Un contenedor para todos los días de la semana: la odisea de cambiar la gestión de los residuos en una ciudad de 100.000 personas
El Ayuntamiento de Girona está implementando un nuevo sistema de recogida selectiva con contenedores inteligentes que causa malestar entre los vecinos
GeronaGirona es la primera de las cuatro capitales de Cataluña que apuesta por implementar un sistema pionero de recogida selectiva de residuos. En los barrios más poblados, el Ayuntamiento está cambiando progresivamente todos los contenedores convencionales por contenedores inteligentes, que sólo se abren con una tarjeta de contacto y sólo se puede verter la fracción de reciclaje que marca el calendario municipal. Si algún vecino intenta echar restos de comida, envases de plástico o cartones el día que no toca, el contenedor, sencillamente, no se abre. Es, por tanto, un cambio radical, que afecta el día a día de los más de 100.000 gerundenses y gerundenses que viven en la ciudad. Muchos ponen buena voluntad e intentan adaptarse a los nuevos hábitos. Otros incumplen la normativa y dejan la basura tirada fuera del contenedor, generando montañas de basura en la calle que, si los servicios de limpieza no recogen, provocan una imagen de dejadez y suciedad muy desagradable.
En estas primeras semanas de cambio de sistema, el Ayuntamiento ha recibido bastantes quejas, peticiones e incidencias por parte de los vecinos. Algunos protestan por la poca frecuencia de recogida de fracciones que se pudren y huelen, como la orgánica (solo se puede tirar martes, jueves y domingo). Otros lamentan que Girona+Neta (la empresa privada a la que el Ayuntamiento contrató la recogida en el 2022) no se lleva las bolsas de basura que alguien ha tirado al suelo y la ciudad está sucia; o que la logística familiar no les permite adaptarse al calendario municipal. El consistorio gerundense, por su parte, si bien recalca que implementar un nuevo paradigma como éste no es fácil y quiere tiempo, reconoce que se han producido errores y se muestra comprometido a adaptar y mejorar el sistema.
Sanciones a los incívicos ya la empresa de recogida
Pese a la autocrítica, el Ayuntamiento de Girona señala que gran parte del malestar ciudadano lo provoca el incivismo de determinados usuarios. Vecinos que, sea por desconocimiento, mala fe o ambas cosas, no han ido a recoger la tarjeta y echan la basura en el suelo o dentro de las papeleras de la acera. También se produce una especie de "turismo de basura", ya que algunos gerundenses se desplazan para echar la basura hasta los barrios que aún no tienen implantado el sistema, como Santa Eugenia, San Narciso o Puente Mayor, por lo que los contenedores quedan absolutamente desbordados. Incluso ciudadanos de poblaciones vecinas que funcionan con sistema puerta a puerta, como Sarrià de Ter o Sant Gregori, se desplazan en coche hasta los contenedores sin tarjeta de la capital para verter los desechos, muebles o colchones. De hecho, el pasado mes de diciembre los vecinos de Pont Major se manifestaron contra estos visitantes que vienen con la bolsa de basura de casa. Y toda esta retahíla de actitudes incívicas representa para el Ayuntamiento, durante todo el 2024, un sobrecoste de 1 millón de euros en el servicio de recogida. Por eso, desde el consistorio se han incrementado la presencia policial y las sanciones.
Ahora bien, los usuarios incívicos no son los únicos que recibirán multas, ya que el Ayuntamiento también está estudiando sanciones a la empresa privada Girona+Neta por incumplimientos en las condiciones del contrato, dado que, durante las fiestas de Navidad , justo cuando el volumen de residuos en las casas aumenta, no realizó el 21% de los servicios estipulados.
Los basureros pagan los platos rotos
Pese a que el Ayuntamiento ha reforzado la presencia policial, quien más se topa, día a día, con el incivismo de los vecinos son los trabajadores de calle de Girona+Neta, que, al ser un servicio externalizado, no son funcionarios públicos. Y eso les genera muchas situaciones incómodas, porque no tienen capacidad de sancionar y, al mismo tiempo, los gerundenses enojados con el Ayuntamiento pagan con ellos su descontento. "La gente deja la basura en el suelo y no damos abasto, tenemos que hacer rutas de 14 kilómetros y no podemos parar a cada contenedor a limpiar todo lo que han echado fuera", explica al ARA una trabajadora de Girona+ Limpia, que prefiere mantenerse en el anonimato. Y continúa: "Los vecinos nos ven con el uniforme y nos echan las culpas de que la ciudad está sucia, pero no es culpa nuestra, hacemos lo que podemos, no somos máquinas, es necesario que la gente se comporte y se destinen más recursos a la limpieza". Los representantes sindicales de los más de 200 trabajadores de la empresa de limpieza que trabaja en Girona defienden que faltan más medios y recursos para cumplir con su trabajo en la ciudad. Además, están negociando ahora un nuevo convenio colectivo porque el existente no se adapta a las necesidades del nuevo sistema de recogida.
