El cielo de Falset

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El castillo de Falset sobresale por encima de los tejados y azoteas de la capital del Priorat.

La mayoría de los pueblos del Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre, vistos de lejos, centran su identidad y su silueta y perfil urbano con su campanario. El cielo de las principales iglesias de nuestro país nos indican la diferencia entre villas vecinas. En Falset, además del campanario de la iglesia de Santa Maria, sobresale por encima de los tejados y azoteas su castillo.

Levantado sobre un gran morro, donde todavía encontramos vestigios de algunos baluartes que encintaban el recinto con su muralla, el castillo de Falset muestra, aún ahora, algunas de sus fortificaciones frente al gran mar de viñedos del Priorat.

Documentado por primera vez en el siglo XII, su estructura actual es fruto de las vicisitudes. Con unas raíces, como una cepa, bastante profundas más allá de la fecha de su primera aparición documental, el castillo de Falset suma restos desde antiguo hasta el siglo XXI, desde el uso castral y militar hasta el actual museo o archivo que albergan aquellas viejas piedras. Todo él, como todos los castillos del Estado, declarados bien cultural de interés nacional; en este caso, desde 1949.

El momento dorado de la construcción y de la vida en el castillo es el siglo XIV, con la presencia de los condes de Prades –título nobiliario en manos, actualmente, de la casa Medinaceli–. En ese momento se amplió el espacio castral para acoger a los condes, su corte y todos los servicios necesarios. Según la tradición, en esta época y en este castillo nacieron dos de las mujeres más importantes de la historia medieval de Cataluña: Leonor de Prades, reina de Chipre y de Jerusalén (1333-1416), y Margarita de Prades, reina de Aragón y última reina catalana (1387-1429).

Contrapuesta a la época dorada, la oscuridad del castillo de Falset llegó a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Guerras y revueltas de todo tipo ayudaron a la merma de la estructura castral. Por ejemplo, con la orden de Felipe V de enrunar el castillo, que liquidó casi totalmente el conjunto, aunque también fue este monarca quien configuró una nueva reconstrucción y su uso como prisión hasta la Guerra Civil Española.

El abandono del castillo de Falset se detuvo a finales del siglo XX y principios del XXI, tiempo en el que se iniciaron las obras de reconstrucción y restauración del conjunto, además de empezar los pasos para situar en aquel nuevo recinto el Archivo Comarcal del Priorat, el Museo Comarcal, algunos recursos turísticos y espacios polivalentes.

Un punto, el castillo de Falset, que ejerce de corazón de la capital del Priorat; un punto que ancla Falset en su pasado y puede llegar a conectarlo con su futuro con una visita al museo.

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