Violencia sexual

Uno de cada cinco adolescentes es víctima de violencia sexual

Juristas, psicólogos y educadores apuestan por medidas restaurativas para abordar el tratamiento de los agresores menores de edad

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Concentración contra las agresiones en el Màgic de Badalona.

BarcelonaLa Policía Nacional ha detenido este lunes a cinco menores de edad por haber agredido sexualmente a una adolescente a finales de septiembre en Málaga, primero durante una fiesta de cumpleaños en un descampado, en la que víctima y agresores habrían coincidido y, después en el piso de uno de ellos. La víctima –que sospecha que le pusieron una sustancia en la bebida– también habría explicado que dos de los chicos le habrían vuelto a agredir cuando le acompañaban a casa. Es el último ataque sexual grave que ha trascendido. Pero los datos indican que la violencia sexual ha arraigado. Según el Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB), uno de cada cinco adolescentes es víctima de alguna acción de violencia sexual a lo largo de su infancia y juventud, sea cometida por un adulto o por uno o varios menores de edad.

Respecto a este último fenómeno, el de la violencia sexual entre menores, psicólogos, juristas y educadores han coincidido en que la mejor receta para abordar este tipo de violencias son las medidas restaurativas, tanto desde el punto de vista de reparación hacia la víctima como en la reeducación de los menores agresores. "La respuesta no está en el sistema penal, no es la solución, también existen alternativas como la justicia restaurativa", ha asegurado el presidente de la sección de derecho a la infancia y la adolescencia del ICAB, Xavier Campà, durante las Jornadas sobre violencia sexual a menores en tiempos digitales.

El objetivo de la justicia restaurativa es que el agresor asuma la responsabilidad de sus acciones para que no vuelva a repetirlas, y esto también se puede aplicar a los adolescentes agresores. "Debemos ser capaces de adaptar la exigencia de responsabilidad por sus actos a la persona que tenemos delante", decía la responsable del programa Educando en la responsabilidad de la dirección general de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), Alba Muro.

El abordaje de las violencias sexuales varía mucho según la edad del infractor: en los menores de 14 años –que son inimputables judicialmente y, por tanto, quedan fuera del sistema penal– se trata de medidas educativas y de seguimiento. Cuando el adolescente tiene entre 14 y 17 años, entra en el circuito de justicia juvenil y, a partir de los 18 años, en el de la justicia ordinaria. Muro ha explicado que la filosofía de la justicia restaurativa se aplica a la hora de realizar seguimiento de los adolescentes agresores de 13 años o menos. Dependiendo de lo que hayan hecho, el seguimiento puede ir desde una entrevista telefónica con sus padres cuando se trata de una infracción leve, para ver cómo están abordando la situación, hasta un acompañamiento educativo en los casos más severos.

Según Muro, la "clave" a la hora de determinar el tipo de intervención es descubrir "qué le ha motivado, qué hay detrás de una conducta sexual". En muchos casos, asegura, puede ser por ejemplo la forma que encuentra el agresor de "expresar la ira, de castigar directa o indirectamente a otra persona, de ejercer el control o el poder sobre alguien, de sentirse parte de 'un grupo', pero también puede destapar una situación de violencia sufrida por el infractor.

A la hora de analizar las causas de la violencia sexual, todos los expertos presentes en las jornadas han coincidido también en identificar la influencia que tiene el acceso a la pornografía a través de internet, así como una edad cada vez más precoz de iniciarse en la práctica de relaciones sexuales. "El debate es cómo educar los deseos. No queda más remedio que trabajar con el porno", aseguraba el psicólogo, educador y periodista Jaume Funes.

14 internamientos anuales por violencia sexual

Lídia Ayora, jefa del Servicio de Mediación y Asesoramiento Técnico de Justicia Juvenil, ha admitido que se ha detectado un aumento de la violencia sexual en menores desde 2014, pero ha matizado que detrás puede haber más afloramiento de casos porque hay menos "tolerancia social" frente a este tipo de conductas. El circuito de justicia juvenil ya parte de la filosofía de la justicia restaurativa y de buscar que el menor asuma la responsabilidad sobre lo que ha hecho y el mal que ha causado. Por lo general, se apuesta por medidas educativas y de reinserción en medio abierto. De hecho, Ayora ha explicado que la tasa de internamiento de los adolescentes que cometen un delito sexual (7%) es inferior a la media del resto de infractores menores (10%): el año pasado sólo se ordenó el internamiento de 14 adolescentes por delito sexual en Cataluña.

En cambio, Ayora ha reconocido que este abordaje restaurativo se hace más difícil en el caso de las víctimas, porque según ha dicho las adolescentes necesitan más tiempo de lo que les da la justicia penal para aceptar determinadas respuestas, por ejemplo una mediación con el agresor. "Por desgracia, en los procesos de menores la víctima no pinta nada", ha lamentado también la abogada Rocío Guarnido.

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