Nutrición

Diez consejos para hacer tápers 'gourmets' y saludables

La comida que hacemos en casa para llevarnos al trabajo no tiene por qué ser siempre la misma, aburrida o poco saludable. Os enseñamos algunos trucos

5 min
Una fiambrera casera

BarcelonaEnsalada de pasta, carne empanada o arroz. Quizás son los platos que se nos vienen más deprisa a la cabeza cuando pensamos en tápers. Y los tres tienen su historia relacionada con el montañismo, los picnics y los comedores de oficina. Ahora bien, ¿quién ha dicho que el táper no puede seguir las mismas premisas que la cocina diaria, pensada para que sea saludable y a la vez gourmet? “Comer bien en todas las comidas tiene que ser un hábito, y no lo tenemos que vincular con dietas o restricciones alimentarias”, sostiene la nutricionista Maria Valdivieso Galdeano. Así pues, a la hora de hacerse el táper el principio que hay que seguir es el mismo que si se hiciera la comida en casa: no puede faltar la verdura –ya sea cocida, hervida, salteada o en ensalada (atención, habrá que aliñarla en el momento en que se coma)–, ni tampoco pueden faltar la proteína ni los hidratos de carbono. “Si hacemos un táper de pollo con arroz nos estaremos dejando lo más importante, que son las verduras y las hortalizas”, dice Valdivieso.

Os damos 10 consejos para cocinar platos de táper gourmets y saludables.

1.

Combatir la monotonía

La receta infalible de un buen táper implica organización, ilusión y ganas de comer bien. Quien explica la fórmula es la cocinera Ada Parellada, que sostiene que con los tápers hay que combatir la monotonía, porque, si no, “recurriremos a la ensalada de pasta con aceitunas y maíz”. A partir de aquí, la organización, la ilusión y las ganas de comer bien se completan con la base de la alimentación saludable, lo que en nutrición se conoce como "el plato de Harvard”. Este sistema dice que en una mitad del plato tiene que haber siempre verdura y en la otra, a partes iguales, hidratos de carbono y proteínas.

2.

Un plato único

Transportar la comida de casa al trabajo no es complicado, pero implica este hecho: transportarlo. “Por eso, mi recomendación es que sea un plato único”, dice Parellada. También existe la opción de hacer un primer plato como una crema o una sopa, pero entonces hará falta más organización. “No es imposible porque cada vez más hay más widgets para llevar líquidos arriba y abajo”, explica Parellada, que menciona los botes de cristal herméticos o los cartones tipo tetrabrik (que provienen de otros usos y se pueden usar de nuevo una vez lavados). De hecho, en el mercado hay una proliferación de tápers de todo tipo, diseñados para hacer más fácil el transporte de la comida. Y los hay incluso que se venden dentro de una bolsa, de colores y diseños diferentes, pensada expresamente para contener alimentos.

3.

Conocer las cantidades

La cantidad de comida tiene que ser suficiente para el gasto energético requerido. Dicho con otras palabras, “si tienes un trabajo físico, necesitas una cantidad determinada de comida, que cada uno conoce, y que no será la misma que la de una persona con un trabajo sedentario”, afirma Parellada. No hay cantidades fijas para los tápers, del mismo modo que no hay dos personas iguales, por eso es importante que cada uno sepa cómo y cuánto come para evitar tener que comprar comida extra y exprés.

4.

Un nuevo plato con los restos

El táper (también) tiene que tener buen gusto. “Es muy triste comer lo que sobró de la cena de la noche anterior, así que transformadlo en un plato diferente”, dice la cocinera del restaurante Semproniana. “Por ejemplo, los restos de un muslo de pollo pueden ser el relleno, cortado previamente a trocitos pequeños, de una berenjena al vapor que se puede completar con queso”, dice. Es una idea de plato como tantas otras. Lo más relevante, aquello en lo que la cocinera insiste más, es que hay que cambiar la mirada sobre las sobras de las comidas: no son restos, sino una oportunidad para convertirlas en un plato nuevo para el día siguiente.

5.

Dar envidia

Hacer un táper sabroso significa que lo abres con ilusión. Y entonces apetecerá comérselo y, sobre todo, pasar un rato agradable. “En este sentido, ya está bien que la fiambrera se convierta en la envidia de los demás, porque es un sentimiento que nos ayudará a comer mejor”, dice Parellada.

6.

No todos los ingredientes son adecuados

Todos los tápers son posibles, pero hay algunas limitaciones. El pescado, por ejemplo, es difícil que se mantenga bien después de horas de haber sido cocinado, transportado y refrigerado en la nevera del trabajo. Empanarlo puede ser una de las opciones, o como albóndigas y con guisos también. Ahora bien, “con los guisos de pescado hay una cuestión que hay que considerar: los olores, que quizás no son agradables de entrada”, dice la cocinera del Semproniana.

Por su parte, el cocinero Valentí Mongay, del restaurante La Salseta de Sitges, recomienda optar por guisos en general, porque son los platos que, comidos al día siguiente, son más ricos, porque el reposo ayuda a aglutinar todos los ingredientes. “Un táper de fricandó, por ejemplo”, es su recomendación, que se puede completar con una ensalada verde. Con las ensaladas, la precaución que hay que tener es que algunos ingredientes se tienen que añadir en el momento: el atún en lata, el queso fresco y el aliño de aceite y vinagre. Si lo hacemos en casa “corremos el peligro de que la ensalada se haya convertido en un charco de agua”, dice Parellada. Para acabar, otro ejemplo de ingredientes complicados para el táper: los huevos fritos, por lógica, no son una buena opción, porque cuando nos los comamos no tendrán ni siquiera el aspecto de un huevo frito. Por todo ello, la proteína vegetal, es decir las legumbres, son el alimento más fácil para el táper, y esto sin mencionar las propiedades nutricionales que aportan al organismo.

7.

No comáis delante del ordenador

Que te hayas llevado un táper a la oficina no quiere decir que no cuides la comida. Además de la comida buena y consciente hecha en casa, también tendría que ser óptimo el lugar en el que nos lo comemos. Es decir, “no comáis delante del ordenador, buscad un espacio que ayude a hacer agradable la hora de comer, que facilite el encuentro con otros compañeros, que se pueda incluso compartir lo que se come”, dice Parellada.

8.

Seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria tiene que ser una premisa esencial a la hora de hacer el táper. Para empezar, no se tiene que cerrar si el alimento que contiene está caliente. Habrá que esperar los minutos que haga falta hasta que la comida esté fría y entonces se podrá cerrar. Para continuar, la calidad del material con la que está fabricado tiene que ser una prioridad. Lo ideal es el táper de cristal, pero es cierto que puede pesar más que los otraos. Si se opta por el plástico, está bien procurar que sea resistente, esté libre de BPA y que se pueda congelar. De hecho, “se pueden preparar los tápers los fines de semana, etiquetarlos, congelarlos e irlos cogiendo uno cada día antes de salir hacia el trabajo”, recomienda la cocinera.

9.

Sostenibilidad

Los tápers se rigen con los mismos criterios de sostenibilidad que tenemos en casa. Además de haber comprado los ingredientes a productores de proximidad y que sean de temporada, también hay que procurar que no se generen residuos. “El agua para beber la podemos transportar en una cantimplora, cosa que nos evitará tener que comprar botellas de plástico desechable”.

10.

No olvidemos el postre

Para acabar, cuando hagamos la fiambrera también podemos pensar en los postres. Las frutas de temporada y los yogures son dos opciones fáciles y sencillas, pero si se opta por otras elaboraciones (¿por qué no?) también habrá que seguir los mismos criterios que con la comida salada.

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