Ni un día en casa

Sa Marinada: una forma de ser

El mar, sus productos y los pescadores son las claves de este restaurante de Sant Feliu de Guíxols

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Mercè Pellicer y Pedro Miguel López con unos saltamontes en la terraza del restaurante Sa Marinada.
  • Carta : Cocina marinera
  • 'Must' : Cañaíllas gratinadas
  • Vino : Buenas propuestas
  • Servicio : Profesional y atento
  • Local : Terraza con jardín y vistas al club náutico
  • Precio por persona : 75 euros

Mercè Pellicer iba para maestra, pero la vida la llevó, a los dieciocho años, a dedicarse al oficio de la restauración y, desde el año 2014, dirige el restaurante Sa Marinada de Sant Feliu de Guíxols.

Estamos en el emplazamiento del antiguo restaurante del Club Náutico de Sant Feliu, ahora convertido de la mano de la Mercè y su equipo en un restaurante de cocina tradicional adaptada a nuestros tiempos. Una cocina con influencias del sur de Francia y algún detalle de la cocina italiana, pero siempre girando en torno al mar y, sobre todo, de la pesca del día que le proporcionan los pescadores del pueblo.

Empezamos la comida con un par de ostras Gillardeau del número 2 por cabeza, una ensalada de langostinos y fruta con salsa de naranja y buñuelos de brandada de bacalao. Entrantes ligeros para hacer pasar el apetito. Seguidamente, hacemos caso a una de las recomendaciones populares, las reconocidas cañaíllas gratinadas, cocinadas como los caracoles de Borgoña (aliñados, con chalota, ajo y mantequilla). Mercè nos reconocería después que esta manera de hacerla la descubrieron en el restaurante Passadís del Pep de la familia Manubens.

Buscamos dentro de la buena carta de vinos algo que nos sorprenda, pero finalmente decidimos compartir estas viandas con una botella de Embruix de Vall Llach, un vino tinto con las variedades garnacha, cariñena, merlot, syrah y cabernet sauvignon.

Una vez presentado el vino es hora de conocer la estrella de la comida. Nos muestran el pescado que les ha llegado hoy y lo que más nos entra por los ojos es la escópora, también conocida en otros lugares como escorpión rojo, gallineta o cabracho. En Sa Marinada la sirven con la cabeza frita, tal y como lo hacen en las Islas (¡maravilloso!), y el cuerpo a la plancha para disfrutar al máximo de uno de los peescados con más sabor de la Costa Brava.

El postre necesita tiempo y, por eso, hay que pedirlo, si es posible, con el pedido inicial. Nosotros nos decantamos por un suflé de naranja, el pastel tatin hecho con manzanas de Girona y helado de vainilla y el coulant de chocolate, también con helado de vainilla.

Es la hora de charlar un rato con Mercè mientras disfrutamos de un gin-tonic delante del Club Náutico de Sant Feliu. Le preguntamos por el nombre del restaurante: "Marinada es obvio, porque es el viento que sopla del mar hacia la tierra. El artículo salado es por respeto a una forma de hablar propia de la gente de la Costa Brava. Un guiño a los abuelos y abuelas de la zona", nos cuenta. Este artículo está asociado a las Islas Baleares, pero es considerado como propio de los pescadores de la Costa Brava antes de la transformación de la vida tradicional marinera con la irrupción del turismo masificado a mediados del siglo XX.

Sa Marinada es la cocina autóctona con pequeñas influencias foráneas que amplían una mirada pura sin estropear el respeto por la cultura gastronómica catalana. El mar, sus productos y los pescadores son las claves para que el equipo dirigido por Mercè Pellicer nos sirva unas viandas que homenajean una manera de hacer y de ser.

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