'Epic fails'

Un incendio, un secuestro y una riada: la derrota de los helados Avidesa

Su fundador, Luis Suñer Sanchis, llegó a ser el español que declaraba los mayores ingresos a Hacienda

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Un incendio, un secuestro y una riada: la derrota de los helados Avidesa

“El sándwich de nata era buenísimo”, exclama Laura, que frecuentaba las playas del Maresme a finales de los 70. “Recuerdo los polos de naranja o de limón: eran más grandes y buenos que los del resto de marcas”, añade Carmen, que entonces sólo tenía 15 años. "Pues yo prefería los helados Camy y los ColaJet, pero las cartas de helados de Avidesa estaban en todas partes", apunta Pedro.

En los 70, en España, los helados Avidesa se hicieron muy famosos. Los había de todos los gustos. Desde Alzira, en la Comunidad Valenciana, Avidesa había logrado construir un imperio capaz de consolidarse como una de las marcas más conocidas del país, junto a Camy y Frigo. Pero en 1994 sus helados se esfumaron. La historia que se esconde tras su desaparición tiene todos los ingredientes para convertirse en un gran thriller : un incendio, un secuestro, una riada que se llevó las instalaciones y un baile de manos al frente de la empresa que acabó deshaciendo el negocio.

Pero, para entenderlo todo, hay que hablar de Luis Suñer Sanchis, el fundador de Avidesa. Nació en 1910 en Alzira y heredó de sus padres la empresa Cartonajes Suñer. Con gran visión por los negocios, convirtió el pequeño taller de cajas de cartón en la empresa líder del sector en España, a pesar de sufrir un incendio que lo destruyó todo. En 1956 creó Avidesa, una empresa dedicada inicialmente a la producción y explotación avícola, pero que pronto pasó a producir helados. “Entonces en el sector todavía había poca competencia -contextualiza Neus Soler, profesora de marketing de la UOC-. Los únicos helados que se comercializaban eran de hielo, de gustos cítricos y que se posicionaban en el segmento de las golosinas infantiles”, explica.

Pero esa percepción estaba cambiando y Suñer lo supo leer. A principios de los 60 también nació Helados Camay -que Nestlé compraría y rebautizaría con el nombre de Camy- y, ya en los 70, Miko. Juntas compartirían mercado con la pionera del sector: Frigo. "Apostar por la industrialización de los helados, que entonces se hacían todavía de forma artesanal, era un negocio seguro para Avidesa", opina Soler. Con el éxito simultáneo de la empresa de cartón y del negocio de los helados, Suñer se convirtió en el empresario del momento. En 1978 fue la persona de España que más ingresos declaró a Hacienda. Pero la buena racha se le interrumpió pronto.

El 13 de enero de 1981 seis miembros de ETA entraron en su despacho y se lo llevaron. Estuvo secuestrado durante tres meses, hasta que la familia pagó 325 millones de pesetas, una vez para la solvencia de su imperio. Y, al año, la rotura de la presa de Tous se llevó las instalaciones de Avidesa. El negocio nunca reflotó. En 1991, tras la muerte de Suñer, la empresa empezó a cambiar de manos hasta que acabó controlada por Nestlé, que eliminó su marca en 1994 por similitudes con Camy. Desde 2003, y tras ser comprada por ICFC, de la antigua fábrica de Avidesa salen las marcas blancas de Carrefour, Eroski y Caprabo.

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