UE

Las promesas al viento del PSOE (en momentos clave) sobre el catalán en la UE

La oficialidad de la lengua catalana en las instituciones europeas lleva tiempo encallada, pero el gobierno español se encarga de mantener las expectativas altas

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Carles Puigdemont pasa por delante de Pedro Sánchez y Albares en Estrasburgo.

BruselasLa oficialidad del catalán en la Unión Europea era una de las contrapartidas de Carles Puigdemont a cambio de hacer presidente a Pedro Sánchez, y, aunque el ansiado reconocimiento de la lengua aún está lejos de hacerse realidad, Junts —y con la boca más pequeña el Gobierno— se muestra satisfecho del trabajo realizado por la Moncloa en el Consejo de la UE. "Si me hubieran dicho que vería a un ministro español defendiendo la lengua catalana con la vehemencia y la convicción con que el ministro [José Manuel] Albares la defiende, nunca me lo hubiera creído de la vida, nunca", dijo l expresidente este jueves desde Elna entre aplausos. Albares fue, de hecho, uno de los pocos que salió bien detenido de la conferencia del candidato de Junts al 12-M.

De hecho, aunque la iniciativa europea se encuentra en punto muerto, el ejecutivo español se ha preocupado de mantener las expectativas altas y ha hecho grandes promesas en favor de este reconocimiento de la lengua en distintos momentos clave de las negociaciones para la investidura española y de la tramitación de la ley la amnistía . El último guiño a Junts se hizo en el Consejo de la UE del pasado martes. Hacía dos meses que los ministros europeos no hablaban de ello hasta que, de repente, el 6 de marzo, justamente la víspera de la aprobación de la ley de amnistía en la Comisión de Justicia del Congreso, Albares anunció que volvería a llevar a discusión la oficialidad del catalán en el Consell de esta semana. Y, a finales de la semana pasada, el gobierno español filtró a distintos medios la última propuesta para convencer al resto de socios europeos instantes antes de que el Congreso votara la ley de amnistía.

Ahora bien, las diferentes fuentes diplomáticas consultadas por el ARA coinciden en criticar que el gobierno español lo fuerce y lo lleve a debate otra vez sin presentar "nuevos documentos e información" que hace tiempo que le piden, y califican el último planteamiento como "un refrito de lo que ya se sabía hasta ahora". "No aportan nada nuevo, no harán que la iniciativa avance", dice un diplomático.

La discusión del pasado martes sobre la oficialidad del catalán duró menos de diez minutos y, en estos momentos, tal y como ha podido saber el ARA, España no ha requerido ningún informe técnico al Consell sobre las consecuencias jurídicas que podría tener la iniciativa, lo que le piden desde hace meses los Estados miembros para desatascar las negociaciones. Y, sin esa evaluación técnica, fuentes de la presidencia del Consejo de la UE aseguran que la propuesta española no puede avanzar.

Además, el 4 de marzo, justo antes de la votación de la amnistía en la Comisión de Justicia del Congreso, Albares también envió una carta a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, para insistir en que permita hablar catalán en la Eurocámara. Ya lo había pedido en el verano del 2022 y, desde entonces, la demanda está congelada.

No será por dinero

Sin embargo, las promesas más destacadas de Albares llegaron durante las negociaciones de la investidura de Sánchez. Uno de los grandes compromisos adquiridos por el PSOE fue que asumiría todos los gastos de la traducción y la interpretación que comportara la oficialidad del catalán. Ahora bien, distintos diplomáticos consultados por el ARA tienen "dudas que sea viable legalmente", sobre todo por el hecho de que un estado miembro costee individualmente una parte de los presupuestos comunes de la UE. "No hay ningún precedente y no nos han dicho cómo pretenden hacerlo", constatan.

Además, la Moncloa, en otro guiño hacia Junts y días antes del pacto de investidura, pidió a la Comisión Europea que calculara los gastos que comportaría la oficialidad del catalán. Sin embargo, Bruselas hizo público el estudio meses después y se limitó a realizar una estimación basada en el coste —unos 44 millones de euros anuales— de la oficialidad del irlandés, un idioma que se encuentra en mucho peor estado de salud que el catalán y que, por tanto, ha sido especialmente complicado y costoso de adherir.

A pesar de esta inconcreción, el gobierno español no ha pedido ningún otro informe más detallado sobre los costes que permita saber a los Estados miembros qué cantidad tendrán que añadir potencialmente. Hay que recordar, en cualquier caso, que el precio de la oficialidad del catalán no es una cuestión que preocupe a los estados miembros. La UE sólo dedica el 0,2% de su presupuesto a la traducción e interpretación de sus 24 lenguas oficiales, lo que equivale a unos 80 céntimos por ciudadano comunitario al año.

Priorizar el catalán

Otro de los movimientos de Albares en favor de la iniciativa y que le valió los primeros agradecimientos de Puigdemont, es la promesa de priorizar el despliegue de la oficialidad del catalán por delante de la del gallego o el vasco. Con ello, no logró convencer tampoco a los socios europeos, que no lo habían pedido y no ven qué ventajas puede tener poner un idioma por delante del otro. En todo caso, recibió una palmadita en la espalda de Junts pese a indignar a los socios gallegos y vascos del gobierno español, también imprescindibles para la gobernabilidad. "Esto no se mueve hacia adelante y siempre me pregunta por lo mismo, pero me sabe mal decirle que no es cuestión prioritaria para nadie", concluye un diplomático.

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