir bien los sonidos de las segundas lenguas.

¿No tener acento es importante?

"El acento aporta información de ti –dice Llompart–, hace que la gente active sus estereotipos culturales sobre una lengua, positivos o negativos. El acento español puede ser sexy para alguien y otro puede pensar que es de vago ". A menudo los acentos son vividos con vergüenza, como si fuera una incapacidad individual, carencia de formación, o como si hubiera acentos mejores y peores, lo que normalmente está vinculado con el prestigio y poder que se infiere a una lengua oa un acento. "Si quieres hablar inglés sin acento es porque es la lengua dominante y crees que te dará beneficios o perspectivas laborales o que te permitirá ser visto de mejor forma por la cultura hegemónica", explica Llompart.

Tener un acento más neutro, por otra parte, borra la información personal y, de paso, es una ribotada a la riqueza dialectal. "Si vale la pena o no tener acento nativo en una segunda lengua tiene que ver con los valores que tú tengas de la lengua meta: si quieres identificarte, si quieres pertenecer más al grupo, o si no quieres abandonar tu acento porque es tu identidad", explica Llompart. Un ejemplo más de que las lenguas no son sólo para comunicarse, y que lengua e identidad a menudo son inseparables.

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