Juan Ramón Lucas: "Mi madre nos educó en la igualdad de forma obsesiva"

Barcelona"He construido una historia que tiene mucho que ver con la infancia de mi madre, con todo lo que he aprendido de ella. Nos educó en la igualdad de forma casi obsesiva", explica Juan Ramón Lucas (Madrid), que termina de publicar su tercera novela: Melina (Contraluz). El periodista, con una larga trayectoria en la radio y en la televisión, creció en Ribadedeva (Asturias). Su padre era de Colombres y su madre de Mieres, y es en esta población asturiana donde transcurre la novela, que arranca con el nacimiento de Melina, en 1934, en plena Revolución de Asturias, y continúa con la exilio en Argentina y la oscuridad del franquismo.

Lucas se inspira en parte en un manuscrito que escribió su madre sobre su niñez. "La parte ficticia es el viaje a Argentina de Melina, pero la infancia está inspirada en mi madre, que ahora tiene 89 años. Ella vigiló mi novela desde el principio y sólo me pidió algo, que tuviera un final feliz, porque ella fue muy feliz con mi padre", dice el periodista y escritor. Sin embargo, su infancia fue bastante dura. Existe una frase, al principio de la novela, que no es ficción. Cuando nació la madre de Lucas, su abuelo dijo: "Coge una cuerda y ahoguela". Lo dijo, según el autor, porque esperaba a un hijo y porque tenía todavía en la retina algo traumático.

En la novela, el personaje del padre, que tiene muchos puntos en común con el abuelo del autor, es sindicalista y socialista, lucha por la igualdad, se involucra en la Revolución del 34 y en la Guerra Civil, pero en casa está lejos de ejercer la igualdad. Es profundamente machista, como muchos hombres de la época, y bastante a menudo humilla a su hija. "Hay una carencia de cariño hacia la hija. Melina sale fuera, se va a Argentina. Ve muchas más cosas de las que vio mi madre, pero como mi madre, busca resolver este desafecto por la vía de la igualdad, de encontrar el cariño de otras personas, de sentirse importante y útil, de superar el desprecio de un padre que consideraba a las mujeres inferiores", asegura el autor, que reivindica a las mujeres del Asturias rural que luchaban por salirse. "En ese ámbito minero había mujeres que eran autosuficientes, admirables y diferentes, como las guisanderas [eran mujeres que conocían las propiedades de las plantas que crecían en bosques y huertos y que a menudo eran reclamadas para cocinar en grandes celebraciones, una figura que Asturias ha recuperado recientemente] o las tratantes, que organizaban el estraperlo", explica el autor.

Una doble represión

"Yo tengo mujeres así en mi familia, mujeres inteligentes, que no fueron a la escuela y que no pudieron tener relevancia pública, pero que tenían capacidad de observar y aprender", recuerda el autor. Su abuela materna trabajó hasta los 100 años y murió a los 102. "En los años 60 mi madre, los sábados, nos hacía colaborar en la limpieza de la casa. Debíamos ser los únicos niños en el barrio que no salíamos a jugar y debíamos limpiar", dice. El libro quiere reivindicar a todas estas mujeres. "Melina es muchas mujeres anónimas que sufrieron la guerra y la represión, y tuvieron que salir solas, porque el marido estaba en prisión o había muerto. Sufrieron la represión por formar parte del bando derrotado y la represión en casa, porque se las consideraba inferiores", concluye.