Vicenç Solsona: "Taller de Músics es casa"

A lo largo de sus 45 años de trayectoria el Taller de Músicos se ha convertido en una institución de referencia en la formación, creación y difusión de las músicas populares modernas. Se trata de un proyecto integral y único de acompañamiento artístico en el que el arte, la creatividad, la espontaneidad y la ilusión acompañan al alumnado durante el camino que va del aula al escenario.

¿Qué es para ti el Taller de Músics?

— Para mí, el Taller de Músics es casa, como jugar en casa siempre. Es como tener un vínculo con alguien como la familia.

¿Cómo vinculaste con el Taller?

— Llegué con 17 años. Lo encontré casualmente, pero a veces digo que las casualidades también te las buscas. Yo estaba estudiando guitarra jazz y moderna con un profesor argentino. Hacía mucha clásica, pero yo venía de tocar también rock and roll. Él conocía a Rabito Vélez, que fue un mítico del Taller, y me dijo: "Hay una escuela donde están todos, donde encontrarás a gente como tú, con esa pasión igual de alocada por la música". Busqué información y llegué a esa secretaría minúscula en la calle Requesens. Me lo pusieron muy fácil y me apunté a todo.

¿Cuál es tu recorrido artístico en el Taller de Músics?

— El vínculo empezó desde el primer momento: tener contacto con músicos muy buenos, las ganas de superarme... Había Zé Eduardo, Luis Vidal, José Luis Gámez y Jordi Bonell; también daban clase los Rossy, Eladio Reinón, Iñaki Salvador, Perico Sambeat, Jordi Gaspar y Ramon Cardo. A veces compartíamos escenario. Viví lo que hace el Taller de poner a aquellos que tienen cierto talento a tocar con profesores o gente que toca más. Sean Levitt fue una figura clave para mí; guardo las cintas de casete de sus clases, me cambió. Luego entré en contacto con Kurt Rosenwinkel. Con El Canario, Giovanni Hidalgo y Horacio El Negro también compartí escenario a través del Taller.

¿Y cuál ha sido tu camino pedagógico allá?

— Me propusieron impartir clases con 20 años. Conocía bien el método como estudiante y podía replicarlo. ¡Todavía conservo los programas de cuando se hacían a mano! Los libros siguen estando vigentes. Hace unos años visitamos una escuela en Colombia que los utiliza. Es un método basado en el jazz y que hemos ido adaptando. El hilo conductor del jazz te ayuda a entrar y entender otras músicas.

¿Cómo es la pedagogía en el Centro Superior?

— El Taller ya era un superior antes de serlo y muchas escuelas superiores existen gracias a que el Taller existió. Continuamos aplicando el mismo método, a partir del cual puedo contar muchas otras músicas. Los alumnos avanzan más rápidamente y esto es importante. Yo les oriento con consejos que les ayudarán exactamente a entenderse con músicos de jazz, flamenco, pop, latín, etc. A partir de aquí, y sólo si quieren, pueden centrarse más y convertirse en eruditos de un solo estilo.

¿Cuántos alumnos acoge el Centro Superior?

— En el superior acogemos a 240 alumnos y recibimos estudiantes de centros de Roma, Parma, Weimer, Brno y otras ciudades. Nuestros alumnos se marchan cada año a centros de Tallin, La Haya, Aalborg, Roma, etc. Contamos con más de 30 acuerdos de colaboración con universidades europeas.