Frío, niebla y la esperanza remota de lluvia antes de las campanadas
Este sábado el viento de norte todavía soplará, pero en Navidad reinará la calma con un ambiente cada vez más frío y húmedo por las noches


BarcelonaEste viernes la temperatura se ha disparado como hacía varios días que no ocurría. La suma de una masa de aire cálido y el viento seco han permitido que las máximas en algunos puntos de la costa saltaran claramente por encima de los 20 grados. Destacamos los 23,3 grados de Cunit, los 22,9 de Espolla, los 22,4 de Vilanova y la Geltrú o los 22,1 del centro de Barcelona. De media, las máximas han sido más de 5 grados y medio más altas de lo que tocaría.
El fin de semana, en cambio, el termómetro retrocederá un par o tres grados en muchos casos. Fíjese en que los mapas de diferencia prevista entre la temperatura máxima de este viernes y la de los próximos días son bastante azules, sobre todo en Ponent, pero, en cambio, en las cotas altas del Pirineo la temperatura hará una subida notable .

Lentamente, las noches serán también cada vez más frías. Cuando pare el viento y vaya volviendo la calma poco a poco el frío se irá encajonando en las partes más bajas de la atmósfera, devolverán la inversión térmica y las heladas en Ponent y en otras hondonadas interiores y prelitorales. Sin cambios bruscos, sin titulares de ninguna entrada de aire frío, la sensación de invierno irá volviendo en Navidad y San Esteban.

Este fin de semana hará mucho sol, pero a medida que pasen los días las nieblas volverán a apoderarse del tiempo en Ponent. El domingo, y sobre todo de cara a Navidad y Sant Esteve, el ambiente volverá a ser gris y gélido en el Pla de Lleida, con máximas que apenas pasarán de los 0 grados. El sábado por la mañana podrían llegar a formarse algunas nubes bajas también entre la costa central y el sur de la Costa Brava. Alt Empordà y en las Terres de l'Ebre, pero cuanto más adelante el día más se irá apagando. En Navidad y San Esteban apenas hará viento.-_BK_COD_

En un contexto de sequía tan grave como el actual, cualquier oasis que parece vislumbrarse recibe atención. Las previsiones a largo plazo siguen apuntando en general al pesimismo, pero de vez en cuando una salida de algún modelo de previsión ofrece alguna esperanza. Este viernes el modelo europeo dibuja una posible llovida para el fin de semana de Año Nuevo, que si bien da pachoca, es poco probable que llegue a producirse. De momento la previsión por conjuntos, que sirve para vislumbrar lo fiable que es un pronóstico, no apoya en absoluto a esta llovida, pero habrá que ver si en próximas actualizaciones se insiste o si queda en pura anécdota.
Quizás estos cambios harán que a partir del jueves vuelva a entrar el mistral en el valle del Ebro y la niebla no tenga muchos días para instalarse, pero la previsión todavía es poco clara al respecto.
A finales de la próxima semana entrará una masa de aire más frío. En general, no hay síntomas de que este giro de temperatura deba notarse demasiado, pero sí que en alta montaña el termómetro volverá a bajar después de un inicio de fiestas en las que la inversión térmica volverá a provocar temperaturas positivas en la parte alta del Pirineo.