Tecnología

¿Cómo debe ser el primer móvil?

Hay que evitar que el aparato sea de última generación y educar a los niños para que hagan un uso responsable

Adolescente con su primer móvil.
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BarcelonaEl 25% de los niños de 10 años y el 70% de los de 12 años utilizan el móvil de forma habitual. El dato es del estudio Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos y oportunidades (Unicef, 2021). Desde Unicef ​​Comité Catalunya, sin embargo, señalan que las tecnologías y los dispositivos están presentes en la vida de los niños prácticamente desde que nacen: “Lo están en la sociedad, en las casas y en las escuelas y, por tanto, es normal que el niño quiera utilizar uno, teniendo en cuenta que un teléfono móvil es mucho más que eso.”

La decisión puede responder a situaciones distintas, si bien es cierto, prosiguen, que el paso a secundaria, por ejemplo, “es un momento en el que muchas familias ponen al alcance de los niños un móvil, porque es un cambio de etapa y las familias tienen más inquietud de poder estar conectados en todo momento con sus hijos, que a menudo ya van solos al instituto”. Esa es precisamente la razón por la que Sandra Jorro y su pareja decidieron que Julia, que ahora tiene 14 años, tuviera su primer móvil a los 12. “Empezaba la ESO y tenía que volver sola a casa”, recuerda Jorro , que, preguntada sobre si veían a su hija lo suficientemente madura para hacer un buen uso, responde que ambos creían que sí. Un dispositivo, cabe decir, “muy simple, que tres años después sigue siendo el mismo y que, al principio, sólo servía para recibir y realizar llamadas y poco más”. Ahora, de mayor, Jorro señala que le han habilitado alguna aplicación “que no sólo le ayudará a desarrollarse en su ambiente social, sino también en sus labores del instituto”.

Ser conscientes de los riesgos

Ante este primer aparato, Jorro explica que hablaron en serio con Julia. “Sabía las consecuencias que podían ocurrir si no hacía un buen uso”, recuerda. Los padres de la joven introdujeron poco a poco alguna aplicación que pudiera ser útil tanto en el ámbito escolar como en el social. “Siempre bajo nuestra supervisión. Ésta era nuestra condición”, puntualiza. Jorro recuerda cómo, sobre todo al principio, pactaban con su hija el rato diario que podía hacer un uso más lúdico del dispositivo. Lo hacían, apunta, "por la novedad que representaba y por la falta de información que pudiera tener". Un control parental que hoy en día todavía está a través de una aplicación en la que los padres pueden saber dónde está en todo momento.

Desde Unicef ​​Comité Catalunya recalcan que, antes de que un móvil entre en la vida de un menor, los adultos deben tener presente que no siempre serán capaces de reconocer a qué riesgos están expuestos y que necesitan su acompañamiento. Hay que prever, explican, "una supervisión de contenidos y el establecimiento de normas y límites, buscando un equilibrio por no tener efectos contraproducentes". Y es que un móvil es la puerta de acceso a un mundo lleno de posibilidades con mucha información al alcance y con canales de comunicación abiertos a la red, lo que significa que “más allá de oportunidades también existen riesgos ”. Por esta razón, apuntan una serie de consejos a tener en cuenta:

  • Es importante que los niños sepan cuáles son los peligros con los que se pueden encontrar en internet y las redes, y es necesario estar atentos, por ejemplo, a la hora de configurar su perfil.
  • Es necesario interesarse por sus juegos, que muchas veces no son juegos en solitario sino en conexión con otras personas, y ofrecerles los que sean adecuados a su edad.
  • Hay que enseñarles a no compartir información ni fotografías con desconocidos ya no dar nunca datos que faciliten su localización en la vida real.

Además, el acompañamiento adulto debe ser clave "para fomentar su espíritu crítico y las consecuencias que puede tener la difusión de información falsa o malintencionada". Y una última recomendación: “Informarles que los padres y madres son los responsables civiles de los daños y perjuicios materiales o morales que puedan causar, debiendo responder solidariamente de las multas por infracciones a la normativa de protección de datos impuestas a sus hijos de entre 14 y 18 años”.

Normas de uso básicas

A la hora de plantearse qué primer dispositivo comprar a los jóvenes, el profesor de los estudios de psicología y ciencias de la educación de la UOC Guillermo Bautista apunta que no es necesario un móvil de última generación ni tampoco uno específico. Sobre todo, señala, porque "hay que educar en el uso del dispositivo tal y como es, con todas sus posibilidades". Asimismo, a su juicio lo que también es necesario “es una supervisión por parte de los adultos, las familias y las escuelas, y especialmente una atención muy intensa en el buen uso del móvil y la tecnología”.

