Medio Ambiente

Los conflictos del agua se esparcen y se agravan

La crisis climática reduce la cantidad de reservas de agua en el mundo, ya de por sí limitadas

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Dos niñas se lavan en un campo de desplazados de Sudán del Sur, donde las inundaciones han obligado a parte de la población a desplazarse a mayores altitudes.

BarcelonaEl lema "el agua es vida" resume la importancia del acceso al agua. No somos capaces de imaginar ninguna clase de vida sin agua. Pero sólo un 0,5% del agua mundial es dulce y disponible. Y la emergencia climática de los últimos años ha empeorado la situación. Esta situación de crisis llevó a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a declarar "el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial" y, en 2015, el organismo va convertir este derecho en uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030.

Sin embargo, hoy un 25% de la población mundial no tiene acceso seguro al agua potable, un 44% carece de servicios de saneamiento adecuados y un 25% carece de los servicios de higiene más básicos. Y esto se traduce en mayor mortalidad. Unicef ​​asegura que la limitación de acceso al agua explica el 50% de la desnutrición mundial, y calcula que más de 1.000 menores de cinco años mueren a diario por enfermedades relacionadas con el agua.

Ante la desaparición de las reservas de hielo, el aumento del nivel del mar, que contamina los recursos hídricos disponibles, los incendios forestales y las sequías que son cada vez más frecuentes, uno de los principales retos es la sostenibilidad de los recursos hídricos. "Hay sitios como el Cuerno de África, donde no hay agua para personas, animales ni cultivos", explica la responsable de programas internacionales de Unicef ​​España, Blanca Carazo. Además, "también hay un caso paradójico, que son las inundaciones, en las que los países tienen mucha agua, pero no es potable", declara la experta.

Estos casos producen migraciones masivas que, a menudo, conducen a campos de refugiados. Sólo en el 2022, millones de personas abandonaron su casa a causa de las sequías de Afganistán, Madagascar y el Cuerno de África; y debido a las inundaciones se abandonó Pakistán y parte de África Central, como zonas del Sahel.

Según apunta Carazo, los niños son la población más vulnerable ante los conflictos de agua. Durante períodos de hambre y sequía, los menores sufren desnutrición, muchos acaban muriendo y la falta de acceso al agua también puede afectar a su crecimiento y desarrollo. Especialmente para niños, Unicef ​​impulsa iniciativas como fomentar el hábito de lavarse las manos. Tan sencillo para algunos, pero tan complejo para otros –datos de la ONU-Agua señalan que sólo el 25% del África Subsahariana tiene agua y jabón en casa–. Lavarse las manos evita el 40% de las enfermedades diarreicas, tercera causa de mortalidad en menores de cinco años.

Educación

Cuanto menos acceso al agua más dificultad para aprender

Los expertos apuntan a que, si no hay acceso a agua segura y saneamiento, las consecuencias van mucho más allá de la salud. Carazo apunta, por ejemplo, que si las mujeres carecen de lavabos en casa, salen a hacer sus necesidades por la noche para no ser vistas ya menudo sufren violencia sexual. Pero el derecho que de forma colateral se ve más afectado por el agua es posiblemente el derecho a la educación.

“Los niños que no tienen acceso al agua se ponen enfermos muy a menudo. Entonces no van a la escuela o, si van, no lo hacen en condiciones de aprender”, explica Carazo. Además, los niños son a menudo encargados de ir a buscar el agua, lo que les puede llevar a tener que dejar de ir a la escuela. Las niñas añaden además un factor de vulnerabilidad a la ecuación: “Cuando les llega la menstruación se dispara el abandono escolar. Al principio dejan de ir a clase los días que menstruan, pero acaban por no venir nunca”, dice la experta.

Según ha podido observar Carazo, cuando se construyen aseos separados para niños y niñas, el abandono escolar disminuye notablemente. Además, Unicef ​​impulsa cambios culturales mediante "clubes de higiene" integrados por chicos y chicas para que naturalicen la menstruación. "Los niños, además, actúan como agentes de cambio. Lo que aprenden en la escuela lo cuentan en casa", señala.

