Colapso de camiones en las áreas de servicio de la AP-7
El fin de los peajes y la prohibición de circular por muchos tramos de la N-II satura de trailers los parkings en la autopista
GironaUn viernes a las nueve y media de la tarde. Área de servicio del Montseny de la AP-7 en dirección a Francia, a la altura de Llinars del Vallès. Decenas de camiones se agolpan por todas partes. El parking está desbordado y desde el momento en que se sale de la autopista, cualquier conductor se topa con camiones en los bordes de la carretera, aunque esté prohibido. Es una estampa que se repetirá al poco tiempo en las áreas de servicio de la Selva, en Maçanet; del Gironès, en Riudellots; y del Empordà, a la altura de Garrigàs. Un colapso de camiones en paralelo al aumento –de hasta un 40%– del tráfico desde el final de los peajes, pero que se arrastra desde hace cinco años –con el largo paréntesis de la pandemia, que le diluyó–. Se trata de la consecuencia directa de la prohibición de circulación de camiones de gran tonelaje en la N-II desde 2018. Desde entonces, los párkings habituales en restaurantes de carretera para el descanso se han borrado y se han multiplicado las aglomeraciones en áreas de servicio y polígonos cercanos.
Conoce bien la situación Esteban Pacev, que desde 2007 se dedica al mundo del transporte. Primero como conductor y ahora como socio de una empresa que desde hace dos años intenta conseguir los permisos para abrir un parking seguro para camiones en la salida 10 de la AP-7, en Fogars de la Selva, cerca del polígono de Riudellots. “Hay muy pocos párkings seguros entre La Jonquera y Barcelona y siempre están llenos –asegura–. Los conductores no tienen ningún sitio para dormir”. La normativa establece que un camionero debe parar cada 4 horas. Luego debe hacer una pausa de 45 minutos y puede volver a conducir 4 horas más. Además, cada día debe realizar una pausa de 9 horas seguidas. De lo contrario, se enfrenta a una posible multa de miles de euros.
Clam para habilitar espacios seguros
Entre La Jonquera y Barcelona hay sólo 6 áreas de servicio. Es decir, una aproximadamente cada 27 kilómetros. En cada una hay espacio a lo sumo para una cincuentena de camiones por banda. Por mucho que un camionero se planee la ruta, es posible que acabe encontrándose sin sitio, señala Antonio Martínez, presidente del Gremio de Transportes y Logística de Catalunya, que forma parte de la patronal Cecot. "Por eso es habitual encontrarnos camiones aparcados en las entradas de las áreas de servicio, porque deben detenerse sí o sí y no pueden hacer más kilómetros", añade. En este sentido, Pacev también puntualiza que a veces a un camionero le sale más a cuenta pagar la multa por dormir en un área de servicio que la de saltarse el disco de horas de conducción.
Vista la problemática, el Gremio de Transportes y Logística reclama desde hace dos años al ministerio de Transportes y al Govern la creación de más párkings seguros. Y desde el pasado año lo hace a través de la Coordinadora de Organizaciones de Transporte, que aglutina un 85% del sector catalán del transporte por carreteras. Según Martínez, la administración alega que la creación de nuevos párkings debe realizarse desde la iniciativa privada. Pero al mismo tiempo el gremio argumenta que la decisión de que los camiones no pudieran pasar por la N-II fue pública y que debe ser desde la iniciativa público-privada que se encuentre solución.
En los últimos años se han ampliado grandes parkings seguros como el de Padrosa en Llers y La Jonquera, pero no es hasta Sant Celoni –al cabo de 110 km– que vuelve a haber otro con el certificado de seguridad europeo que ponen de condición a muchas empresas. Pacev explica que es habitual encontrarse camiones aparcados en polígonos el fin de semana, cuando es obligatorio por la ley europea que los camioneros hagan una pausa de 24 horas por semana y cada quince días de 48 horas. "Es muy duro estar de ruta toda una semana sin ni poder ducharse y acabar en un polígono sin luz ni agua por falta de espacio en parkings seguros", lamenta Pacev.
Sin conocer demasiado la necesidad de los camioneros, en la salida de Girona sur de la AP-7 se abrió en el 2016 un parking que inicialmente debía estar para caravanas, pero “rápidamente llegaron los camiones”. Lo explica su propietario, Pere Costa, que ha terminado poniendo aseos, duchas y una sala para conductores, además de tres vigilantes de seguridad permanentes. Ahora bien, en su caso la mayoría de conductores que dejan el trailer es porque viven por la zona y simplemente la aparcan para estar con su familia. El alquiler mensual es de 120 euros y pasar una noche cuesta 15 euros. En los de máxima seguridad, una media noche cuesta unos 40 euros.
Aumento de los robos
El cambio de rutas y la obligatoriedad de parar siempre en la AP-7 –los camioneros solo pueden entrar en polígonos si es por cargar y descargar– ha llevado también a un aumento de los robos, gracias a la gratuidad de los peajes. Según datos de los Mossos, el pasado año se denunciaron 3.500 robos en las autopistas y autovías catalanas, es decir, 10 al día. Un 20% estuvieron en la carga de camiones en áreas de servicio y de descanso. “Es un problema estructural en toda Europa, en el que faltan 400.000 plazas de parking seguro. Y de éstas, 100.000 sólo en España –sentencia Martínez–. Nos encontramos con un grave problema de relieve generacional. Nadie quiere camiones, pero sin ellos el súper lo vas a encontrar vacío”.