Bautista también hace énfasis en la conveniencia de utilizar unas normas de uso básicas, normas que, destaca, "no tienen ni los adultos". Y es que, apunta, el uso del móvil muchas veces comporta “una afectación emocional y en las relaciones muy importante”, por lo que “hay que hablar de estos temas desde una inicial alfabetización digital, así como educar en uso coherente de las redes sociales y la mensajería (implicaciones, riesgos, las cosas buenas que nos pueden aportar, etc.)”. El profesor de la UOC también habla de la importancia de poner límites "y regular mucho el tiempo de uso", a su juicio "el elemento básico de la educación en el uso de la tecnología". Un dato más que recoge el estudio de Unicef ​​es que 6 de cada 10 adolescentes duermen con el móvil o la tableta en la habitación o llevan el móvil a clase cada día o casi todos los días, o que 1 de cada 5 se conecta a internet con el móvil o la tableta a partir de las 12 de la noche.

Herramientas y aplicaciones a disposición de los progenitores

Del informe de Unicef ​​también se derivan otros datos preocupantes, como sólo el 29,1% de los padres ponen normas al uso de internet, sólo el 13,2% limitan el contenido al que los chicos y chicas pueden acceder y sólo el 23,9% limitan sus horas de uso. Esto, en palabras del Unicef ​​Comité Catalunya, "acredita que, por la razón que sea, en cierto modo muchas familias muestran algún grado de dimisión en esta responsabilidad". Por eso, los padres y madres deben saber que tienen al alcance aplicaciones y herramientas de control parental que, en palabras de Guillermo Bautista, “si bien es cierto que no pueden sustituir a la acción educativa, sí pueden ser complementarias” . De hecho, alerta, "el acceso a contenidos inapropiados a según qué edades es muy complejo de evitar si no es con este tipo de ayudas". Algunas de estas aplicaciones son Kids Place, Kaspersky SafeKids, YouTube Kids, Qustodio o Family Link, a las que hay que sumar las de las propias compañías telefónicas, Movistar Protege, Secure Net (Vodafone) o Kids Ready (Orange).

¿Cómo pesa la presión social en la decisión de tener móvil?

Es importante entender que tras determinadas decisiones, como tener móvil, intervienen elementos sociales, como la presión de los iguales o, tal y como apuntan desde Unicef ​​Comité Catalunya, “incluso la voluntad de las familias de sentirse más seguras y seguir teniendo la sensación de control sobre los hijos a medida que crecen”. Por eso, subrayan, "es muy importante el ecosistema en el que los niños se desarrollan y que ciertas decisiones puedan ser reflexionadas en comunidad". Y es que, cuando en un grupo de niños entra en escena un primer móvil, se produce cierto efecto dominó y el resto también quieren uno. En este sentido, recalcan, es clave no anticiparnos y que, cuando facilitamos esta herramienta, “los chavales primero estén preparados por edad y madurez y, después, también estén informados de los riesgos a los que se exponen”. Desde la ONG subrayan también la importancia de que aquellos que les acompañan –familia, docentes, etc.– “puedan hacerlo adecuadamente”.

La alternativa: los móviles reacondicionados

Conscientes del impacto medioambiental de la fabricación, uso y posterior eliminación de los teléfonos móviles, cuando deben decidir qué primer móvil adquirir para sus criaturas cada vez más padres apuestan por los móviles reacondicionados. Lo hacen principalmente por dos motivos: el precio y la sostenibilidad. Desde SMAAART, especialista en reacondicionamiento de teléfonos inteligentes de todas las marcas, modelos y diseños, apuntan que cuando los padres deciden comprar un móvil a sus hijos, “lo mejor es escoger uno reacondicionado, en tanto que los modelos de 'última generación tienen precios elevados y demasiadas funcionalidades que los más pequeños no necesitan”. Jacqueline Pistoulet, country manager de SMAAART en España, pone énfasis en que elegir un producto que siga los principios de la economía circular se convierte, además, en “una buena manera de educar a los niños en el cuidado del planeta”. Y es que, por cada móvil reacondicionado, se evita la emisión de 52 kg de CO₂, la extracción de 164 kg de materias primas y el uso de 56 m 3 de agua.

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