El planeta y el bolsillo: argumentos a favor de la recogida selectiva
Los dos principales argumentos del consistorio gerundense para sacar adelante el nuevo sistema de recogida son, por un lado, el precio de la factura y, por otro, la necesidad ecológica de favorecer el reciclaje. "Hemos optado por este sistema porque, si Girona no mejoraba en el reciclaje, tal y como marca la ley y la Unión Europea, se nos penalizaba y teníamos que pagar una tasa de residuos más alta: y, además, también tenemos el compromiso medioambiental para conseguir una sociedad cada vez más sostenible", defiende el alcalde Lluc Salellas. En 2022, los índices de reciclaje de Girona se situaban en el 52%, mientras que las directrices estatales y europeas obligan a alcanzar un porcentaje de recogida selectiva del 70% antes de 2030.
La herencia de un contrato
El actual gobierno tripartito encabezado por Guanyem Girona ha sido el encargado de ejecutar la implementación de los contenedores inteligentes y asumir todos los quebraderos de cabeza que comporta. Ahora bien, el contrato con Girona+Neta, que fija los horarios y frecuencias de este sistema, se firmó en el 2022, durante el mandato de Marta Madrenas (Juntos) para los próximos 8 años y es de obligado cumplimiento. El cambio de sistema comenzó de forma progresiva en el 2022, con una prueba piloto en los barrios de menor densidad, como Sant Daniel, con el método puerta a puerta. En estas zonas, cada casa tiene un cubo particular que, al anochecer, debe sacar a la puerta con la fracción de residuos que marca el calendario, y el sistema ha dado muy buenos resultados. Ahora, ya bajo el mandato de Salellas, durante el mes de enero y diciembre el puerta a puerta se ha extendido a más barrios y los contenedores inteligentes se han implantado en las áreas más pobladas, como el Eixample, donde se encuentran hay muchos pisos. Por último, en una parte del Mercadal y el Barri Vell, donde los camiones de basura no pueden pasar por las calles estrechas, se han habilitado unos contenedores temporales que se instalan y se retiran en unos días y horarios concretos. Aparte de las viviendas, el nuevo paradigma de recogida también afecta a los comercios y los restaurantes, con unos contenedores y horarios propios.
Mejoras y cambios en el servicio
Tras los primeros meses de implementación, el Ayuntamiento estudió las reclamaciones de los afectados y de las asociaciones de vecinos y ya anunció los primeros cambios y reorganizaciones en el contrato de limpieza. Y no serán las últimas. Por ejemplo, ya se han empezado a habilitar puntos de emergencia por si alguien no puede echar los residuos cuando toca y, en las próximas semanas, habrá modificaciones en calles o áreas muy concretas que, sea porque son casas unifamiliares en zona de pisos o viceversa, no se adaptan al sistema asignado. También se aumentará la frecuencia de recogida del textil sanitario en residencias de ancianos, guarderías y centros sanitarios; y se instalarán minipuntos limpios en cada barrio para pilas, bombillas o elementos de desecho. Igualmente, se adelanta la hora de recogida del cristal el domingo, para que, de madrugada, el ruido del estropicio no moleste a los vecinos, y los comercios tendrán más contenedores para que no queden bolsas de plástico en la calle.
A pesar de estos esfuerzos de la ciudad de Girona por mejorar el índice de reciclaje, una vez se ha realizado la recogida, fuera de la ciudad, el periplo de los desechos continúa. Porque las comarcas gerundenses sufren un déficit endémico de infraestructuras de tratamiento de residuos, sobre todo después del cierre del vertedero de Solius . Actualmente, la mayoría de los residuos de la fracción de resto de la demarcación, provenientes de municipios como Girona, Salt, Sarrià, Llagostera o Platja d'Aro, deben viajar para tratar en la planta hasta Vacarisses o Mataró.
Para solucionar este agravio, es clave la nueva incineradora de Campdorà, en el noreste de la ciudad, que se detuvo para realizar reparaciones en el 2018 y donde desde entonces se han acumulado los retrasos y todavía no ha entrado en funcionamiento . Después de que el departamento de Territori haya asignado una subvención directa al Ayuntamiento gerundense de 55 millones de euros, repartidos en cuatro anualidades, se prevé que entre en funcionamiento este 2025. La nueva planta, que tendrá capacidad para 15.000 toneladas anuales de fracción de orgánica y 50.000 toneladas de resto, servirá para tratar la basura con los estándares ecológicos y eficientes necesarios antes de su incineración, reduciendo la huella ecológica que actualmente genera el transporte de la basura fuera de las comarcas gerundenses.