Lectura

Una Navidad con Raymond Briggs

Un año después de la muerte del ilustrador británico, dos editoriales catalanas publican sus dos libros más emblemáticos: dos clásicos infantiles que capturan las emociones y la magia de Navidad

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El muñeco de nieve, de Raymond Briggs

BarcelonaLos libros ilustrados de Raymond Briggs son una verdadera tradición navideña en Reino Unido desde hace tres generaciones. Para muchos británicos, no llega Nadal de verdad hasta que no vuelven a releer sus álbumes ilustrados o vuelven a ver en televisión sus adaptaciones animadas, que se programan cada año. Esta adherencia a unas historias concretas entre las muchas que se han contado en torno a esta festividad sólo se entiende por la capacidad que tuvo Raymond Briggs para transmitir las emociones que sentimos estos días de una manera que captura la magia con la que los niños viven Navidad y al mismo tiempo las emociones que pertenecen al mundo de los adultos, mezclando ambas.

A diferencia de lo que ocurre actualmente, en la que se hacen historias para los niños simplemente bonitas, como si los niños no pudieran captar, mirando a su alrededor, que no todo es siempre bonito, Raymond Briggs decidió integrar ambas cosas de modo que pudieran convivir. Quizás se trata de una visión producto de la época del autor, que publicó estos trabajos en los años 70. Su obra más recordada es El muñeco de nieve, que sintetiza perfectamente esta idea. Cuenta la historia de un niño que vive la aventura de ver cómo el muñeco de nieve que ha hecho en el jardín de repente está vivo. Con él vive una aventura nocturna, lejos de los padres, que llena la imaginación de los pequeños lectores, que después, sin embargo, se encuentran con un final, inevitable según lo definió el autor, en el que la noche se acaba y al día siguiente, cuando sale el sol, el muñeco de nieve se deshace. De esta forma, la obra acaba hablando sobre la finitud de la vida. Todo termina. Las fiestas de Navidad, la infancia, la vida. Y esto es lo que hace mágicos todos los momentos que vivimos, que ha vivido el niño con el muñeco de nieve.

El muñeco de nieve tuvo un gran éxito cuando se publicó en 1978 en Reino Unido, donde ganó múltiples premios y se convirtió, a lo largo de los años, en un clásico. El hecho de que fuera una obra sin texto hizo que las ilustraciones tuvieran un protagonismo que ayudó a transmitir las muchas emociones de una historia que es tierna, mágica, melancólica, alegre y triste en diferentes momentos. Raymond Briggs optó por ilustrar todo el libro con lápices de colores, una decisión que fue consecuencia de su voluntad de buscar la sencillez y que le dio un aspecto único. Aunque se convirtió en un clásico, no siempre ha sido posible encontrar El muñeco de nieve en nuestra casa, donde llevaba años descatalogado.

Reedición de su obra

La editorial catalana Entredos la ha vuelto a publicar este año en una edición magnífica por el 40 aniversario de la obra, como la edición que se ha hecho en Reino Unido, donde sigue siendo una obra muy apreciada. Parte de esta popularidad también se debe a la versión animada que se hizo deEl muñeco de nieve, estrenada en 1982 en Channel 4 y que ponía las ilustraciones en movimiento con una técnica con la que los personajes parecen prácticamente dibujos que toman vida, de forma similar a la del muñeco protagonista. La versión animada también reforzó el vínculo de la historia con Nadal, no sólo con algunos añadidos a la historia original, sino porque se estrenó como parte de la programación navideña del canal. Desde entonces The Snowman se emite cada año en Channel 4. A menudo acompañada de una secuela posterior, que se hizo en 2012, titulada The Snowman and the Snowdog. Actualmente ambas forman parte del catálogo de Filmin.

La popularidad del muñeco de nieve prácticamente eclipsó una obra anterior del mismo autor, cuyo protagonista era un personaje muy navideño. Se trata del libro Papá Noel, que acaba de rescatar del olvido Blackie Books publicándolo por primera vez en catalán. En esta historia, que está hecha en forma de cómic, Raymond Briggs vuelve a mezclar el imaginario infantil con una perspectiva más adulta. Así, Papá Noel es el personaje que ya conocemos y que, una vez al año, recorre el mundo para traer regalos a los niños. Pero aquí se trata de un hombre que vive solo en una casa normal, y aunque tiene buen corazón y su intención es alegrar a todo el mundo, el personaje es bastante malhumorado y reniega de todo lo que tiene que hacer para conseguir su propósito anual. Encuentra que hace demasiado frío, que las chimeneas son demasiado estrechas y que el trineo pesa cada vez más. Esta versión realista del personaje le hace, al mismo tiempo, más creíble. Ya no es un ser mágico que puede llegar a todas partes, sino un hombre normal, un abuelo como tantos otros, que se esfuerza por hacer su trabajo y que todo el mundo sea feliz. Esto hace que tenga más valor su periplo en Nochebuena.

Los dos álbumes ilustrados han llegado a las librerías cuando hace algo más de un año de la muerte del autor y en el momento perfecto para entrar en las casas de muchas familias para que incorporen estas historias a sus tradiciones navideñas.

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