Con la energía renovable nos estamos quedando atrás

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Molinos de viento en Almatret, Lleida.

La sequía lleva meses demostrando cada día –y de una manera muy palpable– las consecuencias que puede tener la crisis climática. Las lluvias de esta Semana Santa no la arreglarán, han sido una pequeña pausa, y de momento nada hace pensar que en verano tengamos que salvarnos de las restricciones. Sin embargo, y aunque sabemos que en Cataluña los efectos del calentamiento global pueden ser devastadores, seguimos quedando atrás. Estos últimos días en el ARA hemos explicado que la mayoría de grandes obras hídricas pendientes todavía no se han empezado, y que en energías renovables también vamos tarde. Y ambas cuestiones están vinculadas, aunque sea porque para hacer funcionar las desaladoras se gastan grandes cantidades de electricidad.

Sí, el autoconsumo eléctrico avanza, pero la generación de energía renovable en Catalunya está muy lejos de la capacidad de España, y esta diferencia se amplía cada día más. Según el informe de Red Eléctrica de 2023, a nivel estatal la capacidad de generación de energía renovable creció un 15,1% el pasado año, sobre todo de la mano de la nueva solar fotovoltaica. Pero en Cataluña ese crecimiento fue sólo de un 2,2%. Adelantamos siete veces menos que España. Si sólo se mira la potencia de energía fotovoltaica instalada, en España creció un 28% y aquí un 3,2%. En el caso de la energía eólica también vamos atrás: el pasado año aportó un 8% de la electricidad de Catalunya y en España fue un 20,3%.

Debemos dar un paso adelante. Y esto significa que deben seguir impulsándose las instalaciones de autoconsumo, sí, y las mejoras de eficiencia energética de los edificios y también las instalaciones de renovables que aprovechan los techos y las posibilidades de los inmuebles públicos. Pero también necesitamos más parques solares, más molinos aerogeneradores. Y que no se desplieguen exclusivamente en el sur y en Poniente, aprovechando que el precio del suelo suele ser más barato. Con los estudios necesarios para no perjudicar la biodiversidad ni el ya dañado sector primario, es necesario que con las renovables actuamos con responsabilidad territorial. Y eso quiere decir que también se deben poder realizar instalaciones en zonas como el Empordà y la propia Barcelona.

España es el segundo estado europeo con mayor potencia renovable instalada, sólo por detrás de Alemania, y el tercero que genera más, por detrás de Alemania y Noruega. En 2023, más de la mitad de la electricidad producida en el conjunto del Estado (50,3%) fue renovable. Pero en Catalunya la principal fuente de electricidad es todavía la energía nuclear (58%) y las renovables sólo aportaron un 15,7% el año pasado. Las centrales de Ascó y Vandellòs ya tienen fecha de caducidad, pero para que sea una realidad se necesitan alternativas, y por ahora todavía estamos lejos de hacerlas viables. ¿Queremos seguir dependiendo de unas centrales cada vez más envejecidas y que produzcan residuos muy complejos de gestionar?

Seguimos el ejemplo de las Islas Baleares, donde el año pasado la instalación de renovables creció un 38,1%, en lugar del de Madrid, que apenas produce electricidad y tan sólo genera el 0,3 % de la renovable de España.

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