In memoriam

"Os ruego que expliquéis quién era y qué decía Carme Junyent"

La Universidad de Barcelona recuerda la talla científica, el carisma, el espíritu anarquista y la capacidad divulgativa de la lingüista

Homenaje a Carme Junyent en la Universidad de Barcelona.
10/11/2023
3 min

Barcelona"¿Qué le parecería a ella, que tenía un espíritu medio anarquista, este homenaje?", se preguntaba el profesor y amigo Pere Comellas nada más empezar el acto de recuerdo que la Universidad de Barcelona ha dedicado a la lingüista Carme Junyent (1955-2023). El acto de este viernes ha llenado el aula magna del Edificio Histórico de académicos, colegas, alumnos y autoridades, pero no ha perdido el rescoldo de la despedida a una persona "carismática como pocas", decía Comellas. Algunas anécdotas lo han corroborado: el hecho de que escribiera a los presos políticos cada semana durante todos los años que estuvieron en prisión, que siempre pillara al rector de la universidad en las escaleras para pedirle recursos, que antes de Navidad entrara en el despacho del decano con copas y cava, o que cuando comunicó a la directora del departamento que padecía cáncer y se moría también le dijo que había preparado los exámenes de reevaluación y le dio el nombre de alumnos suyos que podrían sustituirla.

El acto ha servido para presentar el último libro que coordinó, Muchos caminos para andar (Edicions UB), una mirada global a las literaturas africanas, en cuyo estudio Junyent fue pionera y un referente internacional. "El camino era mucho más fácil sabiendo de su existencia –ha reconocido la antropóloga Yolanda Aixelà Cabré–, pero su huella marca la ruta". La preservación de la diversidad lingüística y la defensa de las lenguas minorizadas guiaron los pasos de Junyent. "Carme siempre decía que los científicos nos hacen la vida más fácil o, a veces, incluso nos la salvan, pero los de las humanidades explicamos por qué vale la pena vivir", recordaba Comellas.

Las 23 personas que han intervenido en el acto dedicado a Carme Junyent.

23 fragmentos de su vida

Más allá de la vertiente académica, se ha reivindicado una figura que supo unir conocimiento, convicción y capacidad divulgativa en artículos, libros y todo tipo de debates públicos. "Las lenguas son iguales porque en todas ellas podemos crear mundos enteros", escribía. "Muchas de las cosas que he hecho en mi vida, si no las hubiera hecho sola no las habría hecho". "Con o sin lengua inclusiva, los hombres siguen diciéndonos qué debemos hacer". "La sustitución lingüística es la mayor amenaza para nuestro ecosistema". "El multilingüismo aporta flexibilidad a la visión del mundo y relativiza todos los dogmas". Hasta 23 compañeros han leído extractos de sus libros y artículos, en los que defendió la solidaridad lingüística, denunció la discriminación de las lenguas de la inmigración, señaló las conductas de sumisión lingüística como el cambio de lengua, también el machismo imperante, y batalló para acabar con el llamado lenguaje inclusivo. Semanas después de su muerte, la Universidad de Barcelona hizo un comunicado en el que se adhería a la doctrina Junyent, y poco después también lo hizo el IEC. Una victoria póstuma que ha sido aplaudida en el acto.

Junyent hizo vida en la UB durante más de 40 años, desde que era estudiante y hasta el curso pasado. "Esforzó lo mejor de su vida enseñando, investigando y haciendo una vida social universitaria muy potente", ha señalado el decano de la Facultad de Filología y Comunicación, Javier Velaza. "En todos estos años es la única persona que ha atravesado la puerta del despacho por no pedirme nada", añadía. "Porque me lo pedía a mí", le respondía unos minutos después el párroco, Joan Guardia, quien ha revelado la "complicidad extraña" que trabaron en los pasillos con una científica "excepcional incluso en la polémica, que no rehuía el cuerpo a cuerpo".

El rector ha hecho una petición a los profesores: "Cítela en clase. Os ruego que explique quién era, qué decía y cuál era el criterio científico que avalaba la posición de Carme Junyent". Guardia ha cerrado el acto con las últimas palabras que le dirigió Junyent, a modo de consuelo colectivo: "Esté tranquilo, yo estoy bien, todo sigue su curso".

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