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Un jurado de mucha altura para Maria Canals

Un grupo de 18 chicos y chicas, alumnos de grado medio de música, vivirán el concurso desde dentro, como miembros de su jurado de estudiantes

Redacció
3 min
La profesora Núria de Canals acompañada de los dos estudiantes, Júlia Saura y Albert Romero

Como cada año, cuando se avecina la primavera, Barcelona vuelve a llenarse de pianos y música con una nueva edición del Concurso Internacional Maria Canals, el más antiguo de España y uno de los más prestigiosos del mundo. Pero más allá de la competición, que del 9 al 21 de marzo reunirá a 73 jóvenes pianistas de 32 países diferentes, el certamen desarrolla también una serie de actividades de carácter educativo, divulgativo y social –el OFF Concurso– destinadas al fomento de la práctica musical.

Dentro de este popular calendario encontramos una propuesta de lo más singular. Se trata del jurado de estudiantes, un tribunal de alumnos de grado medio de diferentes escuelas y conservatorios de Barcelona, ​​con edades comprendidas entre los 10 y los 16 años, a los que se les brinda la oportunidad de vivir una experiencia extraordinaria: asistir a la prueba final y emitir su veredicto, tal y como hace el jurado internacional que decide el resultado de la competición. “Tener un jurado de estudiantes es una forma de premiar el estudio musical y de poner en valor el aprendizaje de un instrumento. Además, pueden aplicar los conocimientos adquiridos para poder seleccionar al ganador”, dice Jordi Vivancos, director del Concurso Maria Canals.

Este año serán 18 chicos y chicas, procedentes de doce centros pedagógicos, los que alcanzarán esta tarea, con un protocolo idéntico al del jurado oficial: se sientan separados del público, designan un presidente y un vocal, emiten un voto individual y, hecho el recuento, comunican el resultado a la organización.

Júlia Saura y Albert Romero formarán parte del jurado de estudiantes del Concurso Internacional Maria Canals.

Para hacer frente al reto contarán con la ayuda de la maestra Núria de Canals. “Esta experiencia es totalmente novedosa para ellos. Son niños y niñas escogidos por sus respectivas escuelas, ya sea por méritos académicos o por su motivación. Todos ellos son consumidores de música clásica, pero aquí se les exige juzgar unas interpretaciones de gran nivel. Por eso, antes del concierto nos reunimos, hablamos y ponemos en común unos criterios para que hagan una valoración lo más madura posible”, explica Núria de Canals, profesora de piano de la Escuela Caspe y antigua alumna de Maria Canals y su academia Ars Nueva. "Esto hace que esté vinculada al concurso de toda la vida", apunta.

Algo parecido le ocurre a Júlia Saura. Julia es su hija. Tiene 15 años, es alumna de 4º de ESO y estudia piano, violonchelo y bajo eléctrico. Pero de todos estos instrumentos su favorito es el piano. "Me gusta mucho que un solo instrumento pueda ser tan majestuoso", dice Julia, que, a pesar de haber ido muchas veces a la prueba final, este año la vivirá de forma diferente. "Me preocupa no tener claros los criterios que debo seguir para elegir un ganador, pero creo que puede ser una buena experiencia", dice la chica, que se muestra inquieta por si "dos concursantes hacen el mismo concierto" y eso la influya " a la hora de tomar una decisión”.

Albert Romero, alumno de primero de ESO y de segundo de grado medio en las especialidades de piano y batería, tiene sólo 12 años y es uno de los más jóvenes del grupo. Albert también se declara “emocionado y nervioso” ante el reto, aunque ya ha empezado a prepararse para hacerle frente. “Mi profesora me ha pedido que escuche diferentes versiones de los conciertos que se interpretan en la prueba final para que conozca bien las obras y sepa cómo evaluarlas”, señala el chico, que, por su parte, también se prepara para presentarse a una competición pianística a finales de marzo, el Concurso Maria Vilardell Viñas de Moià.

“Esta experiencia les aporta la posibilidad de salir de sí mismos y verse desde fuera, porque pueden extrapolar a su propio trabajo juzgar a otra persona y decidir qué les gusta y qué no de una interpretación”, señala Núria de Canals, que asegura que todos los niños salen "entusiasmados" de la experiencia. “Prueba de ello es que al día siguiente todos quieren acudir a la entrega de premios. Les genera una sensación muy bonita”, concluye.

Puede consultar toda la actividad del Concurso en:https://www.mariacanals.org/

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