Roban los regalos de Navidad de niños vulnerables del Raval

BarcelonaNo es la primera vez que la Fundación Joan Salvador Gavina del Raval sufre un robo, pero el de este jueves a primera hora de la mañana traspasó todas las líneas rojas: alguien se ha llevado, entre otras muchas cosas, una treintena de regalos que ya tenían envueltos y con los nombres de sus destinatarios escritos, preparados para ser entregados el 7 de enero. Los niños del centro, como cada año, habían escrito en una carta el regalo que más ilusión les haría recibir y las entidades colaboradoras se habían encargado de satisfacer estos deseos. Todo el mundo tenía que desenvolver su regalo más deseado. Y ahora la Fundación sufre para restituir los 29 paquetes robados y llegar a tiempo.

"Continuaremos luchando por los niños del Raval. La maldad no nos tiene que frenar: encontraremos la manera de que puedan abrir sus regalos cuando toca y que reciban lo que esperan", explica, dolida, Olga Cubides, jefa de administración de la Fundación, que asegura que ya hay entidades que se han predispuesto a ayudar.

El robo, como ha avanzado Betevé, se produjo el jueves entre las seis y las siete de la mañana. Y los ladrones, además de los juguetes, también se llevaron cosas como los billetes de ida y vuelta para las colonias que los adolescentes harán estos días festivos en Planoles o 650 euros en efectivo que tenían preparados para salidas como la del Poble Espanyol.

También se llevaron un televisor, dos ordenadores portátiles y tres teléfonos móviles y la cosa podría haber sido peor si una vecina no hubiera detectado movimientos y hubiera interrumpido a los ladrones, que se marcharon apresuradamente. "Es tristísimo que pasen cosas así, que no se respeten ni las cosas de los niños más vulnerables", denuncia Cubides, que explica que este es el segundo robo que sufren en las últimas dos semanas.

En el anterior, los ladrones provocaron destrozos en elementos muy queridos de la Fundación como el futbolín. "Nos sentimos vulnerables", dicen, después de 42 años de trabajo en el Raval, donde atienden a niños y jóvenes en riesgo de exclusión social. Ayer los educadores ya se llevaron el primero "golpe emocional" cuando llegaron por la mañana con la idea de dejar todos los regalos preparados y vieron que no estaban. Y ahora también los preocupa la manera cómo explicarán a los más pequeños que alguien entró en el que es su lugar seguro, el casal, y se llevó cosas de su día a día.