Mariam Ayadi

Formación

“Mi familia es de origen francés y árabe. Nací en Barcelona, ​​pero he crecido entre el Maresme y Annecy, Francia. Estudié el grado medio y superior en administración y finanzas y, al terminar, enseguida me puse a trabajar, pero a los 21 quise marcharme a Canadá un año. A los 22 años volví y entré en la universidad. Estudié marketing y comunidades digitales en el Tecnocampus de Mataró entre 2014 y 2018. También me fui un año a vivir a Suecia para hacer el tercer curso de carrera”

Trayectoria profesional

“Siempre se me ha dado bien el trato con las personas. Trabajo desde los 16 años, y he tenido varios trabajos, desde en una tienda hasta una empresa de seguros. A los 19 años ya entré en el mundo laboral de oficina, en una empresa textil, cerrando contratos de exportaciones con gente que me doblaba la edad. Pero a los 21 años di un giro a mi vida para volver a los estudios y en un futuro iniciar el camino de emprender. Mientras hacía la carrera pasé por compañías como Mango, Sothebys y alguna start-up, hasta que en 2018 creé WiPass, un dispositivo para conectarse a redes wifi sólo acercando el móvil”

Un éxito

“Dónde estoy ahora. Tengo el apoyo de mi entorno y me siento acompañada, tanto por el sector como por el equipo, los amigos y la familia”

Un fracaso

“El fracaso no le veo como tal. Cada día es un aprendizaje y el camino trata de eso, de aprender. No suelo poner la palabra 'fracaso' en mi vocabulario, sino en situaciones que me hacen reflexionar sobre lo que quiero y lo que no”

Lecciones de vida

“Emprender tu propio proyecto es un paradigma muy incierto, nadie te asegura que mañana las cosas saldrán bien. Hay momentos buenos y malos, como la pandemia, y debes seguir tu intuición. Cuando vives en esa adrenalina constante es cuando empiezas a ver la magia de la vida. Es un camino en el que debes poner mucha cabeza, pero la emoción también juega un rol muy importante.

“El hecho de emprender no se puede vivir desde la frustración. Tienes que aceptar los cambios y los errores como parte del aprendizaje, y la opinión más importante es la de tus clientes. Además, en el camino de una start-up debes saber de todo y no te puedes permitir dedicarte sólo a una sola cosa”