Un premio Herralde enigmático y extremo

BarcelonaNueve desconocidos huyen en globo de unos bombardeos y deben decidir quién de ellos se lanza al agua para que otros puedan llegar sanos y salvos en una isla desierta desde donde puedan empezar una nueva civilización. Aunque ha habido una guerra mundial que ha terminado con casi todos los habitantes de la Tierra, lo que está en juego no es el futuro de la especie humana, sino el intento de conseguir un trabajo temporal como vendedor en unos grandes almacenes. Éste es el curioso punto de partida deEl desierto blanco, primera novela de Luis López Carrasco (Murcia, 1981), reconocida este lunes con el 41º premio Herralde, dotado con 25.000 euros, convocado anualmente por la editorial Anagrama. Una obra "enigmática y extrema, que hipnotiza y arrastra al lector –asegura el jurado–. Una de sus grandes virtudes es que se lee con mucha agilidad pero plantea temas profundos". El desierto blanco es una novela que mira la realidad política y social del presente mirándolo desde la realidad apocalíptica de una "dinámica de trabajo" en la que participan varios aspirantes a un trabajo poco cualificado.

Hasta ahora conocido sobre todo por haber dirigido el magnífico documental El año del descubrimiento (2020), ganador de dos premios Goya, Luis López Carrasco ha hablado por primera vez de la novela. "Empecé a pensar en este proyecto en el 2011, cuando la crudeza de la crisis económica era todavía muy marcada –ha dicho–. Durante mucho tiempo, amigos y conocidos míos venían a pasar noches en casa con las maletas listas antes de marcharme en el extranjero: aquí no tenían ninguna posibilidad de encontrar trabajo”.

Oscuridad y precariedad

La "oscuridad" y "precariedad" de la juventud de aquella época fueron el punto de partida de una novela ambientada en tiempos del "realismo capitalista". "¿Cuál es el lugar de la imaginación, en una sociedad que parece terminada? –se ha pedido el autor–. Ésta es una de las preguntas políticas que se hace el libro". López Carrasco, que trabajó de joven en grandes almacenes como el personaje deEl desierto blanco, recordó que durante mucho tiempo escribió guiones que no encontraban ninguna perspectiva cinematográfica. "En un determinado momento pensé que volcaría todo lo que yo quería, sin limitación alguna, en los relatos y novelas, y que sólo haría cine cuando la imagen fuera imprescindible", ha explicado.

La escritora y directora argentina Camila Fabbri (Buenos Aires, 1989) ha quedado finalista con La reina del baile. Es también su primera novela, aunque anteriormente ha publicado dos libros de cuentos, Los accidentes (2015) y Estamos a salvo (2022), y también el libro de no ficción El día que apagaron la luz (2021). "Fabbri tiene una conciencia irónica y autoparódica que hace que la historia que cuenta sea amargamente cómica, aunque no sea humorística", ha destacado el jurado de una novela que arranca tras un accidente de coche al que acude una mujer que no recuerda por qué en el asiento trasero hay una chica de quince años y un perro.

"Siempre me había prometido que no escribiría ninguna novela, y La reina del baile es la excepción, que empezó siendo un cuento en 2019 que fue creciendo", ha dicho Fabbri antes de explicar que el título es un guiño a la canción de ABBA Dancing queen. Para la protagonista de la novela, una mujer que se acerca a los 40 años, "ser madre es una imposibilidad total si no congela óvulos y encuentra a un hombre con el que negociar la paternidad". "Creo que es un tema del que no se habla mucho, y valía la pena hacerlo", ha añadido.