Un robot para recoger los pellets de la arena hecho por universitarios

TarragonaLa presencia de pellets en las playas preocupa cada vez más, pero la solución no es fácil. Estas pequeñas bolitas, compuestas principalmente de polipropileno y polietileno, se fabrican en gran parte en el polígono petroquímico de Tarragona, pero después se distribuyen a diferentes empresas que utilizan este tipo de plástico para fabricar todo tipo de productos. Tras una reciente investigación que terminó el pasado mes de agosto, el departamento de Acción Climática concluyó que "la responsabilidad en el vertido es colectiva" y señalaba una decena de empresas, a las que pedía aplicar medidas para evitar esta situación. Pero la conselleria también admitía que el origen de la contaminación era "difuso", por lo que parece una quimera confiar en que el vertido de pellets pueda resolverse a corto plazo. En este contexto, la detección y recogida de estos pequeños plásticos es cada vez más importante y unos sesenta estudiantes de la Universidad Rovira i Virgili (URV) han puesto sobre la mesa –o mejor dicho sobre la arena– algunas posibles soluciones que las empresas químicas se han comprometido a estudiar.

Las ideas surgieron a partir de una hackatón, que es una especie de competición en la que un grupo debe desarrollar un software en un tiempo determinado. En ese caso tenían dos días para diseñar sistemas robóticos innovadores que hicieran más eficiente la recogida de los pellets de la arena de las playas. Tenían un pequeño robot a configurar y una maqueta a escala que imitaba una playa. La directora gerente de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), Maria Mas, explicó a los distintos equipos el contexto y cuáles eran los retos, y los estudiantes se pusieron a trabajar. "Y los alumnos fueron capaces de proponer mejores soluciones que las actuales", explica satisfecho Àngel Cid, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (URV).

Actualmente, los pellets los recogen dos grandes vehículos, prácticamente tractores, que deben ir removiendo toda la arena para encontrarlos. "Unos alumnos propusieron, por ejemplo, usar drones para ver en qué parte de la playa había más pellets acumulados y hacer un mapeo y enviar las coordenadas a pequeños robots para que fueran a buscarlos", explica Cid. "No hace falta hacer barridos masivos, sino inteligentes en las zonas donde hay más", aclara el ingeniero. Algunos equipos también propusieron usar instalaciones de placas fotovoltaicas para poder cargar a estos pequeños robots que, en algunos casos, podrían funcionar incluso aunque hubiera bañistas en la playa. De hecho, todos los proyectos se centraron en reducir el consumo de energía e incorporar la inteligencia artificial para mejorar la eficacia de este trabajo.

Presentación a las químicas

Además, los pellets recogidos pueden reutilizarse porque mayoritariamente se pierden al principio de la cadena productiva. Esta característica hace más rentable (y viable) todos estos proyectos. De hecho, la AEQT tiene previsto convocar a los equipos de estudiantes para que presenten sus proyectos ante las empresas químicas. "Hay muchas propuestas que podrían mejorar el sistema que se utiliza actualmente", explica Josep Ribas, estudiante de Ingeniería Informática y coordinador del equipo ganador.

La experiencia pudo organizarse con tiempo y esto fue posible gracias a todos los impulsores que había detrás. La hackató se creó en el marco del Área Digital Camp de Tarragona, promovido por la Universidad Rovira i Virgili (URV) y contaba con el apoyo de la Generalidad de Cataluña, el Mobile World Capital Barcelona (MWCapital) y el i2CAT . También han colaborado la propia AEQT, el Clúster TIC Catalunya Sud e instituciones como la Diputación de Tarragona, el Ayuntamiento de Tarragona y el Ayuntamiento de Reus.

Además de ayudar a solucionar un problema medioambiental, Cid también destaca que la experiencia ha servido para demostrar "las posibilidades que tienen los jóvenes para hacer cosas cuando se les da la oportunidad de expresarse".