Gestión

De las dificultades de acceso a los acuíferos en las disputas por el agua

La gestión de reservas de agua es un reto mundial. Según el último estudio del World Resources Institute (WRI) en la materia, hasta 4.000 millones de personas, la mitad de la población mundial, sufre escasez de agua al menos un mes al año. La carencia de agua, que puede ser tanto por falta de precipitaciones como por incapacidad de acceder a los recursos hídricos, se ve agravada por dos hechos. El primero, que el 99% del agua dulce y líquida del planeta se encuentra en acuíferos: poco estudiados y con frecuencia de difícil acceso y gestión. El segundo, la falta de cooperación de los países en la gestión de las aguas transfronterizas, que representan el 60% de los caudales de agua dulce.

Como apunta la responsable del programa sobre Cooperación del Agua de la UNESCO durante 23 años, Alice Aureli, una mala cooperación entre países afecta tanto a las relaciones internacionales como a la sostenibilidad de los recursos hídricos. Aurelio señala el conocido Mar de Aral, en Asia Central, como un ejemplo paradigmático. Hoy en día queda menos de un 10% de lo que en los años sesenta era la cuarta agua interior más grande del planeta. Los países apuestan por el "proteccionismo en lugar de la cooperación", y eso es un error que seguirá vigente mientras "nos regimos por reglas económicas y no humanitarias", explica Aureli.

Un caso más reciente, y que ha puesto en alerta al ONU y la Unión Africana, son las disputas entre Etiopía y Egipto por el agua del río Nilo. Ante las intenciones de Etiopía de llenar la mayor presa de África, que amenaza con dejar sin agua Sudán del Sur y Egipto, este último país amenazó con la guerra. El motivo es que la presa se sitúa en el afluente Nil Blau, de donde proviene la mayoría del agua del Nilo. El pasado septiembre, el presidente de Etiopía anunció que le había llenado con éxito despreciando las alertas de sus vecinos río abajo.

Un niño bebe agua en su escuela en Burkina Faso.
Una refugiada rohingya sostiene un recipiente lleno de agua en un campo de refugiados en Bangladesh.
Menores transportan agua a Pakistán, donde las inundaciones han dejado a 5,4 millones de personas sin acceso seguro al agua.

Cambio climático

Sequías e inundaciones condicionan los movimientos migratorios

Durante los próximos años, millones de personas abandonarán su casa a causa de las sequías extremas y las inundaciones. Ya ha ocurrido en casos como en Sudán del Sur, donde comunidades enteras viven rodeados de agua; o en Somalia, donde 1,17 millones de personas se han desplazado desde 2021 por la ausencia de lluvias. "Con el crecimiento de los efectos del cambio climático habrá mayores migraciones", señala la secretaria de la Convención del Agua de la ONU, Sonja Koeppel. En los campos de refugiados, el agua también puede ser un problema. En Dadaab, Kenia, donde hay más de 200.000 refugiados, estos viven en tiendas en las que no tienen agua corriente.

Aparte de los desastres naturales, los conflictos políticos y territoriales también privan a la población de agua y provocan millones de desplazados. "Existe una tendencia a la privación del acceso al agua e incluso ataques intencionados a los sistemas de agua", declara Blanca Carazo. Los datos de Unicef ​​sugieren que, en conflictos prolongados, los menores de cinco años tienen 20 veces más posibilidades de morir de enfermedades diarreicas relacionadas con el acceso a agua que por la violencia.

La guerra civil de Siria de 2011 es posiblemente el caso más evidente, porque ambos bandos se privaron mutuamente el agua en un intento de asfixiarse, pero en Gaza, hoy en día, también se imposibilita a la población acceder al agua. "Se está utilizando el combustible como un arma de guerra, y el agua, en definitiva, depende de ese combustible", explica el comité español de la agencia de las naciones unidas por la población refugiada palestina (UNRWA). "Ahora mismo, el 70% de la población del sur ya no tiene acceso al agua potable", añaden.

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