Europa aumenta la presión contra Polonia

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Manifestación a favor de la pertenencia a la UE a Cracòvia, Polonia.

BarcelonaEl Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha impuesto a Polonia una multa de un millón de euros al día hasta que cumpla las medidas que este mismo tribunal le exigió para garantizar la independencia del Tribunal Supremo polaco. Varsovia tendrá que satisfacer esta cantidad a la Comisión Europea, que es quien llevó el caso a los tribunales. Se trata de la multa más alta que se ha impuesto nunca a un estado miembro de la Unión, y un golpe de efecto en pleno pulso por los fondos de reconstrucción europeos. No tanto por la cantidad en sí, que no es significativa para un país como Polonia, sino porque marca el camino a seguir con los estados que no cumplen las reglas de la Unión.

En efecto, tanto Polonia como Hungría tienen los fondos europeos congelados a la espera de que cumplan las sentencias y los requerimientos europeos. Y eso sí que duele, porque se trata de decenas de miles de millones. En el caso de la multa, además, el cobro está asegurado, porque la ley estipula que si el estado en cuestión no paga se le resta de las asignaciones que tendría que recibir de Bruselas. De alguna manera se tiene que hacer ver a estos países que su desafío a los valores de la Unión Europea no les saldrán gratis, y que tendrán que responder ante sus propias opiniones públicas.

En el caso polaco, el TJUE afirma en su comunicado: "El cumplimiento de las medidas cautelares ordenadas el 14 de julio de 2021 es necesario para evitar un daño grave e irreparable al ordenamiento jurídico de la Unión Europea y a los valores sobre los que se fundamenta esta Unión, en particular el del estado de derecho". Y es que el gobierno polaco ha puesto en marcha una cámara disciplinaria que tiene la potestad de expedientar a jueces en función de sus sentencias, una violación clara de la separación de poderes. Esta injerencia del poder ejecutivo en el judicial sitúa a Polonia en la vía del autoritarismo, puesto que permite a sus gobernantes apartar a los jueces que les parezcan incómodos.

Además, el pasado día 7 el Tribunal Constitucional polaco dictaminó que los tribunales polacos no se tenían que someter a los europeos, rompiendo así la unidad jurídica y la primacía del derecho europeo, uno de los pilares básicos de la Unión Europea. Si Polonia ignora la decisión del TJUE, lo que se estará produciendo de facto es una especie de Polexit, es decir, una salida voluntaria de Polonia de la UE. Porque lo que no puede ser es ser miembro solo para aquello que interesa (recibir fondo de solidaridad) e ignorar las obligaciones que conlleva formar parte de la Unión.

De alguna manera, la UE se está jugando su futuro en este pulso con Polonia y Hungría. De momento ha optado por un aumento gradual de la presión, a la espera de que la tecla económica dé resultados y los dos gobiernos cedan y den marcha atrás en todas las reformas antidemocráticas que han llevado a cabo (contra minorías nacionales, contra el colectivo LGTBI, contra periodistas, etc.). Pero no es descartable que en algún momento se tengan que tomar decisiones más contundentes si las medidas económicas no dan resultado.

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