"La gente casada o con pareja tiene menos trastornos mentales"

El doctor Toni Ramos-Quiroga, jefe de salud mental en el Hospital Vall d'Hebron, explica que las estadísticas muestran que la gente casada o en pareja tiene menos trastornos y problemas de salud mental. Lo sabe por la experiencia clínica, pero también por la vital. Está casado desde hace 27 años y conoció a su esposa, Carolina, en el instituto. "Íbamos a la misma clase y empezamos a salir juntos, pero éramos muy jóvenes y lo dejamos al poco", recuerda el doctor. Unos años después, en la universidad, se reencontraron y reanudaron su historia de amor. En 1997 se casaron y se fueron a vivir juntos.

Cosas de la vida, ahora ambos trabajan en el Hospital Vall d'Hebron –ella en investigación– y tienen tres hijos juntos, Jandro, Laura y Adrià, de 22, 20 y 16 años, respectivamente. “Carolina y yo hemos entrado hace poco en una fase diferente a nuestra vida. Los hijos comienzan a hacerse mayores y ya nos envían por la noche los whatsapps de quien viene o no a cenar a casa. Es un momento de cambio y lo vivimos con ilusión. Al final no se trata de tener a los hijos en el nido contigo, se trata de educarlos para hacerlos autónomos y que ellos mismos puedan construir su propia vida. Poco a poco, cada uno va teniendo mayor libertad individual”. También ellos, como pareja, aunque reservar tiempo de calidad para estar juntos es algo que siempre han procurado hacer. “Cuando eran más pequeños, y con la ayuda de los abuelos, cada año nos cogíamos unos días o un fin de semana largo para marcharse y estar solos. Como pareja siempre hemos estado muy cercanos, con una perspectiva común de lo que queríamos como familia”.

En este sentido, explica, han intentado educar a los hijos con los valores "de solidaridad, de aprecio a los demás, de ayuda y de humildad". “Lo hemos hecho así porque lo peor que podría ocurrir sería que los hijos tuvieran una posición de extrema derecha, como está ocurriendo en tantos países de Europa”, afirma Ramos-Quiroga.

Esta visión, dice el doctor, la comparte con Carolina, y asegura que esto ha sido una de las claves para compartir un amor feliz. “Respetamos las decisiones individuales de cada uno, pero compartimos una misma visión en lo esencial. Carolina es una buena persona, alguien a quien nunca verás hacer daño a los demás, y alguien con mucha resiliencia y capaz de reinventarse y encontrar su espacio en el mundo”.

Éstas, dice, son algunas de las cosas que le hacen quererla. “Es evidente que necesitamos un techo y alimentarnos, pero más allá de lo más básico está el amor. Sentirte querido por las personas que te rodean es uno de los aspectos troncales en la sensación de bienestar”, concluye. Lo dice la ciencia y lo dice la vida.