BarcelonaUn turismo y un taxi chocan en un cruce de Badalona. Después del impacto, el primero de los vehículos sale disparado 22 metros, pierde el motor y acaba chocando contra un semáforo y una pared. Los tres ocupantes resultan heridos. Pero la peor parte se la llevan el taxista y la pasajera, que queda gravemente lesionada y todavía ahora arrastra secuelas que le impiden trabajar. El test de alcoholemia determina que el conductor del turismo iba bebido, pero no hay manera de certificar a qué velocidad circulaba. Un elemento de la carrocería del taxi se convierte en una pieza clave para averiguarlo: una caja negra que concluye que iba a 37 km/h. A partir de este dato y de la trayectoria de los dos coches después del choque, el perito del caso determina que el otro turismo circulaba a casi 140 km/h por dentro de la ciudad. La prueba se vuelve tan decisiva en el juicio que la fiscal cambia su escrito de conclusiones y pide una condena para el conductor del turismo, que la Audiencia de Barcelona dictó el año pasado.
Es uno de los ejemplos en los que la llamada caja negra del vehículo –que formalmente recibe el nombre de EDR, las siglas en inglés de Event Data Recorder– fue determinante para resolver un caso de accidente de tráfico. Desde el 6 de julio, la Unión Europea obliga a todos los fabricantes a incluir este sistema de serie en los vehículos nuevos homologados. Hasta ahora solo algunos modelos lo incorporaban como un extra. Pero igual que pasa desde hace tiempo con los aviones, las cajas negras serán dentro de unos años tan habituales en todos los vehículos como ahora lo son los airbags o el ABS. Y están destinadas a convertirse en una prueba pericial fundamental en los juicios de tráfico.
El EDR registra los movimientos de los vehículos de forma que no tan solo dejan constancia de la velocidad, sino que también pueden aportar otros datos, como por ejemplo si el conductor había acelerado o frenado antes del impacto o si había efectuado alguna otra maniobra. "Los datos que permite conocer esta nueva técnica suponen un giro de 180 grados en el análisis y el conocimiento de las causas y motivos de un accidente de tráfico", asegura la fiscal delegada de siniestralidad viaria en Barcelona, Isabel López Riera, en su memoria del año 2021, publicada recientemente y a la que ha tenido acceso el ARA .
Aceleración y frenazo
En el caso de Badalona, si el vehículo del condenado hubiera llevado ya la caja negra, no solo se habría podido determinar rápidamente su velocidad en el momento del impacto sino que también se habría podido comprobar cuándo había acelerado o frenado. Esto es precisamente lo que este sistema pudo determinar en otro caso sentenciado este enero que también tuvo lugar en Badalona. Un turismo barrió a una moto y mató a la pareja que la llevaba. Cuando se produjo la colisión, el vehículo circulaba a 80 km/h, pero gracias a la EDR que llevaba instalado, los Mossos pudieron certificar que un rato antes iba a 130 km/h por calles limitadas a 50 y que apretó el freno bruscamente cuando detectó la moto. "Esto supone una auténtica revolución en las técnicas de investigación de accidentes", insiste López Riera.
En este último caso, sin embargo, la prueba de la caja negra se añadió al resto de evidencias que ya pesaban sobre el condenado, que conducía drogado y bebido el coche alquilado por un amigo y que embistió a la moto mientras huía de una patrulla policial, saltándose varios semáforos e invadiendo el sentido contrario. La Audiencia de Barcelona le impuso seis años de prisión.
Más allá de estos dos casos sentenciados, la presencia de una caja negra ha sido fundamental ya en tres investigaciones más en el área de Barcelona. Uno de los primeros casos en los que se pudo usar un EDR como prueba de una investigación se produjo en 2015 en Igualada: la caja negra fue clave para aclarar cómo se había producido el accidente, pero el caso se acabó archivando porque no había suficientes pruebas para responsabilizar a ninguno de los implicados en el choque entre un turismo y un camión pequeño en la A-2. En otro caso que se instruye en Barcelona también ha servido para determinar la velocidad a la que circulaban un Lamborghini y otro vehículo que chocaron en la C-58: el primero doblaba la velocidad del segundo y superaba, de largo, el límite establecido para la vía, 177 km/h. La caja negra también ha sido uno de los elementos a tener en cuenta en otro caso por un choque entre un turismo y una moto que se investiga en el Prat de Llobregat.
Los 9 nuevos sistemas que te ayudarán a conducir con seguridad
Desde el 6 de julio la Unión Europea obliga a los fabricantes a incorporar de serie en los nuevos vehículos homologados las cajas negras y ocho sistemas más:
- La preinstalación para poder añadir un alcoholímetro bloqueante, un aparato en el que hay que soplar para poder poner en marcha el motor del coche y que impide hacerlo en caso de que se supere la tasa permitida.
- El asistente inteligente de velocidad, que la adapta al límite de la vía por donde se circula.
- La alerta de somnolencia, que mide el estado de fatiga del conductor y puede activar una alarma para despertarlo.
- Las luces de frenazo de emergencia para alertar al resto de conductores cuando esto pase.
- El sistema de detección de movimiento posterior, que facilita la salida marcha atrás y avisa de la existencia de personas, animales u obstáculos.
- El control de presión de los neumáticos, ya obligatorio para los turismos y que ahora se extiende al resto.
- El asistente de mantenimiento de carril, que avisa si se sobrepasan las líneas blancas sin poner el intermitente.
- El sistema avanzado de frenazo de emergencia, sensores que detectan y avisan de la presencia de vehículos, personas y objetos en la trayectoria frontal y reducen automáticamente la velocidad.
Estos dos últimos solo son obligatorios para turismos y furgonetas.